A.M, Sevilla.- Las estatinas han supuesto la mayor 'revolución' que se ha producido en los últimos 20 años en el arsenal farmacológico en la lucha contra patologías como la arterioesclerosis y el colesterol. Así lo explica el profesor Juan Carlos Kaski, director de la Unidad de Investigación Cardiovascular del Saint George's Hospital Medical School, quien subraya que ya hay evidencias que avalan buenos resultados incluso en los niveles más bajos de colesterol.
El profesor Kaski, que intervino en las jornadas 'Nuevos retos en el manejo de la dislipemia' que organizó Novartis en Sevilla, subrayó los beneficios asociados para rebajar los problemas cardíacos, ya que 'a mayor reducción del colesterol hay menos incidencia de sucesos coronarios graves'. De hecho, recordó que un incremento de cuatro miligramos de HDL colesterol supone un aumento del 10% en las posibilidades de riesgo coronario. Asimismo, el 40% de los pacientes con enfermedad coronaria presentan niveles muy bajos de HDL colesterol, a lo que se suma que en la actualidad las causas que producen HDL bajo son muy variadas y en su mayor parte desconocidas.
Las estatinas también se están empleando con éxito en la lucha contra la arterioesclerosis por su 'claro efecto antiinflamatorio', y es que la consideración de esta patología como un proceso inflamatorio ha llevado a explorar nuevos caminos en su patogenia. Eso ha permitido constatar que las concentraciones circulantes de las diferentes moléculas inflamatorias están aumentadas con mayor frecuencia en sujetos con riesgo de desarrollar un acontecimiento coronario agudo.
En definitiva, el beneficio clínico obtenido del tratamiento hipolipemiante de las estatinas 'es mayor del esperado, no tan sólo por el control lipídico sino por su acción en la estabilización y regresión de las placas de ateroma'. En general, las investigaciones de la última década apuntan a que el mecanismo de acción de las estatinas puede estar relacionado con una mejoría de la disfunción endotelial, una reducción de la trombogenicidad y un efecto antiinflamatorio.
Durante las jornadas se barajaron datos como que el 18% de los españoles de entre 35 y 64 años tienen cifras altas de colesterol y que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 40% de todas las muertes en el año 2020 se deberán a esta patología, con lo que se convertirá en una de las principales causas de muerte y pérdida de años potenciales de vida tanto en la Unión Europea como en Estados Unidos. Frente a esto, se ha constatado que reducir en un 28% el colesterol LDL se asocia con una disminución del riesgo de acontecimientos coronarios del 31% y con una reducción de la mortalidad del 21%.
Las jornadas en Sevilla sirvieron de marco para presentar el fármaco Lescol Prolib, la primera estatina de liberación prolongada, que ha conseguido reducciones de hasta un 38% de LDL-C, una disminución de los triglicéridos de hasta un 31% y elevaciones de hasta un 21% en el HDL-C, considerado como un factor de protección de riesgo cardiovascular. El profesor Carlos Macaya, jefe del Servicio de Cardiología del hospital clínico San Carlos de Madrid, presentó el estudio LIPS sobre este fármaco, en el que se comprueba que reduce en un 22% el riesgo de sufrir un evento cardíaco en pacientes sometidos a una intervención coronaria. El trabajo se ha realizado en 57 centros de 10 países e incluyó 1.677 pacientes, que en su mayor número eran españoles.
Por su parte, el profesor Alfonso Castro Beiras, jefe del Servicio de Cardiología del hospital Juan Canalejo de La Coruña y ex presidente de la Sociedad Española de Cardiología, señaló que el control de la dislipemia es, junto a la erradicación del tabaquismo y el control de la hipertensión arterial, la diabetes, la obesidad y el sedentarismo, una de las principales estrategias para el control de las enfermedades cardiovasculares.
En las jornadas también intervino el profesor Julio Benítez, jefe del Departamento de Farmacología Clínica y Psiquiatría de la Universidad de Extremadura, quien destacó que se la investigación del genoma humano relacionada con enfermedades cardiovasculares 'se está desarrollando de una manera vertiginosa desde los últimos años'. Por ello, cree que los avances que se produzcan en famarcogenética y farmaconenómica permitirán un diagnóstico y un tratamiento del paciente con riesgo cardiovascular de una manera más individualizada, para así conseguir un mayor control, una mayor adecuación y respuesta a los tratamientos farmacológicos que conduzcan a reducir la morbi-mortalidad cardiovascular.