Un nuevo estudio en modelos experimentales podría comenzar a explicar por qué las alergias durante el embarazo están vinculadas a mayores riesgos para el trastorno por déficit de atención con hiperactividad y autismo en niños. Investigadores de la Universidad Estatal de Ohio, en Estados Unidos, encontraron cambios significativos en la composición cerebral de fetos y ratas recién nacidas expuestas a alérgenos durante la gestación.
Los animales que vivieron hasta la edad adulta después de la exposición al alérgeno antes del nacimiento mostraron signos de hiperactividad y comportamiento antisocial y disminución de la ansiedad, según detectó un equipo de investigación dirigido por Kathryn Lenz, profesor asistente de Psicología en Ohio. 'Esto es evidencia de que la exposición prenatal a los alérgenos altera el desarrollo y la función cerebral y que podría ser un factor subestimado en los trastornos del desarrollo neurológico', apunta Lenz, quien presentó su investigación en 'Neuroscience 2016', la reunión anual de la Sociedad americana para la Neurociencia.
Aunque hay vínculos establecidos entre las alergias y el trastorno con déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y el autismo, así como entre la inflamación y el riesgo de autismo, esquizofrenia y TDAH, los cambios a nivel celular que podrían contribuir a esas conexiones siguen siendo en gran medida un misterio. El autismo y el TDAH son de tres a cuatro veces más comunes en los niños que en las niñas, según Lenz, por lo que ella y sus colaboradores buscaron también diferencias sexuales en las ratas.
'Estamos realmente interesados en averiguar los factores desconocidos en los trastornos psicológicos y en las diferencias entre el desarrollo del cerebro masculino y femenino en lo que se refiere al autismo, el TDAH y otros trastornos', señala Lenz.
En su trabajo, los investigadores sensibilizaron a las ratas a la ovoalbúmina (que se encuentran en las claras de huevo) antes del embarazo y 15 días después de su embarazo, las expusieron al alérgeno, provocando una respuesta inmune en los animales.
Analizaron si la exposición alergénica prenatal cambió el número y el comportamiento de las células inmunes en el cerebro en desarrollo de la descendencia y posibles cambios en la actividad física de los individuos jóvenes, el comportamiento de ansiedad, la capacidad de aprender y la sociabilidad, así como la densidad de las espinas dendríticas en los cerebros de los animales jóvenes. Las espinas sobresalen de las neuronas y son vitales para la comunicación a nivel celular en el cerebro.
Las hijas de alérgicas, más hiperactivas
Las modelos experimentales expuestas a alérgenos antes del nacimiento presentaban niveles más altos de células inmunes llamadas mastocitos en el cerebro y un número menor de células inmunes llamadas microglia, independientemente del sexo de los animales. Los individuos con madres alérgicas eran hiperactivas, pero tenían niveles más bajos de comportamiento similar a la ansiedad, de forma que cuando interactuaban con otras ratas juveniles, los machos del grupo de alérgenos tenían menos probabilidades de estar en contacto con sus compañeros.
'Las ratas jóvenes participan en juegos sociales y los machos son más bruscos y agresivos y, por lo general, juegan mucho más que las mujeres', explica Lenz. 'Los machos nacidos de las madres expuestas al alérgeno se parecían más a las hembras, eran más reservados socialmente, eran realmente hiperactivos, pero socialmente desvinculados, lo cual se parece un poco al TDAH', concreta.
Y cuando los investigadores analizaron la capacidad de los animales para ser mentalmente flexibles, a las ratas nacidas de madres alérgicas les resultó más difícil. Los primeros datos del estudio muestran que las espinas dendríticas --los puntos de conexión sináptica entre las células en la corteza frontal del cerebro de los animales-- disminuyeron en los machos con exposición al alérgeno y aumentaron en sus contrapartes femeninas.