Las estadísticas reflejan que cuatro millones de españoles, un diez por ciento de la población, padecen trastornos depresivos, aunque uno de cada cinco lo oculta, según informa la European Medical Association. Las cifras globales son más espectaculares, ya que se refieren a 120 millones de personas en todo el mundo. Según otros estudios, la depresión es la segunda causa de baja laboral en España y la primera en algunos colectivos, como la enseñanza. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que un 5,8 por ciento de varones y el 9,5 por ciento de las mujeres experimentarán un episodio depresivo en un periodo de doce meses.
Aunque su incidencia es mayor en la madurez, los datos reflejan que cada vez se contabilizan más casos en adolescentes y adultos jóvenes (de 15 a 44 años). Según las previsiones de la OMS, basadas en las tendencias de la transición demográfica y de los datos epidemiológicos, el año 2020 la carga de la depresión aumentará al 5,7 por ciento de la carga total de morbilidad, y sólo será superada en ambos sexos por las miocardiopatías.
Hoy día, la mayoría de los expertos reconocen la depresión como unitaria, endógena, con una fisiopatología, una clínica médica y un tratamiento farmacológico.
Las mejores soluciones
El lema de este año, 'La depresión: buscando las mejores soluciones', es un llamamiento específico hacia el profesional de Atención Primaria, ya que su apoyo se considera fundamental para mejorar la salud de los pacientes que sufren esta patología. Uno de los objetivos básicos de la jornada es promover un debate sobre las importantes consecuencias del padecimiento de la depresión, tanto para la salud de los individuos como por la repercusión que tiene en los ámbitos social y familiar.
El Día Europeo de la Depresión se celebra en España con la colaboración de las principales sociedades científicas de Atención Primaria y Psiquiatría: SemFYC, Semergen, Semg, Sociedad Española de Psiquiatría y Sociedad Española de Psiquiatría Biológica. La organización cuenta además con el apoyo de asociaciones de pacientes afectados y de familiares de enfermos mentales. Profesionales de prestigio de las distintas asociaciones colaboran en esta jornada en la realización de actividades que puedan suponer una mejora en el manejo de los problemas derivados de la depresión desde distintos puntos de vista. Así, se realizan actos dirigidos a los médicos para ayudar en las tareas de diagnóstico y tratamiento, y otros enfocados a los ámbitos sociales.
Para alcanzar los objetivos marcados, los organizadores reclaman la implicación de los profesionales de Atención Primaria, ya que es en este entorno asistencial donde de manera prioritaria se diagnostica y se trata esta patología.
Depresión y Atención Primaria
El doctor Juan Manuel Mendive, médico de familia y responsable en España de la European Medical Association, asegura que 'el correcto abordaje de la depresión requiere, en primer lugar, de un entorno adecuado para poder ser realizado. La Atención Primaria, con sus características de accesibilidad y continuidad asistencial, resulta el marco ideal para poder diagnosticar y tratar la depresión en la mayoría de las ocasiones'. En su opinión, el médico de familia es el profesional idóneo para ello, 'porque se encuentra preparado y resulta el referente adecuado en muchos casos para las personas que padecen esta enfermedad'.
En España, este profesional se enfrenta en su consulta a la necesidad de realizar un diagnóstico y seguimiento de la evolución de la depresión adecuados y, en general, de otros problemas de salud mental que son muy frecuentes en Atención Primaria. Sin embargo, no siempre cuenta con los recursos oportunos, y ésta es la principal reivindicación de los profesionales en esta jornada.
Tal como señala el doctor Mendive, 'cuando hablamos de recursos nos referimos, en primer lugar, a la necesidad de dotar a las consultas de los mecanismos necesarios para invertir en tiempo asistencial dedicado a los pacientes'.
Es precisamente la presión asistencial uno de los problemas más acusados por los profesionales de Atención Primaria que, en ocasiones, recurren sin remedio a la derivación de pacientes que, sin manifestar patologías graves, deben ser atendidos en Atención Especializada. 'Resulta muy triste 'asegura el doctor Mendive' tener que derivar a un paciente a un equipo de salud mental para que se pueda abordar adecuadamente un trastorno depresivo simplemente por falta de tiempo'.
A pesar de ello, en las consultas, la situación, en general, está suficientemente controlada y, según el doctor Mendive, 'el sistema sanitario tiene criterios claros y bien establecidos al respecto'. Otra cuestión es la coordinación entre ambos niveles asistenciales, que puede dificultar el seguimiento del paciente. En opinión de este experto, 'problemas de coordinación siempre ha habido y siempre habrá y, aunque la situación no es la misma en las distintas comunidades autónomas se puede decir que, en general, la coordinación entre Atención Primaria y Atención Especializada es uno de los temas pendientes'.
Segunda causa de baja laboral
La depresión está cada día más relacionada con la vida laboral: la inseguridad en el empleo, el agotamiento por estrés o la frustración son factores relacionados con el trabajo que explican muchas reacciones de ansiedad, que pueden llevar a determinadas personas a padecer una depresión. Además, esta enfermedad muchas veces se oculta bajo otros síntomas como anemia, mareos o malestar general, y resulta imprescindible ahondar en la historia del paciente para realizar un diagnóstico correcto.
Así las cosas, la relación entre depresión y vida laboral se hace cada día más patente. Los datos de las mutuas en España destacan que es la segunda causa de baja laboral y la primera en determinados colectivos, como la enseñanza. En este sentido, la OMS subraya que la depresión es la patología mental más frecuente en Europa.
El estrés crónico, provocado por un exceso de exigencia en el trabajo, y el estrés agudo, que se manifiesta en trabajadores que tienen la obligación de concluir tareas con fechas tope, son algunos de los desencadenantes laborales de la depresión. Una segunda vía es la frustración de querer conseguir una meta y no lograrla, lo que puede llevar a la desilusión y, en casos límite, a estados depresivos. Los médicos se enfrentan cada vez más a cuadros depresivos causados por el síndrome del quemado o burn out. En este caso, se trata habitualmente de personas que trabajan en trato directo con el público, como los profesionales sanitarios.
El acoso laboral o mobbing es también causa de bajas laborales por depresión y estos casos, cada vez más frecuentes, se dan en todas las profesiones. Lo cierto es que se trata de una patología que se diagnostica cada vez más, aunque, según destaca Manuel Mendive, 'cuando se prescriben antidepresivos es posible que no todos se receten por trastornos depresivos per se, sino por otros como trastornos crónicos del estado de ánimo, y esto sin duda es un reflejo de la evolución de la sociedad donde cada vez son más frecuentes los trastornos del estado anímico'.
Con estos antecedentes, los médicos de familia insisten en la necesidad de dotar a la Atención Primaria de los recursos suficientes. Para Juan Manuel Mendive, 'hace mucho tiempo que ha quedado demostrado que es la manera más eficiente de invertir en salud para la población por parte de la clase política, y esto es especialmente cierto para la salud mental y, en particular, para la depresión. Si tenemos presente que en su diagnóstico, muchas veces oculto, el conocimiento previo del paciente, la accesibilidad y la continuidad asistencial que brinda la Atención Primaria resultan fundamentales'.
Manejo del paciente deprimido
En la actualidad, el profesional tiene a su alcance diversas guías de práctica clínica, algunas de ellas de carácter internacional, con un gran rigor metodológico que resultan de gran ayuda para el correcto manejo del paciente depresivo. El doctor Mendive recomienda su uso y asegura que 'en ellas queda claro el papel que debe desempeñar el médico de familia en esta patología y los criterios a seguir para derivar al paciente al equipo de salud mental'. Entre otros factores, se destacan la depresión mayor, la depresión recurrente, las ideas autolíticas y la falta de respuesta terapéutica. En todos estos casos, según recuerda Mendive, el médico de familia debe seguir el proceso asistencial colaborando con el psiquiatra en lo que se denomina el manejo compartido o 'shared care' en la nomenclatura anglosajona.
Sin embargo, en este punto no hay coincidencia y son muchas las voces que denuncian una excesiva derivación a los equipos de salud mental en casos que son potencialmente tratables en Atención Primaria o que, incluso, podrían ser derivados a otros recursos comunitarios. Además, la situación en las distintas comunidades autónomas no es la misma y existen determinadas carencias en lo relativo a programas de coordinación establecido y reglado entre los distintos niveles asistenciales.