Redacción, Madrid.- Una de cada cuatro personas, el 25 pro ciento de la población, sufre un trastorno mental a lo largo de su vida. Estos problemas mentales y conductuales son universales, ya que afectan a hombres y mujeres de todas las sociedades y países. Así lo ha indicado la Federación Madrileña de Asociaciones Pro Salud Mental (FEMASAM), con motivo de la celebración, el 10 de octubre, del Día Mundial de la Salud Mental.

Según FEMASAM, 450 millones de personas en el mundo padecen una enfermedad mental, neurológica o conductual que dificulta su vida, aunque sólo una minoría recibe tratamiento. Y, concretamente, más del 50 por ciento de los enfermos mentales graves no reciben tratamiento. Esta situación empeora en los lugares menos desarrollados, donde entre el 76,3 y el 85,4 por ciento de los casos graves están sin tratar. Asimismo, esta federación destaca que entre el 70 y el 80 por ciento de las personas con enfermedad mental están en situación laboral de desempleo.

Por zonas geográficas, los países asiáticos son los que presentan menos casos de trastornos mentales. La tasa de estas dolencias varía de un 4,3 por ciento en Shangai a un 26,4 por ciento en los Estados Unidos, según las últimas encuestas de la World Mental Health.

Consecuencias psicológicas por enfermedades crónicas o graves

Este año el Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra en más de 100 países, está dedicado a la relación entre la salud física y la salud mental y sus trastornos concurrentes. En este sentido, los especialistas recuerdan que las enfermedades crónicas o catastróficas, como el cáncer, la diabetes, las cardiopatías o el VIH/sida, no sólo representan una fuerte carga para quienes las sufren, sino que, además, es frecuente que estas dolencias conduzcan a serios trastornos psicológicos, como la depresión.

La World Federation for Mental Health (WFMH) apunta que las investigaciones en el campo mental han llevado a pensar en la relación inherente entre la salud mental y la salud física, cómo se afectan entre sí y de qué forma son inseparables para lograr un nivel de bienestar completo. "Lamentablemente, por muchos años ha sido común y aceptable establecer separaciones y diferencias en el tratamiento entre salud física y mental, pero ha llegado el momento de reafirmar nuestra posición: la salud implica la salud mental", reivindican desde la Federación Mundial.