El sebo es algo necesario

para nuestro organismo.

Nace, crece y se desarrolla

con una misión: dar brillo y

flexibilidad al cabello y proteger

al cuero cabelludo de

las infecciones. El problema

llega cuando las glándulas

sebáceas, encargadas de

producirlo, se aceleran y

sueltan sobre la piel mucha

más cantidad de sebo de la

que es necesaria; es lo que

se conoce como seborrea.

No sólo el cuero cabelludo

ve truncada su estabilidad

por esta situación sino también

otras áreas de la piel en

las que ya de por sí hay mayor

cantidad de glándulas sebáceas,

como la cara, la parte alta

del pecho y la espalda.

Con el exceso de sebo

aparece un hongo microscópico

denominado Pityrosporum

ovale para el que el sebo es un

perfecto caldo de cultivo al

constituir el alimento que estos

pequeños huéspedes necesitan

para multiplicarse. Este hongo

es el responsable del picor y

enrojecimiento que se produce

en el cuero cabelludo.

La seborrea puede deberse

a múltiples causas, entre ellas

las alteraciones hormonales

que se producen en la adolescencia,

pero también las situaciones

de ansiedad y estrés son

un claro desencadenante de este

trastorno, al igual que el

consumo de tabaco, de alcohol

y de ciertos medicamentos y el

uso de cosméticos inadecuados.

Además, también intervienen

en su aparición una dieta

excesivamente rica en hidratos

de carbono y grasas y los altos

índices de contaminación y polución

de algunas ciudades.

¿Existe tratamiento?

Lo recomendable es consultar

con el médico o el farmacéutico

cuál es el mejor tratamiento en

cada caso ya que no todos los

casos de seborrea son iguales. El

objetivo básico de todos los productos

anti-seborrea es regular

la secreción de las glándulas sebáceas

aunque no todos tienen

la misma composición. Pueden

ser astringentes, es decir

que frenan y limitan la

producción de sebo, antifúngicos,

que combaten los

hongos y evitan su aparición

o antiinflamatorios, que actúan

contra la inflamación.

La fórmula de un champú

ideal en estos casos incluye

dos premisas: disminuir

la seborrea y disminuir

el número de Pityrosporum

ovale pues no sólo hay que

librar al cuero cabelludo de

la grasa sino también dejarlo

limpio y libre de hongos

que comprometan su salud.

Es importante tener en

cuenta que la presencia de Pityrosporum

ovale en el cuero cabelludo

es normal, lo que supone

una alteración es su sobrepoblación,

por lo que los tratamientos

no deben eliminarlo sino controlar

su exceso.

FUENTE: Colegio de Farmacéuticos

de Barcelona.

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