Redacción, Huesca.-Según los expertos reunidos en el V Congreso Interautonómico de Medicina General, organizado por la Sociedad Aragonesa de Medicina General (SAMG), la relación médico-paciente se ha convertido, en la mayor parte de los casos, en una relación entre funcionario y usuario o cliente. "Se rompe la comunicación y ello repercute en un incremento de las demandas a médicos por parte de los propios pacientes", tal como aseguró el doctor José Carlos Fuertes Rocañín, psiquiatra forense y coordinador provincial del Plan de Drogodependencias y Salud Mental de Burgos, quien apuntó que este tipo de demandas han aumentado en más de un 40 por ciento sólo en los últimos 5 años".

En el deterioro de la relación médico-paciente, y al margen de la falta de comunicación, los médicos generales ven, además, otro tipo de causas. En opinión del doctor Ignacio Burgos, médico general en Ávila y ponente durante el congreso, uno de los principales condicionantes en esta relación es la propia Administración.

"La Administración es la responsable de definir el catálogo de prestaciones. Por tanto, y en la medida en que ésta vaya aumentando las prestaciones sin aumentar el presupuesto y los recursos disponibles, la relación entre el médico y el paciente se deteriorará porque el primero se verá incapaz de dar cumplimiento a las expectativas del segundo".

Y es que, según el doctor Fuertes Rocañín, se da actualmente una situación "esquizofrénica" en la Sanidad. "La Administración le dice al ciudadano que tiene derecho a todo y, a la vez, le dice al médico que tiene que escatimar recursos".

El médico de Atención Primaria, a juicio de estos expertos, tiene que trabajar en, las ya conocidas, condiciones de presión asistencial, falta de tiempo para atender con un mínimo de calidad a los pacientes," y todo ello, en opinión del doctor Ignacio Burgos, "sintiéndose desamparado por una Administración que, cuando se da un conflicto entre médico y paciente, le concede todos los derechos al paciente".

Ante estas situaciones, los médicos generales congregados en el V Congreso Interautonómico de Medicina General han coincidido en reclamar a la Administración que "el incremento de prestaciones del sistema público de salud vaya acompañado de un incremento en los recursos humanos, tecnológicos y, por supuesto, presupuestarios", explica el doctor Burgos, con el fin de mantener la calidad del sistema sanitario y cumplir con las expectativas del paciente.

"La sobrecarga asistencial, la falta de tiempo por consulta para llevar a cabo una buena exploración, etc., pueden dar lugar a errores por parte del profesional, que con una mejor organización que podrían evitarse", añade el doctor Fuertes Rocañín. Pero esto pasa, según los expertos, por que las autoridades tengan en cuenta también los derechos del médico a ejercer su profesión en condiciones.

Hiperfrecuentación consentida

Por otro lado, y siguiendo con los argumentos del doctor Ignacio Burgos, "la Administración consiente situaciones de abuso, por parte de personas hiperfrecuentadoras en la consulta, sin aumentar tampoco los recursos". En opinión de este experto, "deben tomarse medidas de control para evitar que, en un sistema limitado de recursos, exista un número pequeño de pacientes que sean los que más consultas realicen".

Para este médico general este "abuso del sistema atenta contra la equidad del mismo", por lo que, a su juicio, "deberían buscarse fórmulas que limiten las situaciones de abuso por consultas banales". Así, Burgos alude al establecimiento de "programas de identificación de estas situaciones o la creación de un grupo de trabajo que examine el problema", como puntos de partida para dar con una solución a estas situaciones.

Con todo, "y aunque parezca una idea delirante", en palabras del propio doctor Fuertes, este experto aboga por "la modificación del sistema sanitario público actual, convirtiéndolo en un sistema que permita ver un número razonable de enfermos, con un tiempo suficiente de atención por visita".

Sin embargo, y para conseguir estos objetivos, el doctor Fuertes reconoce que "resulta imprescindible que la profesión médica se una y se decida a poner por escrito las anomalías del sistema, con el objetivo de ser escuchados y lograr verdaderas mejoras en el ejercicio profesional".