Redacción, Madrid.- Alrededor del cinco por ciento de la población en España padece asma, que afecta a uno de cada ocho niños en edad escolar. En total, alrededor del 70 por ciento de los españoles tiene mal controlado el asma y sólo uno de cada diez cree que es posible controlar totalmente los síntomas de la enfermedad, según los resultados del Estudio de Control del Asma en España (ESCASE).
El profesor José Luis Álvarez-Sala, presidente de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), catedrático de Medicina y jefe del Servicio de Neumología del Hospital San Carlos de Madrid, asegura que "los síntomas del asma empeoran de forma importante la calidad de vida de los pacientes, impidiéndoles llevar a cabo con normalidad muchas actividades cotidianas". "Por ello, es fundamental que el objetivo del tratamiento del asma se centre en controlar al máximo los síntomas", indica.
En cuanto a la importancia de estos resultados, el doctor José Echave, del Servicio de Neumología del Hospital Universitario Doce de Octubre, de Madrid, hace hincapié en que "además de la mejora de la calidad de vida que supone el control total para los pacientes, el Estudio GOAL (Gaining Optimal Asthma Control) plantea la conveniencia de modificar en un futuro la actual clasificación de los pacientes asmáticos que realiza la GINA (Global Initiative for Asthma). Este organismo establece tres tipos de asma persistente: leve, moderado y grave. Así, en futuras revisiones de las directrices GINA, será posible plantear la clasificación de los pacientes asmáticos, una vez que están recibiendo tratamiento, en pacientes controlados y no controlados".
Indicativos de paciente bien controlado
Las directrices GINA establecen que el paciente asmático está bien controlado cuando los síntomas crónicos son ausentes o mínimos, son nulas o mínimas las exacerbaciones y las crisis de asma, no hay visitas urgentes al médico ni a los servicios de urgencias, las necesidades de medicación de rescate son mínimas, no existe limitación en las actividades diarias ni en el ejercicio, la función pulmonar está lo más próxima posible a la normalidad, la variabilidad diaria del flujo espiratorio máximo es menor al 20 por ciento y no hay efectos adversos del tratamiento antiasmático.