Redacción, Madrid.-La falta de información, según algunos expertos, constituye, una de las principales razones por la que las mujeres creen que el sangrado menstrual debe ser mantenido en una época en la que ya han aparecido tratamientos para evitarlo y acabar con algunas de las molestias que implica. En este sentido se pronunció la ginecóloga Angels Avecilla, quien indicó que, "según diferentes estudios, el 80 por ciento de las mujeres siente la menstruación como una molestia y una carga, sobre todo las más jóvenes, y la mayoría preferirían espaciarla más de tres meses, no se apliquen tratamientos para conseguirlo". Avecilla recordó, en este sentido, la existencia en EE.UU. de un ant un anticonceptivo hormonal que reduce la menstruación a cuatro veces al año".

Según esta ginecóloga, participante en un debate sobre la conveniencia o no de suprimir la menstruación en el marco del recién celebrado VII Congreso de la Sociedad Española "los médico`s, por lo general, también son partidarios de mantener el sangrado mensual a pesar de las molestias que provoca en la mujer. Sólo son favorables a retirarla por razones médicas, pero eso ocurre porque todavía hoy no escuchan a las mujeres. No tienen en cuenta su opinión", advirtió esta especialista barcelonesa.

La doctora Avecilla defendió, por tanto, el uso de dichos anticonceptivos para espaciar la menstruación que, explicó, "no es otra cosa que un proceso fisiológico para regenerar el endometrio cuando el óvulo no ha sido fecundado, es decir, es la eliminación de algo que no sirve". "Esa y no otra -añadió- es la función y, por tanto, si puede evitarse sin causar efectos secundarios se estaría colaborando a aumentar la calidad de vida de las mujeres".

Al respecto, recordó que, actualmente, la mujer tiene a lo largo de su vida entre 400 y 450 ciclos fértiles "sin utilidad". "A una mujer que no se quiere quedar embarazada no le aporta nada", zanjó.

En cambio, la doctora Carmen Valls puso en duda la inutilidad de esos ciclos. Su argumento para no apostar por la supresión de la menstruación mensual se basó en que "por encima de la utilidad y la satisfacción de la mujer con su regla debe ponerse la seguridad. Cuando podamos asegurar que el tratamiento no provocará efectos secundarios a largo plazo, entonces empezaremos a utilizar los tratamientos", concluyó.