Los Colegios de Médicos catalanes fueron los primeros en adherirse al programa. Los andaluces siguieron su camino, como también lo hicieron Navarra, Aragón y Baleares. Actualmente, muchas comunidades se encuentran negociando su participación como es el caso de Castilla-La Mancha, Castilla y León y Extremadura,…
Los Colegios de Médicos catalanes fueron los primeros en adherirse al programa. Los andaluces siguieron su camino, como también lo hicieron Navarra, Aragón y Baleares. Actualmente, muchas comunidades se encuentran negociando su participación como es el caso de Castilla-La Mancha, Castilla y León y Extremadura, mientras que otras han mostrado su interés y empiezan a dar sus primeros pasos. es el caso de Murcia y del País Vasco. Los principales impulsores del Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (PAIME) en España, que han celebrado su primera reunión anual durante este mes de octubre, en Córdoba, se han marcado como objetivo conseguir que el 80 por ciento del territorio español esté adscrito al programa en el plazo de un año, en el tiempo que transcurra antes que se celebre el segundo congreso del PAIME el próximo año, en Toledo. La extensión del programa empieza ahora a convertirse en una realidad. Se trata de una historia todavía sin final y que, en el momento de crearse, pocos imaginaron el alcance y la repercusión que tendría.
El PAIME contempla un amplio abanico de servicios para tratar al 'peor de los pacientes', el propio médico
Barcelona, 15 de septiembre de 1998. El Colegio de Médicos de esta provincia (COMB) da a luz un programa pionero en Europa, con la finalidad de asistir integralmente a los médicos que sufren problemas psíquicos, conductuales y/o de adicción a algún tipo de droga. El Programa de Atención Integral al Médico Enfermo se pone en marcha tras la firma de un convenio de colaboración entre el Departamento de Sanidad y Seguridad Social de la Generalitat de Cataluña y el Consejo General de Colegios de Médicos de la Comunidad.
Este convenio de colaboración permitirá financiar un modelo de atención al médico enfermo, que posteriormente irán adaptando otros Colegios médicos que deciden proporcionar una asistencia a sus colegiados. Un modelo, cuya filosofía reside, según sus propios creadores, en 'ayudar al mayor número posible de médicos enfermos, asegurar que reciben la asistencia especializada necesaria, favorecer su rehabilitación como profesionales y también procurar que la práctica de la Medicina se haga en las mejores condiciones posibles para la salud de los ciudadanos'. Mediante un equipo asistencial formado por psiquiatras, psicólogos, enfermeras y auxiliares, el PAIME procura ofrecer no sólo asistencia sanitaria, sino también atención social, apoyo legal y asesoramiento laboral a los médicos enfermos.
Barcelona, 25 de noviembre de 1998. Empiezan a funcionar los servicios ambulatorios en Cataluña. Dichos servicios están considerados por el doctor Serafín Romero, responsable del PAIME en Córdoba y secretario de la entidad colegial, como 'fundamentales' dentro del programa. De hecho, y siguiendo la explicación del doctor Romero, 'la mayor parte de los casos se tratan de forma ambulatoria y sólo una minoría 'alrededor de un 10 ó un 15 por ciento de éstos, los considerados más graves, requerirán ingreso hospitalario'. Trastornos afectivos, de ansiedad, psicóticos, de somatización o alimentarios, patologías duales, trastornos adictivos y la prevención de recaídas, así como programas adaptados y personalizados, el Programa de Atención Integral al Médico Enfermo contempla un amplio abanico de servicios para tratar al que está considerado por muchos expertos como 'el peor de los pacientes', el propio médico.
La ubicación de la Unidad de hospitalización que el PAIME dispone en Barcelona se encuentra en el anonimato
Una justificación al programa
Se estima que entre un 10 y un 12 por ciento de los facultativos en ejercicio pueden padecer a lo largo de su vida profesional uno o más episodios psíquicos o conductas adictivas al alcohol, a los psicofármacos o a otras drogas, de estos, sin embargo, y en palabras del doctor Antoni Arteman, gerente del PAIME en Cataluña, 'sólo se detectará un 60 por ciento de los casos'.
'Los médicos per se no acostumbran a acudir a la consulta de un compañero', sigue el doctor Arteman. Y así se recoge en las conclusiones desprendidas de unas Jornadas PAIME, celebradas en Barcelona en el año 2001, cuando se daban los primeros pasos para extender esta iniciativa al mayor número de Colegios posibles, tanto españoles como europeos. Según estas conclusiones, 'cuando los profesionales de la Sanidad, y sobre todo los médicos, se ponen enfermos no acceden al sistema sanitario como el resto de la población. Diversos estudios han puesto de manifiesto que en estos casos, tanto el médico-paciente como el médico-terapeuta no actúan tal y como se recomienda hacer en el resto de la población. No se establece una correcta relación médico-paciente'. Es más, los expertos aseguran que en estos casos abundan las 'consultas en el pasillo'.
El establecimiento y la financiación de una red de unidades ambulatorias supone la parte más compleja del PAIME, en Andalucía
Si a esto añadimos que el problema de salud es de tipo mental o adictivo, y siguiendo con las conclusiones de estas jornadas, 'entonces casi de forma sistemática estos enfermos ocultan el problema, no piden ayuda e intentan seguir trabajando como si nada ocurriera. Posiblemente, esta actuación sea a causa que estas enfermedades son todavía socialmente estigmatizantes y los profesionales que las padecen tienen miedo de ser identificados y perder el prestigio profesional delante de sus pacientes, el respeto de sus colegas y su lugar de trabajo'. Según el doctor Manuel Casanova, secretario del Colegio de Médicos de Cádiz, 'estos médicos son un peligro potencial para la sociedad, por eso hay que actuar'.
Miedo, vergüenza,... y el hecho que, paradójicamente y según argumentan ellos mismos, el médico sea uno de los colectivos peor atendidos desde el punto de vista sanitario. Con todo, si el paciente es quien asiste y éste no recibe asistencia, nos encontramos ante un problema que muchos no han dudado en calificar de 'salud pública'. En este sentido, las conclusiones de las jornadas PAIME de 2001 indican que: 'este hecho repercute dramáticamente en el entorno familiar y profesional del médico, generando negligencias y mal praxis, con un riesgo evidente para la salud de la población atendida por estos profesionales, y un mayor número de quejas, denuncias y conflictos laborales. Se trata, entonces, de un problema de salud pública, con una fuerte repercusión laboral y social, que hay que prevenir y sufragar tanto como sea posible'.
El coste, 'talón de Aquiles' del PAIME
Barcelona, 1 de marzo de 1999. Entra en funcionamiento la Unidad de Hospitalización del PAIME. Bajo los principios de garantía de accesibilidad, equidad, no discriminación, confidencialidad, independencia, objetividad y eficiencia de los recursos, principios que, todo sea dicho, caracterizan el programa completo del médico enfermo, se pone en marcha esta Unidad en Barcelona. Mientras su ubicación se encuentra totalmente en el anonimato, se sabe que está establecida en las dependencias de un centro sanitario privado de la ciudad, que dispone de 13 habitaciones 'tras realizarse una ampliación en el año 2001, ya que en sus inicios las contempladas fueron 8- y, además, cuenta con un área de hospital de día y otra para tratamientos ambulatorios.
Y es precisamente en esta Unidad de internamiento, y más concretamente en el coste de hospitalización, donde reside la mayor dificultad para el desarrollo del PAIME.
En Cataluña, la creación de dicha Unidad fue posible gracias al convenio de colaboración firmado entre los Colegios profesionales y el departamento de Sanidad catalán. Al margen de la creación de esta Unidad, el convenio establece que los costes derivados del tratamiento de los pacientes serán cofinanciados entre el Colegio del propio facultativo afectado y el Gobierno de la comunidad. Este último asume la partida más importante, financiando el 80 por ciento de los costes.
Sin embargo, no todas las comunidades, al menos hasta el momento, han tenido la misma suerte. Así, la comunidad autónoma de Andalucía, primera en seguir los pasos de los Colegios catalanes, lleva varios años batallando con el consejero de Sanidad para conseguir la cofinanciación. 'Mantener el PAIME en Andalucía supone unos costes anuales de casi 35.000 euros -5.800.000 pesetas- y, a falta de la intervención de la Consejería son el propio Colegio y el paciente quienes tienen que asumir los costes del programa', explica Serafín Romero. En este sentido, y siendo el tratamiento ambulatorio de carácter gratuito, la hospitalización se financia en un 50 por ciento por el Colegio y el resto a través de un sistema de copago entre la entidad colegial y la persona afectada.
Las reclamaciones de los Colegios andaluces se materializaron a finales del año 2002 en lo que se denominó el 'Manifiesto de Antequera', un documento mediante el cual el Consejo Andaluz de Colegios de Médicos pedía explícitamente la ayuda económica de la Administración.
Bien, gracias al documento, a la extensión del PAIME a otras comunidades, o bien porque, como asegura el doctor Romero, 'la situación se caía por su propio peso', el hecho es que durante este último mes de octubre, Francisco Vallejo, consejero de Sanidad en Andalucía, ha reconocido públicamente su intención de comprometerse con el desarrollo del programa. El Consejo General de Colegios de Médicos Andaluces, que se reunirá a lo largo de este mes de noviembre, dará 'un plazo razonable a la Administración para iniciar el diálogo', asegura Romero, 'antes de ser nosotros mismos quienes solicitemos una reunión'.
Con suerte diversa, los Colegios del resto de autonomías españolas donde el PAIME está en funcionamiento han negociado con sus respectivas Administraciones la financiación del programa. Los casos de Navarra y Extremadura, lugar este último donde el secretario del Colegio de Médicos de Cáceres y responsable del PAIME en la provincia, Carlos Arjona, estaba convencido, al cierre de esta edición, de firmar el convenio en breve, habiendo conseguido que el Departamento de Sanidad financie el 100 por cien del programa.
La Organización Médica Colegial (OMC), por otro lado, también ha tomado cartas en este sentido, pidiendo la implicación de las autoridades sanitarias. Según Juan José Rodríguez Sendín, secretario de la OMC y responsable de este Programa dentro de esta institución, 'una parte puede ser financiada por los propios Colegios y otra por la Fundación de Protección Social de la OMC. No obstante, lo que dichos organismos puedan aportar no es suficiente para paliar los costes del programa, por lo que se requiere la ayuda de las Administraciones'. Además, insiste Rodríguez Sendín, 'el médico es un ciudadano y, como tal, tiene derecho a recibir una asistencia sanitaria ajustada a sus necesidades'. Asimismo, el Ministerio de Sanidad y Consumo ha hecho lo propio y la ministra Ana Pastor aseguró, recientemente, que trasladaría al Consejo Interterritorial y por ende a los representantes autonómicos esta necesidad.
La hospitalización, al ser la mayor fuente de gastos del PAIME, se convierte, entonces, en raíz generadora de conflicto. Ahora bien, ¿cuántas unidades de este tipo deben existir en el Estado? Actualmente la mayoría de Colegios cuyo Programa de Atención Integral al Médico Enfermo está en activo cuentan con el centro barcelonés para ingresar los casos más graves, a excepción de la comunidad de Aragón donde, según palabras del doctor Celso Mostacero, presidente del Colegio de Médicos de Zaragoza, 'firmaremos en breve el convenio de colaboración con el COMB para viabilizar el internamiento'.
Además, y como defiende el gerente del PAIME en Cataluña, 'tener más unidades de hospitalización no resultaría rentable. En los Estados Unidos y en Canadá 'ambos países cuentan con iniciativas parecidas al PAIME- sólo existen 20 unidades y abrir nuevos centros en España impediría la amortización de la ya existente'.
Sin embargo, en los últimos meses se ha hablado sobre la posibilidad de abrir otro centro en la comunidad autónoma de Andalucía. A este respecto, el secretario del Colegio de Médicos de Córdoba ha señalado que, sin haber dialogado todavía con la consejería, 'nuestro principal objetivo es el establecimiento y la financiación de una red de unidades ambulatorias, que significa la parte más compleja del programa, dado que la mayoría de pacientes son tratados por esta vía. Abrir una unidad de hospitalización no es uno de nuestros objetivos más inmediatos y, de darse el caso, se discutiría más adelante'.
La extensión del PAIME en España
Córdoba, octubre de 2001. Se formaliza el convenio de colaboración entre el COMB y el Colegio de Médicos de Córdoba. La entidad colegial cordobesa se convierte así en la primera en seguir los pasos de los catalanes y, aunque la firma no se hace efectiva hasta finales de 2001, anteriormente 'ya habíamos iniciado contactos porque habíamos detectado algunos casos', subraya Serafín Romero. Cádiz y Granada se sumaron a la iniciativa cordobesa y el Consejo Andaluz de Colegios de Médicos asumió la necesidad de desarrollar el programa a nivel de la comunidad. En mayo de 2002 se creó una unidad ambulatoria compuesta por dos psiquiatras y dos especialistas en adicciones. Y durante estos años 'hemos atendido un total de 30 casos, de los cuales sólo seis han requerido hospitalización en Barcelona', añade el secretario del Colegio de Médicos de Córdoba. Además, explica, 'ya hemos rehabilitado y reinsertado en su lugar de trabajo a dos de los pacientes, mientras se continúa trabajando en el resto'.
El caso de Navarra es un ejemplo del buen entendimiento entre la Consejería y el Colegio de Médicos. Según el convenio firmado entre ambas organizaciones, la gestión del programa corresponde 'como en todos los casos citados hasta el momento- a la entidad colegial, mientras que la financiación corre a cargo exclusivo del Servicio Navarro de Salud, lo cual supuso una importante novedad.
El Colegio de Médicos de las Islas Baleares (COMIB) firmó el convenio a principios de 2002, tal y como ha explicado Miquel Pericàs, secretario de esta entidad. 'Los resultados son muy positivos', señala Pericàs, quien asegura que el Colegio ha recibido muchas felicitaciones por el programa. 'En estos momentos hay 10 médicos incluidos en el PAIME balear, la mayor parte de ellos en tratamiento ambulatorio', añade.
En la comunidad autónoma de Aragón, y como ha informado el presidente del Colegio de Médicos de Zaragoza, se encuentran actualmente a la espera de firmar el convenio de colaboración con el gobierno autonómico. 'Tenemos que esperar a que se aprueben los nuevos presupuestos autonómicos, ya que durante este año hemos funcionado con presupuestos prorrogados', asegura el doctor Celso Mostacero. La financiación prevista se distribuirá de la siguiente manera: 70 por ciento, a cargo de la Administración. 10 por ciento, Colegio de Médicos de Zaragoza. 5 por ciento, Colegio de Médicos de Huesca. 5 por ciento, Colegio de Médicos de Teruel. y 10 por ciento, a cargo de los pacientes. La hospitalización se llevaría a cabo en la unidad del COMB, 'con quien también se firmará un convenio', apostilla el doctor Mostacero.
La Comunidad Autónoma de Castilla y León y la de Extremadura esperan la firma inminente de sendos convenios de colaboración. En el caso de la última, y como ya ocurría en Navarra, la financiación correrá a cargo en su totalidad del Servicio Extremeño de Salud. Además, subraya el secretario del Colegio de Médicos de Cáceres 'se creará una comisión de seguimiento y 'todavía no está claro' una o dos unidades ambulatorias'.
Castilla-La Mancha, por su parte, cuenta con 'un proyecto embrionario', en palabras del presidente del Colegio de Médicos de Toledo, el doctor Atanasio Ballestero, quien asegura que 'estamos manteniendo reuniones para desarrollar el
PAIME a nivel autonómico'. Cabe señalar que durante la celebración del I Congreso Nacional sobre el PAIME, recientemente celebrado, el gerente del Servicio Castellanomanchego de Salud, Roberto Sabrido, confirmó la colaboración del departamento en el desarrollo del PAIME en la comunidad.
Los Colegios del País Vasco y Murcia han mostrado, asimismo, y según los principales expertos sobre el PAIME en España, interés en el contenido y posible desarrollo del Programa.
Mención aparte merece el caso de Madrid, cuyo Colegio de Médicos, no habiéndose adscrito al modelo iniciado por la institución colegial barcelonesa, sí ha desarrollado algunas acciones preventivas y ha puesto en marcha un grupo de trabajo para este cometido. Se trata de la Comisión de Vigilancia de la Salud, un programa que cuenta con la colaboración de un centro de toxicomanías que, apartado de la ciudad, ofrece un trato especial al médico enfermo. Asimismo, un grupo de expertos en Medicina Preventiva vela por la detección de posibles casos de adicciones y trastornos mentales, así como de casos de mobbing, con la intención de que el Colegio de Médicos de Madrid (ICOMEM) pueda interceder. Todo ello, en palabras de la doctora Juliana Fariña, presidenta del ICOMEM, 'de manera totalmente voluntaria y bajo el principio de la solidariedad'.
El modelo madrileño se puso en marcha tras la negativa del gobierno regional de Alberto Ruiz Gallardón a financiar el PAIME, para el cual, y dado el elevado número de colegiados de la comunidad (30.177) 'se había calculado un presupuesto de casi 100 millones de pesetas', añade la doctora Fariña, quien no descarta, asimismo, volver a plantear el tema en caso de un cambio de Gobierno. 'El PAIME es un modelo más cómodo que el nuestro y, a pedir, nosotros siempre estamos dispuestos' subraya la presidenta de ICOMEM.
Durante la celebración del I Congreso del PAIME, el doctor Jaume Padrós hizo un llamamiento al Colegio de Médicos de Madrid para que apoyara el PAIME, considerando que se trata del Colegio más importante del Estado en número de colegiados y que su adhesión beneficiaría el proceso de expansión del modelo. En este sentido, Juliana Fariña no ha dudado en señalar que 'Madrid, como otras comunidades, quiere el PAIME, pero no lo tenemos porque el Colegio no se lo puede permitir'.
El Programa de Atención Integral al Médico Enfermo es un modelo pionero en el conjunto de Europa, tal y como reconocen los expertos consultados. Así, y aunque existen distintas experiencias en otros países, la iniciativa barcelonesa es la primera que cuenta con el apoyo de los responsables políticos sanitarios.
En Alemania, y como se evidenció en el curso de las Jornadas Europeas Paime 2001, no existe ningún soporte específico para los médicos y, cuando éstos caen enfermos, recurren, generalmente, al seguro privado.
En Gran Bretaña existen diversos servicios específicos para profesionales sanitarios, aunque de carácter fragmentado. Así, se dispone de una organización que atiende a médicos adictos, de grupos de autoayuda para médicos y dentistas, existe también alguna asociación al respecto y la British Medical Association ha impulsado un servicio de consejo telefónico sobre el estrés. Estas iniciativas, sin embargo, se sustentan mediante donativos y el trabajo de voluntarios.
Suecia y Austria, asimismo, reúnen alguna experiencia, no muy significativa, en cuanto al tratamiento de médicos alcohólicos.
Bruselas, 31 de agosto de 2003. Se aprueban, en el pleno del Comité Permanente de Médicos Europeos, unas recomendaciones generales para el posible desarrollo del PAIME en Europa.
Y es que en el año 2001 ya aparecía el tema del Paime como uno de los aspectos propuestos en la mesa de formación continuada y desarrollo profesional del Comité Permanente de Médicos Europeos. Se decide entonces que la delegación española del comité, bajo el liderazgo del COMB, redacte un informe al respecto. El primer texto fue presentado en abril de 2002 y aprobado por la mesa en agosto del mismo año. El documento es enviado, entonces, a la Comisión de Ética y Deontología del Comité Permanente, donde todas las delegaciones se muestran conformes con el redactado pero, en palabras del doctor Celso Mostacero, responsable de la presentación del programa en Europa, 'sugirieron más trabajo en cuanto a financiación y características de los tutores'. Finalmente, el texto se aprueba en agosto de 2003 con una última observación: cambiar los considerados 'principios' por 'recomendaciones generales'.
De entre estas recomendaciones generales destacan el establecimiento de medidas especiales para mantener la confidencialidad, la consideración de los sistemas sanitarios como garantes de la prestación de este servicio al médico enfermo y el papel preeminente de los Colegios profesionales. Todo ello debe realizarse con el objetivo de mejorar la calidad de los propios servicios sanitarios y proteger la salud de los ciudadanos.
Creación de un cuerpo teórico doctrinal
Y en pleno proceso de expansión del Paime, quienes llevan años involucrados en este proyecto han visto surgir una nueva necesidad, la de crear un cuerpo teórico doctrinal que sirva de ayuda en el desarrollo de programas preventivos para detectar y tratar situaciones de riesgo. Con este objetivo, el Paime catalán puso en marcha, en junio de este mismo año, la Fundación Galatea, una fundación adscrita a los cuatro Colegios de Médicos de la comunidad.
Según Jaume Padrós, responsable de la Fundación, la labor desempeñada tendrá una doble función, tanto asistencial como formativa, con la finalidad de promover la salud, el bienestar físico y mental y la calidad de vida de los médicos pacientes.
Córdoba, 9 y 10 de octubre de 2003. Se celebra el I Congreso Nacional sobre el Paime. Un Congreso en el que se ha puesto de manifiesto la necesidad de extender el modelo al resto del Estado, tal y como han defendido los representantes del PAIME, Colegios profesionales y OMC. A ello hay que sumar la promesa de Ana Pastor de trasladar el tema al Consejo Interterritorial, y en el que responsables de Sanidad de Aragón, Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía han prometido también participar en la financiación del programa en sus respectivas comunidades.
El evento ha concluido con un objetivo: llegar al II Congreso Nacional sobre el PAIME, que se celebrará en octubre de 2004 en Toledo, con la posible adhesión al programa de un número de Colegios tal que permita abarcar el 80 por ciento del territorio español.
El Colegio de Médicos de Madrid es partidario del PAIME, aunque 'no lo tiene porque no se lo puede permitir', según su presidenta
El Síndrome de 'Burn out'
El Burn out es una entidad que fue descrita por primera vez en el año 1974 por Herbert Freudenberger. Se trata de lo que comúnmente se denomina el 'Síndrome del quemado', o lo que académicamente se entiende como un estado de agotamiento y desgaste laboral, algo que, por otro lado y como se desprende de la literatura, afecta principalmente a los profesionales relacionados con el servicio y la asistencia a los demás, entre ellos, los profesionales sanitarios.
En España, se calcula que entre el 15 y el 20 por ciento de los médicos están 'quemados' por su trabajo, lo que representaría un total de 32.000 colegiados aproximadamente. Los rasgos principales del Burn out son el agotamiento emocional, la despersonalización y la baja autoestima personal.
La actual situación profesional de los que se dedican a la asistencia sanitaria, tampoco es de gran ayuda, siendo la presión asistencial, el elevado número de pacientes a atender en poco tiempo y la baja incentivación algunos de los principales problemas del sistema sanitario, citados repetidamente por estos especialistas.
Las consecuencias del Burn out se dan en distintos niveles. En el ámbito laboral, y según José Antonio Becerra, presidente de la Sociedad Extremeña de Medicina General, se suele dar 'insatisfacción y deterioro del ambiente laboral, disminución de la calidad del trabajo, absentismo, reconversión o abandono de la profesión y adopción de posturas agresivas'. Además, relata este experto, 'son sujetos incómodos y crean mal ambiente, son ineficaces y foco de conflicto, son propensos a tener problemas médico-legales y suelen generar trastornos de ansiedad, depresiones, conductas suicidas y abuso de drogas'.
Asimismo, y según un estudio publicado en el British Medical Journal en 1998, el 50 por ciento de los médicos presenta disturbios emocionales y el 20 por ciento consume drogas, fármacos y alcohol, bien como parte de un tratamiento psiquiátrico, bien como medio de evasión o de diversión.
Como ocurre con otras enfermedades, este síndrome también tiene una población de riesgo. Como indica el doctor Arteman, 'los residentes, por ejemplo, están considerados como un grupo de riesgo. Están sometidos a una fuerte presión, tienen miedo, sentimiento de inseguridad y, por lo general, se encuentran lejos de casa. Todo ello favorece que, con mayor facilidad, generen situaciones de estrés o adopten actitudes depresivas'.
Recomendaciones generales propuestas en el marco del Comité Permanente de Médicos Europeos
1. Los sistemas sanitarios deben garantizar a los profesionales de la Sanidad, la misma accesibilidad al sistema que la población general.
2. El derecho a la confidencialidad al acceder a los tratamientos es importante para todos los pacientes, pero se requieren medidas especiales para garantizar la misma a los profesionales de la salud que accedan al tratamiento, sobre todo cuando se trata de trastornos psíquicos y/o adictivos, porque todavía son estigmatizantes.
3. Deben de crearse programas y servicios asistenciales específicos ambulatorios y de hospitalización en número suficiente para que los profesionales afectados reciban el tratamiento adecuado y en las condiciones debidas, bajo los principios de confidencialidad absoluta, asistencia médica y psicológica especializada, apoyo social a la familia, asesoramiento laboral y jurídico, intentando la actividad profesional bajo seguimiento y evaluación.
4. Los Colegios Profesionales y/o otras organizaciones representativas deben tener un papel central en la organización, gestión y control de la calidad de los programas asistenciales creados.
5. Es preciso pues, que estos programas no sólo se desarrollen con el objetivo de mejorar la asistencia a los médicos y otros profesionales de la salud, sino también para mejorara la calidad de los servicios sanitarios y, sobre todo, para proteger la salud de los ciudadanos.
6. Siendo uno de los objetivos de estos programas el mejorar la calidad de los servicios sanitarios así como la protección de la salud de los ciudadanos, su financiación debe corresponder a las instituciones públicas, prioritariamente.
7. Estos programas deben tener una clara vocación preventiva, intentando facilitar a todos los profesionales sanitarios, enfermos o no, las condiciones más idóneas para que los problemas que se detecten sean abordados con la mayor precocidad y efectividad posible.
8. Es necesario desarrollar la investigación, particularmente, en relación a la salud mental de los profesionales de la Sanidad y sus condiciones de trabajo.
9. La salud de todos los profesionales sanitarios debe ser promovida, tanto en el ámbito individual, como organizacional, con especial énfasis en la salud mental.
10. Para el cumplimiento de los citados principios deberá crearse una 'Comisión de Ayuda al Médico Enfermo' que actuará en todo momento conforme a las normas de Deontología vigentes.