Se trata de un mecanismo basado en la integración de técnicas de análisis digital y genómico de los elementos que forman parte del frente de invasión tumoral
4 de abril 2023. 11:45 am
El Grupo de Investigación Traslacional de Tumores Sólidos Pediátricos del Instituto de Investigación Sanitaria Incliva y el Centro de Investigación Biomédica en Red de Cáncer (CIBERONC) han diseñado una metodología para detectar la agresividad en el tumor de útero y la metástasis. En concreto, se…
El Grupo de Investigación Traslacional de Tumores Sólidos Pediátricos del Instituto de Investigación Sanitaria Incliva y el Centro de Investigación Biomédica en Red de Cáncer (CIBERONC) han diseñado una metodología para detectar la agresividad en el tumor de útero y la metástasis.
En concreto, se trata de un mecanismo basado en la integración de técnicas de análisis digital y genómico de los elementos que forman parte del frente de invasión tumoral (interfaz entre el tejido tumoral y el sano) para inferir agresividad en dos tipos diferentes de tumores agresivos de útero: adenocarcinomas (tumores que se originan en el endometrio) y leiomiosarcomas (tumores que se originan en el miometrio), según ha informado el Instituto en un comunicado.
El estudio desarrollado a lo largo de dos años y ha concluido en septiembre de 2022. En este tiempo se han comparado distintos aspectos de la composición de los elementos del tumor en la zona de invasión al tejido sano en muestras de biopsias de adenocarcinoma y leiomiosarcoma antes y después de su metástasis a pulmón.
Detectar la agresividad en el tumor
Así, para lograr detectar la agresividad en el tumor, en primer lugar, se realizó un análisis de imagen digital. De esta forma se estudiaron los patrones de andamiaje de un tipo de fibras de colágeno, las fibras reticulares. La organización de las fibras en el frente de invasión tumoral en otros tumores, como el de mama, ya permite determinar si el tumor tiene un comportamiento más o menos agresivo.
En segundo lugar, se ha obtenido información sobre los tipos de células inmunitarias que se infiltran en la zona de invasión. No obstante, las células inmunes tienen un valor esencial en la lucha contra la agresividad tumoral y han permitido la emergencia de terapias novedosas como la inmunoterapia.
Finalmente, se han estudiado de forma detallada los cambios a dos niveles genómicos. Por un lado, el epigenómico, que determina cómo se ve facilitada la activación de los genes. Por otro, el transcriptómico, que muestra qué genes están activos. Comparando estos dos tipos de tumores agresivos de útero, los investigadores han observado una clara asociación entre la disposición de las fibras de reticulina, la composición de células inmunitarias y los cambios genómicos, factores que indicarían la agresividad del tumor.
Junto con la supervisión y validación de los patólogos expertos, el desarrollo de estas metodologías integradoras podría incorporarse a la evaluación patológica rutinaria para incrementar la precisión a nivel diagnóstico, pronóstico o terapéutico.