El Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra el 10 de octubre, está organizado por la World Federation of Mental Health (Federación Mundial de la Salud Mental, WFMH siglas en inglés) y este año tiene como tema principal la relación entre la salud física y mental a lo largo de la vida ('Mental and Physical Health Across the Life Span').
Las patologías mentales son uno de los principales problemas que afectan a la población mundial. No en vano, según datos de la OMS, una de cada cuatro personas sufrirá algún trastorno mental a lo largo de su vida. En cifras, en todo el mundo 450 millones están afectadas por una enfermedad mental grave, y solo en nuestro país 250.000 sufren un trastorno de este tipo. Las patologías más comunes son la ansiedad y la depresión, que padecen un 22 por ciento de la población en algún momento de su vida. Además, aproximadamente un uno por ciento desarrollará alguna forma de esquizofrenia.
Sin embargo, a pesar de esta importancia, menos de un 25 por ciento de los afectados es diagnosticado y tratado correctamente en los países occidentales, aunque existen tratamientos efectivos para este tipo de trastornos. Sus causas son múltiples y en algunos casos desconocidas, aunque está claro que factores como la alteración química cerebral, la predisposición genética o el consumo de sustancias pueden contribuir a su aparición. En todo caso, cualquier persona es susceptible de sufrir una enfermedad mental a lo largo de su vida. Otro dato preocupante es que, también según la OMS, se prevé que los trastornos mentales aumentarán considerablemente en los próximos años.
Detección y diagnóstico precoz
Como se ha indicado anteriormente, el Día Mundial de la Salud Mental pretende ayudar a tomar conciencia a la opinión pública de la importancia de estas patologías. A juicio de Fernando Gonçalves Estella, médico rural de Almeida de Sayago (Zamora), en los últimos 15 años la sociedad se ha ido concienciando progresivamente de la importancia de los trastornos mentales.
Las causas fundamentales de este cambio han sido la eliminación de tabúes (ha disminuido la estigmatización social), la existencia de tratamientos más eficaces y el importante papel del médico de Atención Primaria en la asistencia a los trastornos mentales de sus pacientes. No obstante, como indica el doctor José Ángel Arbesu Prieto, médico de familia en el Centro de Salud de Sama de Langreo, en Asturias, todavía queda mucho camino por recorrer, a pesar de los esfuerzos realizados por el Ministerio de Sanidad y por la propia sociedad.
En este sentido, el doctor Gonçalves advierte acerca del uso indebido de medicamentos y de una cierta 'banalización' de la salud mental por parte de la sociedad. 'Se ha vendido a la población que, para cualquier problema, incluso banal, hay una solución en forma de pastilla, lo cual además de erróneo es muy peligroso', apunta.
El papel del médico Atención Primaria es en cualquier caso fundamental para el abordaje de las patologías. Para el doctor Gonçalves, es 'el auténtico psiquiatra de cabecera', y su labor adquiere un interés crucial en el diagnóstico precoz. En opinión del doctor Arbesu Prieto, estos profesionales disponen de un arma terapéutica muy importante como es el conocimiento integral del entorno familiar y los problemas que afectan directamente al paciente.
Estos problemas puedes desencadenar trastornos mentales en determinados pacientes predispuestos a ello. El diagnóstico precoz es fundamental ya que gracias a él las patologías pueden ser tratadas desde el principio con éxito, y no llegar a ser crónicas.
Ambos médicos coinciden en reseñar que la Atención Primaria, al ser la más cercana al paciente, es la que le conoce mejor y la que está en disposición de ofrecer un mejor tratamiento. Sin embargo, no en todos los casos puede tratarse el problema desde este nivel asistencial y ha de derivarse al especialista. Son aquéllos en los que haya sintomatología grave asociada (delirios, alucinaciones, alcoholismo...), en los que el paciente no mejore con el tratamiento prescrito, cuando no se tenga claro el diagnóstico o en aquéllos en que el enfermo desee ser tratado por un psiquiatra.
Es importante también la interconexión entre el médico de familia y el psiquiatra, ya que este último puede establecer las directrices del tratamiento a seguir. En definitiva, es necesario un enfoque multidisciplinar para afrontar los problemas.
Falta de tiempo
Sin embargo, no pocas veces los médicos de familia se encuentran con problemas que les impiden llevar a cabo el diagnóstico y el tratamiento de la forma más eficaz.
Estos son fundamentalmente dos: por un lado, el escaso tiempo del que se dispone, y, por otro, la dificultad del paciente para comunicar sus síntomas. Como señala el doctor Gonçalves, el tiempo de consulta que el médico puede dedicar a cada uno de sus pacientes es muy escaso; y la atención a los problemas de salud mental requiere formación y tiempo. Así pues, la formación, el tiempo y la motivación son los tres pilares básicos en los que se sustenta la labor del médico de familia.
El otro problema importante, como indica el doctor Arbesu, es que los afectados por enfermedades mentales pueden tener más dificultades para comunicar sus síntomas psíquicos que si padecieran patologías orgánicas. 'Existen barreras culturales o sociales que pueden dificultar la entrevista clínica y por lo tanto el diagnóstico', aclara.
Relación entre salud física y mental a lo largo de la vida
Este año el Día Mundial de la Salud Mental está dedicado a la relación entre salud física y mental a lo largo de la vida. Esta relación es clara: cuando la patología física crónica aumenta, también es mayor la vulnerabilidad a los trastornos mentales, y también al contrario, ya que los pacientes con trastornos psiquiátricos ven comprometida frecuentemente su salud física. 'Es evidente que no se puede separar la salud mental de la física', señala Arbesu Prieto, 'y la práctica de hábitos saludables, como hacer ejercicio físico adaptado al paciente o evitar excitantes y estimulantes, mejoraría parte de la sintomatología psíquica'.