Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en los países desarrollados. La patología común a todas las enfermedades cardiovasculares es la arteriosclerosis, que está íntimamente ligada a la presencia de factores de riesgo. La arteriosclerosis coronaria es un proceso lento de acumulación de…
Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en los países desarrollados. La patología común a todas las enfermedades cardiovasculares es la arteriosclerosis, que está íntimamente ligada a la presencia de factores de riesgo. La arteriosclerosis coronaria es un proceso lento de acumulación de grasas, células inflamatorias, células musculares y formación de colágeno que provocan a lo largo de los años la estenosis de las arterias coronarias. Este proceso se inicia en las primeras décadas de la vida, pero no presenta síntomas hasta que la estenosis de la arteria coronaria es tan severa que causa una isquemia miocárdica o se produce una oclusión súbita por trombosis de la arteria, provocando una falta severa de oxigenación del miocardio, (angina inestable e infarto agudo de miocardio), según se explica desde la Fundación del Corazón, asociación promovida por la Sociedad Española de Cardiología.
Aunque su tasa de prevalencia ha disminuido (a expensas de los accidentes cerebrovasculares), debido al aumento de la esperanza de vida de la población, se espera que aumente. La incidencia de factores de riesgo cardiovascular (FRCV) en la enfermedad coronaria es muy alta (88 por ciento). y destacan la edad, el sexo (más frecuencia en varones), factores genéticos, presencia de colesterol, consumo de alcohol, tabaquismo, hipertensión arterial, diabetes, sedentarismo y obesidad. De todos estos, el hábito tabáquico se asocia más al sexo masculino y la diabetes al sexo femenino.
Situación en España
En España, las estadísticas indican que una de cada tres muertes totales y una de cada dos muertes por enfermedades cardiovasculares están relacionadas con la presión arterial. y la hipertensión arterial (HTA) como entidad propia lo está con una de cada cuatro muertes totales y una de cada 2,5 cardiovasculares. En el caso de la Insuficiencia Cardiaca (ICC), durante el año 2000, entre los varones, la ICC fue responsable del cuatro por ciento de todas las defunciones y del 10 de todas las muertes por enfermedades cardiovasculares.
Dado que no son enfermedades que presenten síntomas tempranos, es necesario un diagnóstico precoz, según insisten los expertos. y, entre ellos, el doctor Francisco Javier Alonso Moreno, vocal nacional de Investigación de Semergen y miembro del Grupo de Hipertensión de la misma Sociedad. Ejerce además como médico de AP en el Centro de Salud de Ocaña (Toledo).
Las consecuencias sociales y sanitarias derivadas de las enfermedades cardiovasculares son muy importantes. Es por este motivo por el que actos como los celebrados el Día del Corazón cobran tanta importancia, de cara a concienciar a la población para que adopten hábitos saludables que reduzcan esta alta prevalencia de las ECV.
A juicio del doctor Alonso, la sociedad en general recibe mucha información, aunque todavía, en su opinión, no existe una verdadera concienciación en muchas personas. 'En este sentido, campañas como la del Día Mundial del Corazón, con una estrategia clara y sencilla, pueden ayudar a que la población se implique en este proceso'. Por otra parte, las Sociedades Científicas juegan un papel fundamental en la formación e investigación de los médicos de Atención Primaria.
Pruebas diagnósticas y papel del médico de A.P.
La mayoría de los pacientes con sospecha de ECV requieren pruebas diagnósticas sencillas, como la medida de la presión arterial, un análisis de sangre con perfil lipídico y glucemia, incluyendo la hemoglobina glicada en el caso de los pacientes diabéticos. Es fundamental la monitorización del peso y la anamnesis sobre hábitos como el tabaco, alcohol y sedentarismo.
El diagnóstico de la angina de pecho se realiza fundamentalmente por la sospecha de dolor torácico, aunque en ocasiones se ha de recurrir a pruebas complementarias. En los pacientes con sospecha debe
realizarse un electrocardiograma, aunque esta prueba no siempre indica la presencia de la angina.
La prueba más utilizada para obtener evidencias de isquemia de miocardio es la prueba de esfuerzo, y si esto no es suficiente y para un diagnóstico más exacto se puede realizar una arteriografía coronaria.
En cuanto al papel de los médicos de Atención Primaria, su labor, como en otras muchas ocasiones, es fundamental, sobre todo desde el punto preventivo. 'Tanto el despistaje oportunista en la consulta, como el seguimiento de la HTA, dislipemia, diabetes, obesidad, tabaquismo, sedentarismo, etc pasan por el trabajo diario', señala el Dr. Alonso. En casos de complicaciones, aparición de eventos cardiovasculares, o de falta de control de los FRCV, el médico de Atención Primaria podrá derivar al nivel especializado, siendo fundamental la coordinación entre niveles y el trabajo mediante protocolos de actuación que integren a todos los profesionales.
Tratamientos y avances farmacológicos
Tal y como se recomienda desde la Fundación Española del Corazón, en los pacientes con angina de pecho se debe evaluar la existencia de factores de riesgo cardiovascular, y siempre que sea posible, corregirlos. Se debe evitar el tabaco en todas sus formas, se debe controlar la hipertensión y la diabetes, alcanzar un peso corporal ideal y realizar una dieta baja en colesterol y grasas.
Algunos pacientes con angina son sometidos a tratamientos de revascularización coronaria, que se puede realizar mediante cirugía cardíaca de derivación (bypass) o por angioplastia coronaria (con un cateterismo).
En los últimos años se han producido grandes progresos en la farmacología en el tratamiento de las ECV. El miembro del grupo de Hipertensión de Semergen explica que en el campo del eje renina angiotensina aún siguen recomendándose, en primer lugar, los IECA.
Desde el año 2003 los ARA II empiezan a abrirse camino en el tratamiento de la ICC y pueden tener efectos muy favorables en algunas patologías como la fibrilación auricular.
Otros fármacos que pueden estar indicados, según las distintas situaciones clínicas, son los betabloqueantes, los antiarrítmicos, anticoagulantes y estatinas. En cuanto a la anticoagulación, existe un importante aumento en el número de pacientes anticoagulados, sobre todo enfermos con fibrilación auricular o cardiopatías. También es importante reseñar la prevención de la enfermedad tromboembólica con heparinas de bajo peso molecular, ya que cada vez son más los pacientes que son sometidos a esta profilaxis. Por último, algunos estudios recientes han puesto de manifiesto los beneficios del tratamiento de pacientes con estatinas y su utilidad en distintas poblaciones: ancianos, mujeres, diabéticos, pacientes con colesterol total normal o discretamente elevado.
Es importante que los pacientes no vean el tratamiento como una imposición, sino como algo que es necesario para la prevención y manejo de las ECV. Como conclusión, y como recalca el doctor Alonso, la población debe concienciarse del problema creciente de la obesidad, que ya desde edades tempranas se da en nuestra sociedad. No podemos olvidar los hábitos de vida sedentario y el tabaquismo como factores de riesgo cardiovascular por su importancia, y lo que pueden aportar a la prevención de estas enfermedades los hábitos de vida saludable, entre ellos una dieta equilibrada y pobre en grasas animales y la práctica diaria de una actividad física moderada.