Redacción, Madrid.- La enfermedad cardiovascular no sólo sigue siendo la principal causa de muerte en todo el mundo, sino que el aumento de los factores de riesgo y la elevación de la esperanza de vida de los pacientes reforzará aún más el impacto negativo de estas enfermedades en el ser humano los próximos años. Así lo ha expresado la Federación Mundial del Corazón (WHF), a través de su vicepresidente, el profesor Philip A. Poole-Wilson, durante un seminario de prensa que congregó recientemente en Colonia a más de medio centenar de periodistas de todo el mundo. Tal y como añadió este experto, 'para poder asumir este reto hay que concienciar al ciudadano de que tiene que responsabilizarse en la prevención y tratamiento de la enfermedad cardiovascular'.
Los especialistas señalaron que unn abordaje multifactorial de los principales factores de riesgo modificables puede suponer un descenso de hasta un 65 por ciento en el riesgo de aparición de un ataque cardíaco o una enfermedad cerebrovascular. Como comunicó el Dr. Stephen MacMahon, de la Universidad de Sydney, 'una intensa reducción de la presión arterial disminuye este riesgo en un 30 por ciento, una terapia que reduzca eficazmente las cifras de colesterol lo disminuye un 30'. Y es que, tal y como añadió este experto, 'la mayor parte de los pacientes de riesgo cardiovascular elevado no reciben ningún tipo de terapia preventiva o tan sólo son sometidos a tratamientos subóptimos'.
El doble de pacientes de riesgo en 50 años
Las cifras son alarmantes: mientras que en el año 2.000 eran 175 millones de personas en todo el mundo las que tenían un riesgo cardiovascular elevado (con un 25 por ciento de riesgo de sufrir un evento cardiovascular grave en diez años), en el año 2.050 se espera haber duplicado esta cifra (más de 350 millones de personas).
Las consecuencias de esta epidemia cardiovascular incontrolada, que se une a la de la diabetes, pueden ser devastadoras, afirmaron. 'El gasto derivado de estas enfermedades puede deteriorar la economía mundial y aumentar la pobreza', declaró el Dr. MacMahon. A su juicio, 'la única oportunidad de cambiar esta tendencia procede de la urgente adopción de medidas preventivas'.
Según datos recientes aportados por la Organización Mundial de la Salud, las enfermedades crónicas suponen en total más de 35 millones de fallecimientos anualmente, la mitad de los cuales se deben exclusivamente a la patología cardiovascular. Una de cada tres personas muere de esta enfermedad. en total, diecisiete millones cada año. Tal y como añadió este experto, 'para poder asumir este reto hay que concienciar al ciudadano de que tiene que responsabilizarse en la prevención y tratamiento de la enfermedad cardiovascular'.
Para lograr este objetivo, como destacó el vicepresidente de la WHF, 'es imprescindible mejorar la información y formación de los pacientes, de la sociedad y de los profesionales'. En este sentido, el profesor Poole-Wilson subrayó el significado del reciente acuerdo que la Federación Mundial del Corazón ha suscrito con la empresa Bayer HealthCare para llevar a cabo el ambicioso programa de concienciación para la prevención de la enfermedad cadiovascular (Prevention Awareness Program).