En España la atención geriátrica es, hoy en día, insuficiente. Y eso, pese a que el envejecimiento de la población es también cada día mayor, con lo que supone de incremento de los problemas específicos de salud en estas edades y de las enfermedades crónicas. Un buen trabajo en equipo, dada la característica multidisciplinar que debe tener la atención a las personas mayores, supone la mejor receta para una correcta asistencia. Se espera con expectación la mejora que pueda llegar con la Ley de Promoción y Autonomía Personal y de Atención a las Personas en Situación de Dependencia (Ley de Dependencia). Pero, de forma paralela, hay muchos aspectos que se pueden corregir.
A ellos se refiere Eduardo Rodríguez Rovira, presidente de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores, que tiene más de un millón de miembros en 34 federaciones autonómicas y organizaciones nacionales. Rodríguez Rovira comenta para empezar una evidencia, que 'cada vez hay más mayores, es la categoría que más está creciendo en España', según comenta. y ante ello contesta a una primera acusación: que las personas mayores son las que más inciden en el gasto sanitario. 'Es lo que nosotros llamamos la 'discriminación social', el estereotipo negativo de las personas mayores, a las que se les achaca todo tipo de males. Como si no fuera eso un triunfo de la civilización occidental, aumentar la esperanza de vida', señala.
Ante esta situación, Rodríguez Rovira denuncia un hecho cotidiano en la asistencia a mayores. 'Existen muchas discriminaciones. Es lo que se denomina la 'gerontofobia sanitaria'. decir que la persona mayor que se encuentra enferma está así porque es mayor. Y no es así, hay cada vez más gente mayor que llega a edades muy altas sin padecer enfermedades'. Tal y como comenta, el Defensor del Pueblo ya hablaba de que ser mayor es de por sí un factor de discriminación, 'no hace falta que lo digamos nosotros', sostiene.
Y sigue avanzando en la exposición del problema. Más centrado, internándose en el intrincado laberinto del sistema sanitario español. Así cita 'como un ejemplo', que el acceso a algunos servicios de la Atención Especializada, como los Servicios de Cuidados Intensivos o las Urgencias Hospitalarias son difíciles y discriminatorias.
Lo que el presidente de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores tiene claro es que en un hospital 'no se atiende de la misma forma a una persona joven que entra, con cualquier patología, que a una mayor. 'Nosotros entendemos 'continúa' que a una persona joven se le debe dar prioridad, como es lógico. pero eso debía ser así en el caso de que hubiera un único recurso disponible, entonces se plantearía el dilema. pero ése no es el caso: se podría cuidar perfectamente a las dos personas', añade.
La economía, en el fondo del problema
Tampoco en servicios como el de Rehabilitación, afirma Rodríguez Rovira, existe la atención debida a la persona mayor. Y denuncia, asimismo, que la consecuencia que puede darse es que el mayor deba entrar posteriormente en dependencia, al no haber tenido la rehabilitación pertinente. 'Las razones son fundamentalmente de tipo económico. Las diversas administraciones se plantean, llegado un momento, que la Sanidad es muy cara, que no tienen demasiados recursos y que deben recortarse gastos en algún sitio: en la atención a las personas mayores', señala.
Rodríguez Rovira critica también la discriminación en las unidades de cuidados paliativos y en los servicios de urgencias.
Ante esta situación denuncia también el menosprecio institucional hacia los mayores que supone el hecho de que sólo exista una Unidad de Geriatría en el 25 por ciento de los hospitales españoles. La reclamación de que el porcentaje aumente de forma significativa es una denuncia pertinaz de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) desde hace muchos años, 'pero las administraciones sanitarias no consideran que estas unidades sean imprescindibles en nuestros hospitales', comenta.
Las reivindicaciones de las personas mayores, como se puede apreciar, son abundantes. Rovira se refiere también a los protocolos de tratamiento, con el empleo de la alta tecnología, de las pruebas de diagnóstico más sofisticadas o de los medicamentos de última generación. 'Todo eso no sirve para las personas mayores, que se entiende que ya han cumplido el papel que tenían reservado en la sociedad. Son muchas cuestiones que hacen que nos sintamos como ciudadanos de segunda clase', afirma. Además denuncia que los mayores no entran en los ensayos clínicos, cuando 'después son los que más consumen los productos'.
Como una ganancia social que ha venido con el transcurso del tiempo, Rodríguez Rovira destacó el hecho de la donación de órganos que antes no se permitía a las personas mayores, algo que no ocurre en la actualidad cuando el receptor es también un mayor. Con respecto al cáncer, comenta Rodríguez Rovira que 'recientemente hubo un editorial del 'New England Journal of Medicine' que se refería a que para los pacientes de cáncer no se establezcan limitaciones de edad: los tratamientos son casi igual de eficaces para mayores y para jóvenes y defendía no poner limitaciones'.
Listas de espera para mayores
La pretensión no es sólo conseguir una vida más larga, sino sobre todo que ésta tenga una mayor calidad. 'Hoy en día, alguien que tenga setenta años está mejor de lo que lo estaba, hace escasamente treinta, otra que tuviera cincuenta. prácticamente todo el mundo llega ahora a la edad de jubilación laboral, y es necesario evitar tanta discriminación: no puede ser que la edad sea un filtro para entrar a determinadas intervenciones', dice Rodríguez Rovira.
Lo que lleva a las listas de espera. Y también en este apartado, lógicamente, existe reclamaciones por parte de los ancianos. 'Las listas de espera afectan a todo el mundo' sí, pero fundamentalmente lo hacen a las personas mayores, como demuestra el hecho de que las esperas más importantes son las que se refieren a las operaciones de cataratas, de hernias, de artroscopias, de juanetes y de varices. Es lo que también denominamos 'discriminación indirecta': a la hora de la verdad, dice Rodríguez Rovira, los afectados son los mismos'.
La sospecha de que en muchos casos personas más jóvenes salten su turno y pasen por delante de las personas mayores también está presente.
El catálogo de discriminaciones expuesto por el presidente de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores es amplio.
Entre las soluciones inmediatas apunta a la inyección de dinero al sistema, al 'incremento' de la buena voluntad y al desarrollo de las jornadas de tarde en los hospitales. 'Algunos centros lo están resolviendo. Cuesta, naturalmente que sí, porque además nuestro sistema sanitario está montado de tal forma que a veces conviene que haya listas de espera para que la gente se vaya fuera, al sistema privado'.
El médico-tutor de la Atención Primaria
En relación directa con las personas mayores se encuentra, cada día y en una mayor parte de sus consultas, el médico de Atención Primaria. Él es quien mejor conocimiento tiene de las inquietudes y problemas de salud cotidianos de estas personas. Aunque, como reconoce el presidente de la Sociedad Española de Medicina General, José Manuel Solla, el médico cumple sobre todo un papel de asistente social: nunca la Medicina tuvo tanto de humanitaria como en estos casos.
Según afirma, 'el principal problema es la baja inversión que se realiza en servicios sociales en nuestro país, con el menor porcentaje de PIB de toda Europa. Eso tiene su reflejo inmediato en lo que es la Atención Primaria'.
El doctor Solla pone un ejemplo: una persona que tiene una bronquitis crónica y tiene infecciones frecuentes, al visitar el médico su domicilio se puede percatar de que el paciente no tiene calefacción, de que la estancia donde duerme tiene mucha humedad y de que, por tanto, las condiciones de vida no son las mejores. En el momento en que mejoran, éste pasa a tener de forma automática menos recidivas.
Por eso, el presidente de la SEMG aboga por la necesidad de, en primer lugar, invertir más en servicios sociales. 'En segundo lugar, hay que realizar una demanda de coordinación de estos con los servicios sanitarios'. La realidad en España es que los servicios sociales en algunas ocasiones dependen de los municipios, en otras lo hacen de la Administración sanitaria (las menos), en otras de organismos autonómicos' 'por ello, surgen los problemas de combinación de esta acción', afirma.
Tal y como comenta, el médico se convierte en un consultor social, 'sobre todo, los que trabajamos en el medio rural, en el que hay un claro envejecimiento: en ocasiones, un tercio de la población es mayor de 65 años. Esto significa que lo que vemos fundamentalmente en nuestras consultas son personas mayores, y terminamos haciéndonos verdaderos geriatras de cabecera. Debemos actuar como agentes sociales, solventando problemas que van bastante más allá del campo médico', añade.
Un aspecto que viene reclamando la SEMG es que a las personas mayores se les pueda atender con una receta 'multiprescripción', para que no tengan que repetir tanto sus visitas. Ello ayudaría notablemente a aligerar el exceso de carga burocrática que debe soportar el facultativo de Atención Primaria. El doctor Solla confirma que 'esta receta ayudaría mucho sobre todo para los pacientes que están estables dentro de una enfermedad crónica, aunque, por otra parte, también es una gran disculpa para que en muchos casos las personas mayores venzán la soledad. En el centro de salud tienen la ocasión de estar con personas de su mismo espectro sociológico, de charlar y relacionarse', dice.
El problema que surge es que, aunque los médicos de Atención Primaria acostumbran a realizar con eficacia esta labor social, el factor tiempo es el que más escasea en sus consultas, masificadas las más de las veces.
Sin embargo, el presidente de la SEMG advierte de que, al menos en Atención Primaria, las personas mayores no se pueden considerar ciudadanos de segunda clase, pues 'el trato es si cabe más afable que respecto a los demás pacientes'. Unos y otros ponen un notable en general a las consultas de A.P.
Una ley para la esperanza
El director general de la Agencia de Calidad del Sistema Nacional de Salud, Alberto Infante, reslató, n el reciente 48 Congreso de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), el momento expectante que vive este ámbito asistencial con el debate en el Congreso de los Diputados de la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y de Atención a las Personas en Situación de Dependencia. 'El desarrollo de este sistema de atención, que se ha denominado el cuarto pilar del estado de bienestar, nos va a obligar a todos a replantear la relación entre este nuevo sistema que nace y el Sistema Nacional de Salud (SNS) que tenemos. A medida que se vaya acometiendo el desarrollo reglamentario de esta ley, el SNS va a tener que ir adaptándose a este desarrollo normativo', indicó.
Así, Infante destacó que el SNS deberá: reforzar su trabajo en la promoción de salud en todas las edades, incluidas las avanzadas, muy en la línea con las estrategias de envejecimiento activo que se vienen propugnando desde los organismos internacionales. reforzar la prevención de las secuelas de los déficit funcionales de las enfermedades o las enfermedades crónicas. y trabajar por evitar, más y mejor, las discapacidades, siempre con la vista puesta en fomentar la mayor autonomía de los pacientes y, en consecuencia, retrasar las situaciones de dependencia.
'Envejecer lo más sanos y autónomos posible es una antigua aspiración de los seres humanos. Somos afortunados porque vivimos en un país donde hemos logrado que esa situación ya no sea una utopía para una gran mayoría de personas', concluyó Alberto Infante.
Por su parte, el presidente de la SEGG, Isidoro Ruipérez, tras reconocer la alta dosis de esperanza que está puesta en la Ley de Dependencia 'pese a sus imperfecciones', expresó su deseo de que 'todas estas consideraciones se plasmen en objetivos concretos'. La asistencia geriátrica, en su opinión, no debe quedarse fuera de la Cartera común de Servicios del SNS que está a punto de aprobarse y que va a proporcionar una equidad en las prestaciones sanitarias de todo el Estado español, según manifestó. Asimismo, ha solicitado que el Programa del Anciano Frágil no se contemple únicamente en la Atención Primaria, sino también en la Especializada.