Los expertos del SNS llevan años debatiendo sobre el problema de la sostenibilidad del sistema, presionado ante un aumento de la demanda por el envejecimiento de la población, un aumento de costes a causa de la innovación y la falta de recursos, tanto humanos como económicos. En este contexto, recientemente el concepto de salud digital ha cobrado fuerza como la esperanza para lograr una Sanidad mucho más eficiente. Sin embargo, la realidad es que muchas veces
la tecnología que aparece y que se ofrece, no va en consonancia con los problemas reales del día a día que encuentran gestores y profesionales. Es así como se acuña el concepto de salud digital basada en valor. Es decir, la utilización de herramientas o medios digitales para facilitar la generación de valor en la salud.
Salud digital basada en valor
Sobre la salud digital basada en valor recientemente se celebraba un
seminario web organizado con el Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación. Durante el mismo participaba Marisa Merino Hernández, directora gerente de OSI Bidasoa Osakidetza, que recordaba que la atención sanitaria
basada en valor no solo debe medir los resultados en salud, sino también la vivencia del paciente, los costes e incluso las condiciones laborales de los profesionales, que también es un factor clave para medir la calidad de la asistencia.
“La tecnología es clave para lograr un enfoque basado en valor, para manejar todos los datos y ayudar a tomas de decisiones es fundamental la tecnología”. Pese a ello, la experta insistía en que hay que evaluar estos proyectos de salud digital y formar sobre cómo medir el valor de la tecnología, ya que puede existir mucha diferencia entre un estudio teórico y la implementación real. “Hay que informar y visibilizar este concepto”
Aprender a medir el valor
Al respecto de cómo medir ese valor, Marisa Merino recordaba la
importancia de medir la experiencia del paciente, a través de encuestas capaces de medir los
PROMs y los PREMs. “Se están desarrollando distintas aplicaciones para que puedan medir de forma automatizada esta información, porque no se le puede pedir al médico o enfermera que recoja eso”.
Más complejo es la medición del tema económico, ya que existen datos de
costes por proceso, pero no hay datos concretos de costes por paciente. “Por ejemplo para medir las diferencias entre el coste de una intervención de un paciente en un hospital u otro, con una prótesis u otra, medir en definitiva todo el viaje del paciente y todo el coste que supone ese proceso”.
Un concepto a ampliar
Al respecto de cómo medir los costes también intervenía Cristina Bescos, directora de innovación en EIT Health. Según la misma el concepto de salud basada en valor, más allá de la salud digital, puede ser un concepto que se centre en medir el impacto real de la asistencia sanitaria en los pacientes o puede ser un concepto más amplio que mida e
l impacto real en salud de muchas medidas asociadas y que tengan en cuenta los costes indirectos.
Así, la experta explicaba que “a veces en una cirugía tiene más impacto el estado del paciente, y haberle preparado con ejercicio físico, que pasar un día más en el hospital, pero, ¿cómo medimos ese tipo de eficiencia?”, planteando si la salud basada en valor, no debería también tener en cuenta los posibles ahorros o costes indirectos, no solo económicos, sino a nivel social.
Asimismo, volviendo a la salud digital basada el valor, las expertas también planteaban que si estas medidas demuestran generar ahorro, de nada sirve si ese ahorro no se utiliza o se reinvierte en medidas igualmente evaluadas y que sean más efectivas.