Un primer problema con el que se encuentran los profesionales de la salud que topan con la enfermedad de Parkinson es el del diagnóstico. El neurólogo Gurutz Linazasoro, del Centro de Investigación del Parkinson de la Policlínica Guipúzcoa, de San Sebastián, e integrante del Comité Asesor de la Federación Española de Parkinson, entiende que éste es un problema importante en torno a la patología en España. Y es que 'pese a ser relativamente frecuente, ya que se calcula que hay alrededor de 100.000 afectados', y a que cada vez se conoce mejor, 'gracias entre otras cosas a la ayuda de los medios de comunicación, a las asociaciones o a la celebración del Día Mundial de la enfermedad' sigue habiendo bastantes casos sin diagnosticar, sobre todo en el medio rural. 'Sin embargo, los datos epidemiológicos que tenemos en España son muy similares a los de cualquier otro país de nuestro entorno europeo', afirma este experto.
Por sus síntomas (temblor, bradicinesia o lentitud de movimientos, rigidez creciente de los músculos...), el diagnóstico de sospecha no parece presentar excesivas complicaciones, y así lo confirma Jesús Sueiro, médico de Atención Primaria en Santiago de Compostela y vocal de la Asociación Gallega de Medicina Familiar y Comunitaria. 'La enfermedad suele presentar una sintomatología clara, por ello, de entrada, no tiene un manejo complicado. Otra cosa es que con su desarrollo posterior pueda tener un abordaje difícil, porque las resistencias farmacológicas se hacen mayores', según destaca.
Para el doctor Sueiro, la clave de que el Parkinson no pueda ser tratado mejor, desde su inicio, en la Atención Primaria es que los médicos de este nivel asistencial 'hoy por hoy no tenemos acceso a pruebas como un escáner cerebral o una resonancia magnética'. Eso hace que tengan que derivar al paciente a Neurología, y 'entones puede producirse un diagnóstico tardío, habida cuenta de cómo están las listas de espera'. Según su experiencia, esas pruebas a realizar 'pueden tardar meses'.
Por eso, el representante de la agamFEC insiste en que si se quiere que el sistema sanitario sea resolutivo, 'debe haber un acceso a la consulta neurológica en un tiempo razonable, o bien poder realizar nosotros mismos esas pruebas'.
Pero con la situación actual, Jesús Sueiro afirma que es 'frustrante' para el médico de A.P. cuando a su consulta llega un posible paciente de Parkinson. 'Yo creo que existe una buena formación entre los médicos de Primaria, y repito que el diagnóstico y el manejo inicial de la enfermedad tampoco son complicados. pero necesitamos contar con los recursos necesarios', insiste.
En materia de prevención, el problema, para el doctor Linazasoro, se centra en que 'no se sabe contra qué prevenir, al desconocer la causa'. A pesar de esto, lo que sí se puede decir es que 'adoptar una serie de medidas básicas de vida, como una dieta equilibrada, caminar todos los días, mantenerse activo psicológicamente, no tener estrés' es bueno para el cerebro y, por lo tanto, para el Parkinson'.
Nuevas 'armas' contra la enfermedad
El conocimiento sobre esta patología, en cualquier caso, es un punto a favor cada vez más importante en la búsqueda de soluciones. En este aspecto, Gurutz Linazasoro señala que en su desarrollo probablemente influyan factores genéticos y ambientales, y 'al faltarnos la causa no podemos curarla como se hace con otras enfermedades', pero lo que si es posible es saber qué ocurre dentro del cerebro de una persona con Parkinson, 'hay un grupo de neuronas que dejan de producir la dopamina, y ello provoca los síntomas clínicos de la enfermedad. Y lo que también podemos hacer es sustituir esa dopamina que falta mediante un tratamiento farmacológico', ha señalado.
Desde el punto de vista del tratamiento, Linazasoro incide en que España se encuentra al mismo nivel que cualquier país europeo occidental. La enfermedad de Parkinson, según señala, es crónica, y no acorta la vida de quien la padece. 'lo que se puede conseguir gracias a los fármacos, y a la forma de comenzar los tratamientos que actualmente existen, logrando incluso que una persona con Parkinson pueda tener una buena calidad de vida'. Desde este punto de vista, 'no estamos mal', señala. y lo importante es que cada vez 'vamos a estar mejor'. En este sentido, el Dr. Linazasoro destaca el lanzamiento este año de dos fármacos nuevos, y de otros dos probablemente el próximo. En su opinión, 'cada vez vamos a tener mejores 'armas' para luchar contra la enfermedad'.
Hasta el momento, y según informa la Federación Española de Parkinson, esta enfermedad sólo dispone de tratamientos sintomáticos, la mayoría de los cuales tienen como objetivo prioritario ayudar a mejorar la acción de la dopamina o potenciar su formación en el cerebro. La levodopa, que se utiliza desde la década de los 60, ha sido hasta ahora el fármaco más eficaz aunque esta eficacia va descendiendo después de tres o cinco años, y se empieza a asociar con efectos adversos. se ha comprobado que la combinación de levodopa con entacapona limita las consecuencias negativas derivadas del uso de la primera.
La administración conjunta de entacapona con levodopa produce concentraciones de levodopa estables y más duraderas en plasma, lo que se traduce en un aumento y estabilización de los niveles de dopamina en el cerebro, prolongando de forma significativa el período de tiempo que el paciente se halla en una fase 'on' (respuesta buena al tratamiento). Entacapona ha demostrado ser eficaz y seguro en más de 80.000 pacientes con enfermedad de Parkinson y no precisa de monitorización de la función hepática, según los expertos.
Además hay que destacar el uso de los anticolinérgicos, que alivian la rigidez y el temblor y reducen el exceso de producción de saliva, pero sus efectos secundarios limitan su uso en pacientes jóvenes o en los que predomine el temblor. También han demostrado su eficacia los agonistas dopaminérgicos, con representantes como pergolida, pramipexol, ropirinol, bromocriptina y cabergolina. Así como el antivírico amantadina y un inhibidor de la MAO-B, la selegilina.
La llegada de la rasagilina y la rotigotina
El doctor Linazasoro incide en la inminente salida al mercado español de medicamentos importantes, que pueden marcar un antes y un después: la rasagilina, un inhibidor de la MAO-B, y la rotigotina, un agonista dopaminérgico que se administra por vía transdérmica, en parche. En su opinión se trata de dos avances importantes. Y sobre todo de la rasagilina destaca que, además, de mejorar los síntomas, datos de un estudio reciente desarrollado en Estados Unidos sugieren que puede tener un efecto protector de la enfermedad, lo que hace que ésta avance más lentamente, 'con lo que esto supone en la mejora de la calidad de vida de los pacientes'.
En este sentido, y según añade Gurutz Linazasoro, se está realizando un ensayo clínico a gran escala (1.500 pacientes en todo el mundo, en el que participa la Policlínica Guipúzcoa) para demostrar el efecto protector de la rasagilina. 'A finales de este mes de abril, este producto se comercializará pero con la indicación de 'pacientes con la Enfermedad de Parkinson y complicaciones', es decir, en una fase más avanzada y no en el momento del diagnóstico. Para que se pueda utilizar desde el momento del diagnóstico, deberá demostrar que tiene ese efecto protector del que hablábamos. En el caso de que se pueda utilizar en todas las fases de la enfermedad, es una alternativa francamente interesante', ha afirmado.
En cuanto a la rotigotina, este neurólogo afirma que aunque ya existen varios agonistas dopaminérgicos en el mercado, éste tiene la particularidad de que se administra en parche por vía transdérmica. De esta manera consigue unos niveles del fármaco totalmente estables a lo largo del día. Disponer de un medicamento que pueda dar estabilidad es muy interesante, comenta el Dr. Linazaroso, 'porque hace que la vida sea más predecible y se lleve bastante mejor la situación'.
Otra manera de abordar la enfermedad es a través de la cirugía, aunque no con fines curativos sino para mejorar los síntomas. El doctor Linazasoro tiene una experiencia de veinte años en el estudio de la enfermedad y, sin embargo, no se aventura a dar una fecha de cuándo podría haber una operación que curase este problema. En los últimos diez años, las líneas de investigación no han cambiado mucho y 'eso hay que verlo desde el punto de vista positivo: quiere decir que vamos en la misma línea', resume.
Este neurólogo no esconde los desafíos que plantea una enfermedad que está demostrando ser enormemente compleja. Un problema, en su opinión, es que probablemente la enfermedad de Parkinson no sea una enfermedad única, sino que haya muchas. 'Aparece a veces en personas de 40 años, y otras, en personas de 80, y la evolución en ambos casos no tiene nada que ver, como tampoco la respuesta a los medicamentos o la problemática asociada'. Probablemente hay, pues, muchas enfermedades y cabe preguntarse cuál es la pista buena.
La revolución pendiente
La confianza de este especialista está puesta en las nuevas técnicas de desarrollo biotecnológico, basadas en la Genómica, que 'pueden dar mucho juego'. En este sentido recuerda que en el año 1970 una persona con Parkinson no tenía ningún tratamiento y la mortalidad era prematura. Entonces surgió, 'la levodopa y fue como un pequeño milagro. en los años 90 nos dimos cuenta de que dar una dosis elevada de levodopa podía conllevar problemas. y surge la cirugía, la segunda gran revolución, con la introducción en el cerebro de un pequeño electrodo que inactiva un grupo de neuronas, lo que produjo una mejoría de los síntomas espectacular, con la clara mejora también de la calidad de vida del paciente. aunque el problema de la cirugía es el riesgo que supone introducir agujas dentro del cerebro, con lo que hay un dos por ciento de posibilidades de complicación grave, aunque ha sido de gran ayuda para muchas personas', asegura.
Queda pendiente la 'tercera revolución', la que en opinión de este experto 'ya se está viviendo', que es la relativa a la biotecnología. 'Creo que vamos a tener muy buenas noticias año tras año: hay que vender esperanza, pero con fundamento', afirma. aunque se refiere también a las 'necesidades por cubrir', como llegar a disponer de un marcador que permita establecer qué persona tiene Parkinson, como si se tratara de la glucemia. llegar a tener un tratamiento neuroprotector, o mejorar los tratamientos sintomáticos. El objetivo último sería reponer las células que se han perdido, y 'tengo mucha confianza en lo que puedan dar de sí los estudios con células madre y la terapia génica', concluye.
Un congreso nacional en el décimo aniversario
Este año, la Federación Española de Parkinson (FEP) cumple su décimo aniversario. La FEP nació en 1996 con el objetivo de cubrir la falta de información que las personas afectadas tenían sobre la enfermedad, así como para encontrar apoyos y ofrecer la posibilidad de realizar terapias rehabilitadoras que se pudiesen complementar con el tratamiento farmacológico. En la actualidad, la Federación, a cuyo frente está como directora general Yolanda Rueda, agrupa a 32 asociaciones regionales y locales, y representa a más de nueve mil asociados, es decir, al nueve por ciento de la población afectada.
Para conmemorar esta efeméride, la FEP ha decidido organizar el I Congreso Español sobre la Enfermedad de Parkinson, que se celebrará los próximos días 29 y 30 de septiembre en la ciudad de Sevilla.
Por otro lado y ante la llegada del Día Mundial del Parkinson, la FEP ha querido recordar que los problemas sociales derivados de esta enfermedad son tan importantes como los biológicos o los psíquicos, y que el afectado debe recibir un conjunto de ayudas que le permitan, a él y a su familia, tener una mejor calidad de vida. Para la FEP, es esencial tener una buena educación sanitaria, rehabilitación física, terapia sicológica y realizar actividades de ocio para evitar el aislamiento y aprender a convivir con esta enfermedad.
Al conmemorar por décima ocasión el Día Mundial del Parkinson, la FEP ha incidido en la importancia que tiene la comunicación entre el médico y el paciente para el tratamiento óptimo de esta enfermedad, así como la difusión de información sobre su evolución y tratamiento, y concienciar a la población de la importancia que tiene esta enfermedad. Igualmente, la FEP cree importante la difusión de información sobre las diferentes asociaciones existentes en toda España.
Entre los programas de atención directa que realiza la Federación Española de Parkinson, destaca la ayuda a domicilio, que ofrece desde hace cinco años. Durante este tiempo, la FEP ha prestado este servicio a más de 150 familias españolas, anualmente. Igualmente, desde esta federación se ha realizado una intensa labor en la formación de profesionales.
Todo, en el intento de dominar por fin una enfermedad, o un conjunto de enfermedades neurodegenerativas, que está a punto de cumplir 200 años de vida. 'Movilidad involuntaria temblorosa, con disminución de la fuerza muscular, en partes del cuerpo que están en reposo. Hay tendencia a inclinar el tronco adelante y a que el paseo se convierta de pronto en carrera. No se ven afectados los sentidos o la inteligencia'. Así es como James Parkinson describió la enfermedad que llevaría desde entonces su nombre, así es la enfermedad cuya causa se persigue desde entonces y que no ha aparecido hasta ahora. La esperanza está puesta ya en la llamada 'tercera revolución'.