La obesidad, el colesterol y la hipertensión son algunos de los principales
factores de riesgo que intervienen en las enfermedades cardiovasculares y que
pueden controlarse a través de la alimentación. Según el
doctor José Antonio Casasnovas, vocal de la Fundación Española
del Corazón (FEC), "los buenos hábitos de vida, entre los que
la influencia de la alimentación resulta fundamental, previenen las enfermedades
del corazón". Si tenemos en cuenta que "el 60 por ciento de los
hábitos de vida adquiridos tienen lugar en la infancia, tanto en el colegio
como en la familia -señala- resulta primordial la influencia de la alimentación
en la etapa escolar. A este respecto indicó que "actualmente la calidad
y variedad de la alimentación en los centros escolares es elevada".
Directamente relacionado con la alimentación y los hábitos de vida
que se adquieren en la infancia se encuentra el sedentarismo, importante factor
de riesgo cardiovascular.
Y es que, aproximadamente el 30 por ciento de los niños españoles
menores de 15 años tiene sobrepeso u obesidad, lo que facilitará
la aparición de enfermedades cardiovasculares de manera precoz. Esto se
debe a un problema tanto de alimentación como de sedentarismo, ya que la
vida de los niños actuales carece del ejercicio físico necesario.
En este sentido, es importante recordar que las enfermedades cardiovasculares
son las responsables de un tercio de las muertes que se producen en el mundo,
concretamente fallecen al año 17 millones de personas por este motivo.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada dos
segundos se produce una muerte por enfermedad cardiovascular en el mundo, cada
cinco segundos un infarto de miocardio y cada seis segundos un ictus.