El personal sanitario es la piedra angular de los sistemas de salud, pero está atravesando una crisis en el mundo entero, crisis a la que ningún país escapa por completo. Los resultados están a la vista: centros sanitarios sin profesionales de la salud y hospitales incapaces de contratar o retener a personal básico'. Estas declaraciones, pronunciadas en su día por el subdirector general de Pruebas Científicas e Información para las políticas de la OMS, el doctor Tim Evans, alertan de la 'escasez crónica de profesionales' en el mundo, que tiene su principal incidencia en los países en vías de desarrollo.
De hecho, la propia organización ya ha arrojado unos datos estimativos de este déficit que se antojan, al menos, preocupantes: hay alrededor de 59 millones de personas en el mundo dedicadas a ofrecer asistencia sanitaria, una cifra que resulta insuficiente según las previsiones, que coinciden en que harían falta otros cuatro millones más de trabajadores para atender a la creciente demanda de la sociedad.
Esta necesidad de recursos humanos se hace más acuciante en el tercer mundo, según ha revelado el propio Evans, que será el encargado de presentar el próximo 7 de abril el informe anual sobre la salud en el mundo de la OMS y que estará centrado en los profesionales sanitarios. Así, por ejemplo, expone que alrededor de 750.000 agentes de la salud trabajan en el África subsahariana para atender una población total de 682 millones de habitantes, una proporción que es de diez a quince veces superior en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
Bajo el lema 'Colaboremos por la salud', el objetivo final de este informe es el de esbozar las dificultades crónicas que padecen los agentes de la salud en el desarrollo de su actividad y, a la vez, dibujar una serie de líneas básicas, con la ayuda de los diferentes Estados y entidades públicas y privadas, para impulsar la dignificación de la profesión en la próxima década.
Para conseguir estas metas, los responsables de la OMS se han marcado tres líneas estratégicas, que abordan, por un lado, la importancia de una mayor inversión en formación y perfeccionamiento de los conocimientos del personal sanitario. el impulso para realzar el funcionamiento de los sistemas de salud públicos y privados, con la implicación de los propios empleados. y, por último, la lucha frente a las desigualdades, la mala distribución de los recursos humanos y la migración internacional.
La inversión en formación
Unos conocimientos amplios de la profesión sanitaria es el pilar fundamental que sustenta cualquier mejora de los sistemas de salud. Sin embargo, las 1.600 facultades de Medicina que hay en el mundo no forman a los suficientes médicos para hacer frente a la demanda global. Este déficit se hace extensible a otras ramas de la atención sanitaria, caso de Enfermería o Farmacia. A este detalle hay que sumar la mala distribución geográfica de estos espacios de enseñanza.
La situación en Asia suroriental es un ejemplo evidente de este desnivel. La región acoge a casi un tercio de la población mundial, ha contado, hasta el año 2004, con menos del 5 por ciento de las escuelas de salud pública del mundo, lo que constata que la infraestructura educativa necesaria para la equidad de la salud global es inadecuada.
Para evitar estas circunstancias de desequilibrio, la OMS esboza una serie de máximas que, en todo momento, deben contar con la implicación total de los Estados. En este sentido, la organización recomienda el desarrollo de planes nacionales que identifiquen los puntos débiles de los profesionales sanitarios, así como establecer los medios suficientes para su reciclaje. El perfeccionamiento del personal en activo vendría así de la mano de programas de formación continuada que serán beneficiosos a la hora de adaptarse tanto a las nuevas tecnologías y técnicas de atención al paciente como al tratamiento de nuevas enfermedades.
En esta recomendación también deben jugar un papel esencial las necesidades reales de cada país. Por este motivo, la OMS propone que, en la medida de lo posible, tanto la educación de los nuevos profesionales como los cursos de formación continua deban centrar sus lecciones en 'prioridades nacionales de la salud'.
La inversión pública destinada a esta formación específica de los profesionales sanitarios de determinado país, en especial aquellos con menos recursos económicos, debería ser entendida, según establece la propia Organización Mundial de la Salud, como una inversión más a largo plazo para dotar a los sistemas sanitarios de profesionales con unos estudios específicos para el tratamiento de las enfermedades más comunes de estos lugares.
Junto a esta enseñanza específica según las necesidades de los países, la OMS considera que la formación pública debe ir acompañada, cada vez más, por una mayor implicación de la inversión de carácter privado. De esta manera, alberga esperanzas en que las políticas públicas de acreditación y certificación de instituciones del sector privado puedan suponer un impulso a la hora de mejorar las capacidades de los profesionales sanitarios.
El efecto dominó de la migración
La escasez de personal sanitario para abastecer las necesidades de la población se hace más acuciante con el fenómeno de las migraciones de los profesionales a otros países, lo que ha generado que algunos de ellos se vean abocados a situaciones realmente extremas a la hora de realizar una asistencia sanitaria de calidad. Las estimaciones sobre un déficit de cuatro millones de profesionales sanitarios en el mundo están afectando principalmente a los países en vías de desarrollo.
Así, la OMS advierte que hay 57 países que están por debajo del umbral mínimo de atención sanitaria, principalmente en África y Asia. De hecho, hay países con menos de 2,3 trabajadores de la salud por mil personas, lo que genera problemas de asistencia en cuestiones prioritarias como tener una cobertura del 80 por ciento para, por ejemplo, la prevención del sarampión o disponer de los expertos suficientes para asistir un parto. El director general de la Organización Mundial de la Salud, el doctor Lee Jong-Wook, ha advertido que este desnivel forma parte del éxodo de médicos y otras especialidades sanitarias hacia los miembros de la OCDE y países del primer nivel, cuya demanda ha crecido en gran parte por el envejecimiento de la población.
'En países desarrollados, al aumentar el umbral de vida de la población y las enfermedades crónicas, hay una demanda cada vez mayor de profesionales, y esta necesidad está siendo resuelta cada vez más con la captación de trabajadores entrenados de países en vías de desarrollo', puntualiza el doctor Jong-Wook, que reconoce que esta tendencia lo único que provoca es exacerbar el déficit de recursos existentes en aquellos países. Por ejemplo, de cada cien doctores africanos que trabajan en su país, hay 23 que desarrollan su actividad profesional en ocho naciones miembros de la OCDE.
El fenómeno de la migración internacional está afectando, por tanto, a las poblaciones con sistemas de salud con menos recursos. Por ello, la advertencia de la OMS sobre este punto se centra en las consecuencias que trae este éxodo puesto que, por lo general, disponen de un sistema sanitario frágil y la pérdida de estos trabajadores puede derivar en la ruptura de estas instituciones y 'la consecuente pérdida de vidas'.
Ante esta diatriba, la solución expuesta por este organismo es la de que tanto los gobiernos de los diferentes países como la comunidad internacional en su conjunto sepan conjugar el derecho a la libertad de movimiento de estos profesionales con una acción responsable de incentivación para evitar su marcha y, por ende, situaciones de desequilibrio importantes.
La migración también afecta a las zonas rurales
La migración no sólo es un problema internacional, sino que también se registra en un mismo país. La mala distribución geográfica de los profesionales sanitarios en determinados países genera una brecha entre la atención sanitaria en poblaciones urbanas y rurales. Esta circunstancia no solo afecta a los países en vías de desarrollo, sino que ocurre en igual medida en los desarrollados.
La OMS baraja como posible salida a esta situación la creación de escuelas de salud en zonas rurales, para que sus habitantes tengan la posibilidad de formarse y ejercer en su lugar de procedencia. Además, propone que se destinen incentivos o compensaciones para lograr que los profesionales sanitarios decidan mantener su puesto de trabajo en zonas rurales.
El caso español: en medio del efecto dominó
España no ha quedado exenta de este efecto dominó. Muchos profesionales del Sistema Nacional de Salud aceptan las ofertas de Portugal y Reino Unido, donde 'están mejor remunerados y disfrutan de un mayor reconocimiento de su labor profesional que en España', según relata el presidente de la Organización Médica Colegial, Isacio Siguero.
Este éxodo de profesionales ha llevado incluso a la contratación de médicos de otros países, preferentemente de Europa del Este y Latinoamérica, con lo que se pone de manifiesto esta tendencia expuesta por la OMS. 'EEUU se nutre de médicos de Reino Unido, que busca suplir estas plazas con médicos de Alemania, que hace lo mismo en la República Checa', expone Miguel Ángel García Pérez, coordinador de estudios, como ejemplo de este efecto dominó en el que España se sitúa en un escalón intermedio.
Esta migración ha generado las primeras carencias de profesionales sanitarios en la Sanidad española, sobre todo en determinadas especialidades como las quirúrgicas y anestesia, según comenta el presidente de la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME), José María Lobos. 'España sufre un déficit importante entre diez y quince especialidades que va a provocar la necesidad urgente de un aumento de los recursos sanitarios en los próximos años para incorporar a nuevos profesionales', señala el propio Lobos.
En este sentido, la Fundación CESM publicó el año pasado un informe sobre la demografía médica en España en el que se analizaba el cambio de tendencia de los recursos humanos de sistema de salud en los últimos seis: mientras que la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos alertaba en el año 2000 de un exceso de médicos, el estudio del pasado año mostraba que el envejecimiento y la emigración a otros países de los profesionales han contribuido a que 'en una década se pueda detectar una importante carencia de profesionales'.
Los últimos datos actualizados que maneja CESM sobre el número de médicos en España son levemente superiores a los del año pasado. Este sindicato calcula que cuatro mil profesionales se han incorporado a la práctica médica, lo que fija la población en 173.705 médicos.
Sin embargo, García Pérez apunta a que este crecimiento es menor si se tiene en cuenta las estimaciones de la Organización Médica Colegial (OMC), que establece una media de entre 800 y 900 médicos que emigran al año a ejercer en otros países. 'Si se mantiene esta tendencia, no es de extrañar que en diez o quince años, cuando comiencen a jubilarse los médicos licenciados en los años 70, se produzca una disminución real del número de médicos en España', vaticina el portavoz de CESM que, además, mantiene que algunas especialidades tendrán 'serios problemas para encontrar recambios'.
A este respecto, el Dr. Lobos añade que esta situación se agrava con la reducción del número de estudiantes de Medicina que inician su formación como médicos residentes. 'Hay un cambio generacional por un tema de envejecimiento de la profesión que no se ha visto acompañado en la misma medida con la llegada de nuevos profesionales', manifiesta el presidente de FACME. En la misma línea, el presidente de la OMC lamenta la disminución del número de estudiantes, que justifica por las desventajas de la profesión: el estudiante 'requiere un mayor esfuerzo intelectual al estar 11 años de formación para después contemplar cómo no está reconocido ni económica ni socialmente'.
Ante las perspectivas nada halagüeñas que se divisan en el horizonte, tanto la FACME como la OMC están trabajando conjuntamente con la Conferencia de Decanos de Facultades de Medicina y el Consejo Nacional de Especialidades para abordar posibles soluciones a esta problemática. Por el momento, algunas universidades ya están estudiando seriamente la posibilidad de aumentar el número de plazas de estudiantes de Medicina para el próximo curso académico, algo que la propia Conferencia de Decanos considera una idea poco apropiada, ya que el aumento de matrículas reduciría la calidad de la formación si no viene acompañada de un incremento de los medios disponibles.
Un aumento de la carga asistencial
El presidente de FACME también alude a otras cuestiones paralelas a las carencias de la Sanidad española, como la mayor presión asistencial existente, debido al aumento de la población inmigrante y al incremento de la esperanza de vida. Esta situación ha sido el detonante de un mayor gasto sanitario y un aumento importante de los tratamientos de enfermedades crónicas, lo que ha generado igualmente, según Lobos, 'un mayor número de ingresos hospitalarios y, por tanto, una mayor carga asistencial'.
Por su parte, García Pérez comparte que el aumento de la población inmigrante ha tenido su incidencia en el incremento de asistencias, aunque también aclara que 'este colectivo no es excesivamente consumidor de usos sanitarios, sino más bien asiduo a determinadas especialidades como Pediatría y Ginecología, donde las previsiones de carga asistencial se están sobrepasando'.
Esta carga asistencial de los médicos ante la creciente demanda de la sociedad española está generando una serie de daños colaterales que afectan directamente a la profesión. A los casos de mobbing o acoso psicológico en el trabajo se une en la actualidad un aumento de las agresiones y amenazas de los pacientes y sus familiares. 'Es algo alarmante que no estemos respetados', explica la secretaria de Salud Laboral de CESM, Beatriz Ogando, que traslada en sus palabras la frustración de un profesional al que 'lo que más le duele es ser víctima de una agresión cuando está ejerciendo con una vocación de servicio público'.
El panorama, aunque no es nada alentador, también registra avances como la mayor implicación en los últimos tiempos de la Justicia. Ogando destaca así que a 'los médicos ahora nos hacen un poco más de caso, ya que están empezando a dictar órdenes de alejamiento contra los pacientes agresores y, además, proporcionan una cobertura ágil gracias a los juicios rápidos'.
No obstante, el principal obstáculo que ha surgido de este aumento de la carga asistencial ha sido la aparición de casos de burn-out 'o desgaste profesional', que no sólo llevan a los médicos a tratar más con las enfermedades que con los pacientes, sino que en algunos casos degenera en problemas psicológicos y de salud que afectan a su rendimiento profesional y a su vida diaria. La última encuesta realizada sobre esta desmotivación del personal de los centros sanitarios revela que un 41,6 por ciento de los trabajadores presenta un alto nivel de cansancio emocional, mientras que la media de otros colectivos se sitúa en torno al 33 por ciento.
Un gran pacto de Estado para dignificar la profesión
Las diferentes entidades representativas del ámbito sanitario buscan fórmulas para paliar las carencias de la Sanidad española. La más insistente es la que promueve el presidente de la Organización Médica Colegial, Isacio Siguero, que reivindica la puesta en marcha de un 'gran pacto de Estado para que las cuestiones sanitarias no se conviertan en una moneda de confrontación política'.
Asimismo, esta propuesta serviría para 'estabilizar la política sanitaria, ya que es un tema muy serio y preocupante para que esté sujeto a los cambios de Gobierno'. En la misma línea, considera que el hecho de que la propia OMS haya dedicado el Día Mundial de la Salud a los profesionales sanitarios de todo el mundo puede suponer 'un revulsivo' para concienciar a las autoridades, aunque asegura que 'aún hay un camino largo para que estas pretensiones se traduzcan en realidades'.
Lo que no cabe duda es que la OMS está volcada no sólo en hacer pública la situación de los trabajadores, sino también en hacer una apuesta decidida en la dignificación de la profesión sanitaria. 'El Día Mundial de la Salud de 2006 nos da la oportunidad a todos de celebrar la contribución notable a la salud humana y al desarrollo realizado por los ayudantes de la Sanidad', expresó en su momento el director general de la OMS. Por este motivo, el 7 de abril presentará un informe con las líneas básicas que se deberán abordar a lo largo de la próxima década para paliar el desabastecimiento de médicos, enfermeras y personal de apoyo en los hospitales y centros de salud de todo el mundo.
El coordinador de la memoria anual, Tim Evans, ya ha aclarado que no existe una solución única, aunque hay direcciones de trabajo que ya se están perfilando. De esta manera, los países desarrollados están iniciando políticas para acabar con la contratación activa de personal de la salud procedente de países con plantillas deficitarias, mientras que varios en vías de desarrollo se están esforzando en incentivar a su personal para que permanezca en sus centros sanitarios. Si estas tentativas obtienen sus resultados no se sabrá hasta dentro de unos años. Pero, eso sí, es seguro que, a partir del próximo 7 de abril, la agenda política de los Gobiernos tendrá entre sus puntos primordiales el lema de la presente edición del Día Mundial de la Salud: Colaborar por la salud.