Un estudio publicado en la revista científica ‘Diabetologia’, editada por la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD, por sus siglas en inglés), ha concluido que la actividad física vespertina o nocturna se asocia a una menor resistencia a la insulina (y, por tanto, a un mejor control de la glucemia) en comparación con una distribución uniforme de la actividad física a lo largo del día.

En contraste, la actividad física matutina no ofrece ninguna ventaja, según ha evidenciado este trabajo, liderado por el doctor Jeroen van der Velde y sus colegas del Departamento de Epidemiología Clínica del Centro Médico de la Universidad de Leiden (Países Bajos).

Los investigadores utilizaron datos del Netherlands Epidemiology of Obesity, un estudio de cohortes prospectivo basado en la población y diseñado para investigar los procesos implicados en el desarrollo de enfermedades relacionadas con la obesidad.

Resultados del estudio

Las mediciones de la aceleración y la frecuencia cardíaca se utilizaron para estimar el gasto energético de la actividad física (PAEE, medido en kJ/kg/día), lo que a su vez permitió al equipo determinar el tiempo dedicado a diferentes intensidades de actividad. Estas se expresaron como equivalentes metabólicos de la tarea (MET), una relación entre el PAEE durante una actividad y el que se realiza en reposo (y un método estándar para medir la actividad física).

El día se dividió en tres bloques: por la mañana (6-12 horas); por la tarde (12-18 horas); y por la noche (18-24 horas), y la proporción del total de AFMV que se realizaba en cada uno de ellos revelaba el periodo más activo. Si la proporción de AFMV en cada bloque difería de los demás en menos de un 5 por ciento, se clasificaba como una distribución uniforme de la actividad a lo largo del día.

Tras ajustar variables como la edad, el sexo, el origen étnico y la grasa corporal total, los investigadores observaron que una mayor AFE total y, en particular, la AFMV, se asociaban a una reducción del contenido de grasa hepática y de la resistencia a la insulina.

También se halló una asociación entre la resistencia a la insulina y el momento en que se realizaba la AFMV durante el día: realizar AFMV por la tarde o por la noche estaba relacionado con una menor resistencia a la insulina, en un 18 y un 25 por ciento, respectivamente, en comparación con una distribución uniforme de la actividad a lo largo del día, incluso después de ajustar la cantidad total de AFMV.