Redacción, Madrid.- El 76 por ciento de los enfermos de artritis reumatoide (AR) sufre algún tipo de inmovilidad, que es una de las primeras causas de incapacidad laboral y aislamiento. Se trata de un dato proveniente del Estudio Sociológico sobre la Artritis Reumatoide, declarado de interés por la Sociedad Española de Reumatología (SER) y promovido por la Liga Reumatológica Española (LIRE).
Según este informe, la AR afecta al 0,5 por ciento de la población y constituye una de las patologías más incapacitantes. Así, el 83 por ciento de los pacientes sufre dolores articulares, el 58 presenta articulaciones inflamadas y entre un 28-32 por ciento sufre, además, cansancio, rigidez matutina, malestar general y dolores difusos. Asimismo, una parte importante de los pacientes reconocen tener secuelas psicológicas y trastornos cotidianos.
"La AR sigue siendo una de las enfermedades olvidadas en nuestro país", afirma el doctor Jesús Tornero, presidente de la SER, al analizar estos datos. El estudio, patrocinado por Abbott Laboratories, ha contado con la participación de enfermos y familiares, médicos de Atención Primaria (AP), reumatólogos y población general.
"Esta enfermedad -afirma Santos Yuste, presidente de la LIRA- cambia de forma radical la vida de los enfermos y, sin embargo, existe un desconocimiento sobre la misma y se perciben muchas lagunas en su atención. Los enfermos siguen siendo diagnosticados de forma tardía. la derivación del médico de Atención Primaria al especialista también se prolonga en el tiempo. falta contacto entre especialistas y Primaria. y no existe apoyo psicológico ni programas de apoyo de rehabilitación o fisioterapia".
Por ello, las reivindicaciones de los pacientes y familiares se concentra en aspectos tanto sociales como médicos. Reclaman más atención psicológica (un 14 por ciento de los pacientes y un 40 de los médicos), una mejora en el acceso a técnicas de rehabilitación y fisioterapia (el 45 por ciento de los enfermos), un mayor número de especialistas (el 41 por ciento de los pacientes) y un acceso más rápido a los mismos. Asimismo, demandan un seguimiento de la enfermedad por parte de los médicos de A. P. y solicitan un mayor compromiso hacia su problemática.
"En definitiva, perseguimos "puntualiza Santos Yuste- que la enfermedad sea tratada de una forma integral, que incluya tanto los aspectos médicos como sociales y asistenciales". El informe refleja que uno de cada cuatro pacientes reclama más información sobre la patología. "Un paciente informado "asegura el presidente de la LIRE- podrá colaborar de forma más activa en el control de su enfermedad e incluso participar en la toma de decisiones. El paciente debe ser el protagonista de su enfermedad".
Insuficiente asistencia sanitaria
En cuanto a la asistencia profesional, Tornero considera que "la reumatología y, en concreto, la artritis reumatoide no tiene la atención sanitaria que debería tener". "Pocos saben que esta enfermedad acorta la vida de las personas que la sufren y que les incapacita para desarrollar sus actividades normales con la repercusión económica que ello supone", precisa el presidente de la SER.
Según este estudio, un tercio de los médicos considera muy grave la enfermedad y casi el 60 por ciento, grave. Los médicos de Atención Primaria sólo ven a 50 pacientes al año, mientras que los reumatólogos ven 129, siendo el promedio de 35 nuevos diagnósticos del médico de A. P. frente a 56 de los reumatólogos.
En este sentido, los médicos de Primaria reclaman un número más amplio de especialistas en reumatología que les permitiría, según afirman, derivar mejor y de forma más rápida los pacientes con sospecha de AR. Asimismo, ambos colectivos demandan una mayor coordinación entre niveles asistenciales, con el fin de garantizar un diagnóstico precoz y facilitar el correcto seguimiento y control de la enfermedad.
La importancia del diagnóstico precoz
Por otro lado, los médicos de AP denuncian su desconocimiento sobre los últimos avances registrados en este campo. "El panorama terapéutico es radicalmente distinto al de hace diez años. Sin embargo, -apunta el doctor Tornero-, los médicos de Primaria poco o nada saben de estas nuevas terapias y la amplia mayoría tratan a pacientes con antiinflamatorios no esteroideos y corticoides". En opinión de este reumatólogo, "se debe mejorar el entrenamiento y la capacitación del médico de A. P. para que pueda realizar un diagnóstico precoz y, una vez establecido el tratamiento, trabajar en sistemas bidireccionales entre Atención Primaria y especialistas".