Siempre has de mantener una relación a sabiendas de que la posibilidad de que se produzca un embarazo es real y de que de ti depende que los riesgos se reduzcan. Para ello lo primero que has de conocer son los métodos anticonceptivos que tienes a tu disposición.
No hay uno mejor que otro, cada cual tiene sus ventajas y sus inconvenientes, y cada persona ha de encontrar el que mejor se adapte a sí mismo y a su pareja. Pero no te agobies si no sabes por donde empezar. Tú médico o tu farmacéutico te ayudarán a elegir el ideal para ti.
Sin fallos
El margen de error de los métodos anticonceptivos es mínimo y la mayoría de los supuestos fallos son resultado de un mal uso.
Si tomas correctamente la píldora puedes estar prácticamente segura al cien por cien de que no te quedarás embarazada, pero para que esta certeza sea real has de tener unas mínimas precauciones. Así, cuando vayas al médico siempre has de decirle que estás tomando la píldora, no esperes a que él te lo pregunte. Es un medicamento y como tal puede tener interacciones con otros, perder eficacia y, por lo tanto, aumentar el riesgo de embarazo. Una eficacia que también puede disminuir si algún día se te olvida tomar una pastilla, vomitas o tienes cualquier otra alteración gastrointestinal. Y, si estás en el periodo de descanso desde luego no hay nada que impida quedarte embarazada y por lo tanto cuando mantengas relaciones has de hacerlo aferrada a la protección de otro método anticonceptivo.
En el caso del preservativo, los ejemplos sobre un mal uso se multiplican. Y es que no basta con usarlos, "hay que saber usarlos". Siempre has de comprobar que vengan precintados de uno en uno y que cada estuchado tenga la fecha de caducidad. El lugar donde los compres es muy importante. Hay que tener en cuenta que si, por ejemplo, las máquinas expendedoras están cerca de fuentes de calor, puede evaporarse el líquido que garantiza el buen estado del látex. Una vez comprado es tu responsabilidad que se conserve adecuadamente. Si es verano no lo guardes en la guantera del coche y desde luego sea cual sea la temperatura que haga no lo lleves en la cartera, apretujado con las tarjetas y los carnets. Cualquier agujerito en el precinto convierte en inservible el preservativo.
Es imprescindible que te lo pongas en el momento adecuado, antes de cualquier contacto y, desde luego, antes de que haya alguna penetración. Y has de hacerlo bien para que no se rompa porque haya entrado aire en un extremo y para que no se quede dentro de la vagina porque no esté bien o suficientemente desenrollado.
FUENTES: ‘Situaciones embarazosas. Claves para situarse y prevenir embarazos no deseados’ Autor: Carlos de la Cruz Martín-Romo. Edita: Consejo de la Juventud de España, Campaña Sexo con Seso, y Primera Edición del Día Mundial de la Anticoncepción.