Las infecciones urinarias son un problema de salud pública significativo, especialmente entre mujeres, ya que se estima que la mitad de ellas las padecerán en algún momento a lo largo de su vida. Ahora, un nuevo estudio clínico ha demostrado la eficacia del
sistema de análisis Sysmex PA-100 AST. Este es capaz de detectar bacteriuria, es decir la presencia de bacterias en la orina, y efectuar pruebas de sensibilidad antimicrobiana (AST) en tan solo 45 minutos.
En concreto, el analizador está diseñado para identificar las bacterias
Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae, Proteus mirabilis, Enterococcus faecalis y
Staphylococcus saprophyticus. A partir de estas, el sistema estudia la resistencia o sensibilidad a cinco antimicrobianos: amoxicilina/ácido clavulánico, ciprofloxacina, fosfomicina, nitrofurantoína y trimetoprima. Los resultados del estudio confirman que
el test rápido proporciona una recomendación de tratamiento óptima en el 80 por ciento de los casos, con lo que se reduce la prescripción de antibióticos de amplio espectro. El 20 por ciento restante de casos se resolverá, como hasta la fecha, en la valoración médica de cada paciente.
Esta tecnología, evaluada por primera vez en la Fundació Puigvert, promete transformar el diagnóstico y tratamiento de
infecciones del tracto urinarario (ITU). El objetivo final es optimizar el uso de antibióticos y reducir la propagación de la resistencia a los antimicrobianos.
Infecciones urinarias
Carles Alonso-Tarrés, jefe del
Laboratorio de Microbiología de la Fundació Puigvert, de Barcelona, en colaboración con Jaume Borràs, jefe clínico del Servicio de Urgencias de la Fundació Puigvert, han sido quienes han liderado este estudio, con la colaboración de los servicios homólogos del Hospital de Sant Pau y la empresa Sysmex, en la que se incluye Sysmex Astrego, que ha desarrollado la tecnología.
“Hasta ahora, uno de los principales obstáculos que tenemos en el manejo de las ITU es que los cultivos necesarios para conocer cuál es el antibiótico más adecuado tardan de dos a cuatro días. Esto es un tiempo excesivo, en el que el estado del paciente puede empeorar significativamente, y que nos obliga a los especialistas a utilizar la prescripción empírica”
, señala Jaume Borràs, quien recalca que la nueva herramienta puede suponer un importante cambio de paradigma en el tratamiento de este tipo de infecciones.