Nuestros ojos cuentan con unas protecciones naturales como son las cejas, las pestañas, los párpados y las lágrimas, que no siempre resultan suficientes para hacer frente a la múltitud de agentes externos con los que se enfrentan a diario.

En condiciones normales basta con lavar adecuadamente la cara para que los ojos queden suficientemente limpios, si bien en casos de piel grasa, cuando se utiliza maquillaje o en presencia de descamaciones o irritaciones debe realizarse a diario una higiene intensiva de la zona ocular.

Cuando la protección natural falla y la limpieza diaria no ha sido suficiente o adecuada, pueden aparecen problemas oculares, de los que la conjuntivitis es el más frecuente. Se trata de una inflamación de la conjuntiva del ojo, es decir de la zona interior de los párpados, que puede aparecer en uno o en los dos ojos a la vez. Es un proceso altamente contagioso y su origen es de naturaleza infecciosa.

Otros trastornos oculares son la blefaritis, o inflamación del borde libre de los párpados, y los orzuelos que son infecciones agudas de glándulas localizadas en el borde palpebral. También las queratitis que cursan con una inflamación de la córnea que puede tener o no origen infeccioso.

En estos casos, es necesaria la valoración por parte del oftalmólogo que establecerá el diagnóstico y el tratamiento oportuno, generalmente pomadas o colirios con antibioticos.

Higiene y desmaquillaje

Como ya hemos comentado, es muy importante mantener a los ojos al margen de infecciones lavándose la cara todos los días con agua y jabón, preferiblemente neutro, y evitar que entren en su interior partículas cosméticas que pudieran irritarlos, desmaquillando tanto a ellos como a la piel que está a su alrededor cada día y con sumo cuidado. Además, cualquier precaución es poca en el caso de que se usen lentillas, que deben estar siempre en perfecto estado e higiene.

Hemos de evitar frotarnos los ojos cuando notamos la presencia de un cuerpo extraño. Sin quererlo podemos provocar una herida en la córnea cuando normalmente basta con parpadear para que se vaya por sí solo. Si no fuera así, el siguiente paso es lavarse los ojos con abundante agua y, si no desaparece, acudir al médico.

En el caso de los cosméticos, no convierta en cierta la frase ‘la belleza tiene un precio’. Maquíllese pero respetando las condiciones mínimas de seguridad que se exponen en el cuadro adjunto; será la manera de evitar que sus ojos padezcan ciertas reacciones adversas como alergias, heridas, infecciones o irritación.

El cuidado ha de primar también a la hora de desmaquillarse. Para ello se han creado unos productos específicos que limpian los ojos a la vez que se ocupan por respetar su delicadeza. No contienen alcohol, poseen un pH compatible con la acidez de los ojos y carecen de sustancias que pudieran irritarlos.

Por último, es muy importante que la superficie de los ojos esté bien hidratada pues sino pierde la elasticidad que la embellece y aumentan las patas de gallo, las bolsas y las ojeras. En este reto, los productos específicos para el contorno de ojos y las lágrimas artificiales pueden ser de gran ayuda.

La limpieza ocular

Cuando se necesita una limpieza intensiva, dos son los procedimientos más utilizados; Por un lado, las toallitas estériles para la higiene ocular externa, que van impregnadas de ingredientes naturales, y que son muy apropiadas para eliminar el maquillaje y las incrustaciones, así como para la limpieza previa a la aplicación de tratamientos oculares.

También se utilizan los baños oculares; soluciones astringentes y antisépticas que se introducen en una bañera ocular, facilitando de esta manera la limpieza de la órbita ocular. Estos baños oculares son especialmente útiles para los alérgicos, ya que consiguen arrastrar el polvo y el polen depositado en los ojos.

Especial precaución debe prestarse a la utilización de remedios caseros, como el agua de sal y las infusiones de manzanilla. Si bien ambas soluciones ejercen un efecto antiséptico, antiinflamatorio y calmante, no debemos olvidar que no cuentan con las condiciones de esterilidad precisas para evitar posibles infecciones oculares.