N. L., Bilbao.- El presidente de la Sociedad Mundial de Psiquiatría y catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, Juan José López-Ibor, ha afirmado en Bilbao que las personas que padecen trastornos de personalidad presentan alteraciones biológicas propiciadas por su propio entorno social.

López-Ibor ha participado en el VIII Congreso Nacional de Psiquiatría que durante esta semana reúne en Bilbao a más de 2.000 especialistas, de los 4.000 que ejercen en España, y señaló que "los trastornos de la personalidad tienen su origen en alteraciones biológicas claras que además concuerdan con las respuestas a tratamientos farmacológicos".

Sin embargo, aunque no está claro el origen de esas alteraciones biológicas, se conoce que no son congénitas y recientes estudios apuntan que la situación social o el propio comportamiento del sujeto pueden modificar la biología del individuo.

Según explicó López-Ibor, para llegar a esa conclusión se realizaron unos estudios con monos que demostraban que el puesto en la jerarquía social condicionaba las secreciones hormonales de los individuos y no al revés. Por ello, dijo que las personas con trastorno de personalidad presentan alteraciones corregibles con fármacos y agregó que la situación social en la que viven es la que ha condicionado la biología de esas personas.

Por su parte, la catedrática de la Universidad de Valencia Carmen Leal explicó que el trastorno límite de la personalidad, también llamado borderline, aparece en mujeres jóvenes, con conductas muy impulsivas, con fuertes cambios de humor que suelen hacer repetidos intentos de suicidio.

Leal situó la prevalencia de este tipo de trastorno entre el 1,5 y el 3,5 por ciento de la población, mientras que López-Ibor aseguró que "las fronteras de este tipo de personalidad y la normalidad, son muy estrechas" ya que, por ejemplo, muchos adolescentes pueden presentar rasgos de impulsividad y de ánimo inestable, que caracterizan a las personas borderline.

Además, muchas veces estos comportamientos aparecen en la adolescencia y corresponden a personas inmaduras y, con la edad suelen desaparecer y se normalizan, explicó Leal. En cuanto a los tratamientos, ambos expertos coincidieron en la conveniencia de las terapias dialécticas gracias a las cuales en cuatro años pueden recuperarse entre un 60 y un 70 por ciento de los casos.

Fracaso escolar y falta de disciplina

Leal añadió que, a diferencia del anterior, en el trastorno antisocial de la personalidad, que en los medios se suele denominar a quien lo presenta como psicópata, lo más característico es que "hacen sufrir a los demás, son individuos fríos que pueden llegar a cometer delitos de sangre, en cuya infancia suelen aparecer el fracaso escolar y falta de disciplina". En estos casos, el tratamiento es mucho más difícil porque "hay pocas posibilidades de cambiar" su personalidad y todos los intentos suelen fracasar.

Asimismo, los expertos coincidieron en destacar que este tipo de conductas se ven agravadas por el consumo de sustancias estupefacientes o alcohol y en que, en la actualidad, se ha producido un importante aumento del consumo de cocaína en este colectivo, en la medida que se ha aumentado también su consumo social.