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[post_content] => Almudena Rodríguez Ramiro se licencia en Bioquímica y Biología Molecular en 1994 en la Universidad Autónoma de Madrid, donde también obtiene el título de Doctora en Ciencias y el Premio Extraordinario de Tesis Doctoral en 2000. A continuación, se incorpora al laboratorio de Michel Nussenzweig en la Universidad Rockefeller de Nueva York (EE. UU.). En este centro realiza su trabajo postdoctoral. En 2006 comienza a trabajar en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). Y desde el año 2012 forma parte del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), donde en la actualidad lidera el laboratorio de Biología de Linfocitos B.
¿En qué consiste su trabajo actual en el laboratorio de Biología de Linfocitos B del CNIC?
En nuestro laboratorio tratamos de entender distintos aspectos de los linfocitos B, que son las células encargadas de secretar anticuerpos. Por lo tanto, son muy importantes en la protección contra las infecciones y en la respuesta a las vacunas.
¿Tiene otras ocupaciones laborales?
Además de la investigación, una parte muy importante y gratificante de mi trabajo es la formación de investigadores predoctorales que están realizando la tesis doctoral en mi laboratorio. Por supuesto, también es muy relevante la difusión de nuestros resultados en conferencias y congresos, la participación en convocatorias para obtener financiación para nuestros proyectos y algunos compromisos administrativos o de gestión.
¿Cuáles son los principales hitos de su trayectoria profesional?
Para mí, hay dos hitos importantes durante mi carrera en términos generales. El primero fue un descubrimiento que vinculaba la respuesta de los linfocitos B durante la producción de anticuerpos con unas lesiones en el ADN llamadas translocaciones cromosómicas que están asociadas al cáncer.
El segundo logro es que hemos encontrado un asociación entre esta respuesta inmune productora de anticuerpos y la aterosclerosis, lo que podría abrir nuevas expectativas terapéuticas. En ambos casos, el interés y el futuro de estos hallazgos son las implicaciones biomédicas que tienen.
¿Y qué perspectivas de futuro tiene?
Como para cualquier científico, para mí es muy importante que los resultados de mi investigación puedan tener un impacto positivo en la sociedad.
¿Cuándo y cómo comenzó en usted la vocación investigadora?
Me sentí atraída hacia la investigación desde joven, y en el Bachillerato ya estaba convencida de que ese era el camino que quería seguir. La carrera científica es una camino de aprendizaje y de trabajo en equipo.
¿Recibió ayudas y/o apoyo de sus compañeros y jefes?
Mi trayectoria ha sido posible gracias a mis mentores, especialmente la Dra. María Luisa Toribio, mi directora de tesis, y el Dr. Michel Nussenzweig, mi supervisor postdoctoral, que me dieron las alas para poder ser una investigadora independiente. Después, todos nuestros resultados han sido la consecuencia del trabajo de mi equipo, de todos los miembros de mi laboratorio durante estos años. La ciencia solo es posible si nos apoyamos y apoyamos a otros.
¿Cómo recuerda su experiencia en la Universidad Rockefeller de Nueva York?
Recuerdo mi etapa postdoctoral en la Universidad Rockefeller de Nueva York como una de las mejores de mi vida. La atmósfera científica en esta Universidad es absolutamente fabulosa y única.
¿Cree que todos los investigadores deben vivir la experiencia de trabajar en laboratorios de fuera de España?
Creo que es muy beneficioso para todos los investigadores tener la oportunidad de disfrutar de un entorno así durante una época de su trayectoria.
¿Cómo valora el sistema de becas de investigación que hay en España? ¿Todos los jóvenes que quieren investigar se pueden dedicar de forma profesional?
Creo que el sistema de financiación de contratos para la investigación en España es mejorable y que debería haber más contratos para facilitar las vocaciones investigadoras en los jóvenes. Lo más importante para que un joven pueda dedicarse a la investigación es esa vocación, que quiera hacerlo.
Por otra parte, el trabajo de investigación en sí mismo implica una serie de riesgos, en el sentido de que es imposible saber a ciencia cierta si el proyecto va a tener el resultado que uno espera. En cierta medida, la continuidad en la carrera científica depende también de los resultados o el éxito de la investigación.
¿Cuáles son los principales problemas que tiene la investigación en España?
Creo que los principales problemas de la investigación en España son que la financiación es muy limitada comparada con otros países de nuestro entorno y que la carga administrativa es extremadamente voluminosa.
¿Cómo es su relación con la parte administrativa y financiera de su labor como investigadora? ¿Se involucra en todas las gestiones para conseguir material o financiación, por ejemplo?
Por supuesto, desde el momento en que un investigador dirige su propio laboratorio es responsable de obtener financiación para llevar a cabo su investigación. Esto es parte de nuestro trabajo y, además, es una parte creativa y fundamental. No obstante, la carga administrativa no-científica que conlleva la investigación (justificaciones, permisos, restricciones, etc.) es enorme, y está en constante aumento. Las tareas administrativas nos restan una proporción muy importante de nuestro tiempo, y, por lo tanto, de nuestro trabajo investigador.
En su caso, ¿cómo valora la financiación pública vs. financiación privada? ¿Es fácil alcanzar una colaboración público-privada?
Creo que la investigación pública y privada deben convivir y complementarse. En nuestro país no hay una buena tradición de financiación privada. Sería muy interesante que se fomentara la inversión privada con una normativa de mecenazgo mejorada.
Trabajo premiado
Almudena R. Ramiro ha obtenido el XVII Premio Ciencias de la Salud-Fundación Caja Rural Granada, dotado con 25.000 euros, por un trabajo sobre el tratamiento de la aterosclerosis. “Para mí ha sido un honor y un privilegio recibir este premio tan prestigioso que da visibilidad a mi investigación y la revaloriza. También es un reconocimiento que beneficia a la ciencia y a los científicos, en general, porque nos acerca a los medios y a la sociedad. Agradezco de corazón a la Caja Rural de Granada, y específicamente a su presidente, Antonio León, su compromiso con la ciencia y la investigación en nuestro país”, comenta la experta del CNIC.
Resultados
Existe una fuerte relación entre autoinmunidad y aterosclerosis, pero los motivos por los que el sistema inmunitario reacciona frente a estructuras propias y causa el daño vascular todavía no se conocen bien. Almudena Rodríguez y su equipo han investigado este tema con una tecnología innovadora que implica el estudio de los genes de las células B, productoras de anticuerpos. Las principales conclusiones de este trabajo se han recogido en un estudio publicado en Nature. Según explican desde el propio CNIC, “los linfocitos B son actores clave de la respuesta inmune, principalmente a través de la generación de un repertorio enormemente diverso de anticuerpos protectores que reconoce patógenos y moléculas extrañas con una especificidad exquisita”. La mala regulación de la función de los linfocitos B también se asocia con diversas condiciones de salud, incluidas las deficiencias inmunitarias, la autoinmunidad y el cáncer. La investigación ha identificado 56 anticuerpos relacionados con el proceso de la aterosclerosis, de los que un tercio reacciona directamente con la placa aterosclerótica. En concreto, el A12 se dirige contra la molécula ALDH4A1. Esto permite distinguir una de las principales dianas frente a la que el sistema inmunitario dispara una autorrespuesta.
Biomarcador de la aterosclerosis
Los valores de esta molécula están alterados durante la aterosclerosis y aumentan conforme evoluciona la enfermedad. Asimismo, la utilización como bloqueante del anticuerpo A12 permite reducir notablemente los niveles de colesterol libre y la formación de la placa aterosclerótica. En definitiva, la investigación liderada por Almudena R. Ramiro ha identificado que el anticuerpo A12 puede suponer una estrategia relevante para el tratamiento de las enfermedades vasculares.
[post_title] => “Los jóvenes deben ser valientes y seguir su vocación investigadora”
[post_excerpt] => Entrevista a Almudena Rodríguez Ramiro, especialista en Bioquímica y Biología Molecular del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC)
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¿En qué consiste su trabajo actual en el laboratorio de Biología de Linfocitos B del CNIC?
En nuestro laboratorio tratamos de entender distintos aspectos de los linfocitos B, que son las células encargadas de secretar anticuerpos. Por lo tanto, son muy importantes en la protección contra las infecciones y en la respuesta a las vacunas.
¿Tiene otras ocupaciones laborales?
Además de la investigación, una parte muy importante y gratificante de mi trabajo es la formación de investigadores predoctorales que están realizando la tesis doctoral en mi laboratorio. Por supuesto, también es muy relevante la difusión de nuestros resultados en conferencias y congresos, la participación en convocatorias para obtener financiación para nuestros proyectos y algunos compromisos administrativos o de gestión.
¿Cuáles son los principales hitos de su trayectoria profesional?
Para mí, hay dos hitos importantes durante mi carrera en términos generales. El primero fue un descubrimiento que vinculaba la respuesta de los linfocitos B durante la producción de anticuerpos con unas lesiones en el ADN llamadas translocaciones cromosómicas que están asociadas al cáncer.
El segundo logro es que hemos encontrado un asociación entre esta respuesta inmune productora de anticuerpos y la aterosclerosis, lo que podría abrir nuevas expectativas terapéuticas. En ambos casos, el interés y el futuro de estos hallazgos son las implicaciones biomédicas que tienen.
¿Y qué perspectivas de futuro tiene?
Como para cualquier científico, para mí es muy importante que los resultados de mi investigación puedan tener un impacto positivo en la sociedad.
¿Cuándo y cómo comenzó en usted la vocación investigadora?
Me sentí atraída hacia la investigación desde joven, y en el Bachillerato ya estaba convencida de que ese era el camino que quería seguir. La carrera científica es una camino de aprendizaje y de trabajo en equipo.
¿Recibió ayudas y/o apoyo de sus compañeros y jefes?
Mi trayectoria ha sido posible gracias a mis mentores, especialmente la Dra. María Luisa Toribio, mi directora de tesis, y el Dr. Michel Nussenzweig, mi supervisor postdoctoral, que me dieron las alas para poder ser una investigadora independiente. Después, todos nuestros resultados han sido la consecuencia del trabajo de mi equipo, de todos los miembros de mi laboratorio durante estos años. La ciencia solo es posible si nos apoyamos y apoyamos a otros.
¿Cómo recuerda su experiencia en la Universidad Rockefeller de Nueva York?
Recuerdo mi etapa postdoctoral en la Universidad Rockefeller de Nueva York como una de las mejores de mi vida. La atmósfera científica en esta Universidad es absolutamente fabulosa y única.
¿Cree que todos los investigadores deben vivir la experiencia de trabajar en laboratorios de fuera de España?
Creo que es muy beneficioso para todos los investigadores tener la oportunidad de disfrutar de un entorno así durante una época de su trayectoria.
¿Cómo valora el sistema de becas de investigación que hay en España? ¿Todos los jóvenes que quieren investigar se pueden dedicar de forma profesional?
Creo que el sistema de financiación de contratos para la investigación en España es mejorable y que debería haber más contratos para facilitar las vocaciones investigadoras en los jóvenes. Lo más importante para que un joven pueda dedicarse a la investigación es esa vocación, que quiera hacerlo.
Por otra parte, el trabajo de investigación en sí mismo implica una serie de riesgos, en el sentido de que es imposible saber a ciencia cierta si el proyecto va a tener el resultado que uno espera. En cierta medida, la continuidad en la carrera científica depende también de los resultados o el éxito de la investigación.
¿Cuáles son los principales problemas que tiene la investigación en España?
Creo que los principales problemas de la investigación en España son que la financiación es muy limitada comparada con otros países de nuestro entorno y que la carga administrativa es extremadamente voluminosa.
¿Cómo es su relación con la parte administrativa y financiera de su labor como investigadora? ¿Se involucra en todas las gestiones para conseguir material o financiación, por ejemplo?
Por supuesto, desde el momento en que un investigador dirige su propio laboratorio es responsable de obtener financiación para llevar a cabo su investigación. Esto es parte de nuestro trabajo y, además, es una parte creativa y fundamental. No obstante, la carga administrativa no-científica que conlleva la investigación (justificaciones, permisos, restricciones, etc.) es enorme, y está en constante aumento. Las tareas administrativas nos restan una proporción muy importante de nuestro tiempo, y, por lo tanto, de nuestro trabajo investigador.
En su caso, ¿cómo valora la financiación pública vs. financiación privada? ¿Es fácil alcanzar una colaboración público-privada?
Creo que la investigación pública y privada deben convivir y complementarse. En nuestro país no hay una buena tradición de financiación privada. Sería muy interesante que se fomentara la inversión privada con una normativa de mecenazgo mejorada.
Trabajo premiado
Almudena R. Ramiro ha obtenido el XVII Premio Ciencias de la Salud-Fundación Caja Rural Granada, dotado con 25.000 euros, por un trabajo sobre el tratamiento de la aterosclerosis. “Para mí ha sido un honor y un privilegio recibir este premio tan prestigioso que da visibilidad a mi investigación y la revaloriza. También es un reconocimiento que beneficia a la ciencia y a los científicos, en general, porque nos acerca a los medios y a la sociedad. Agradezco de corazón a la Caja Rural de Granada, y específicamente a su presidente, Antonio León, su compromiso con la ciencia y la investigación en nuestro país”, comenta la experta del CNIC.
Resultados
Existe una fuerte relación entre autoinmunidad y aterosclerosis, pero los motivos por los que el sistema inmunitario reacciona frente a estructuras propias y causa el daño vascular todavía no se conocen bien. Almudena Rodríguez y su equipo han investigado este tema con una tecnología innovadora que implica el estudio de los genes de las células B, productoras de anticuerpos. Las principales conclusiones de este trabajo se han recogido en un estudio publicado en Nature. Según explican desde el propio CNIC, “los linfocitos B son actores clave de la respuesta inmune, principalmente a través de la generación de un repertorio enormemente diverso de anticuerpos protectores que reconoce patógenos y moléculas extrañas con una especificidad exquisita”. La mala regulación de la función de los linfocitos B también se asocia con diversas condiciones de salud, incluidas las deficiencias inmunitarias, la autoinmunidad y el cáncer. La investigación ha identificado 56 anticuerpos relacionados con el proceso de la aterosclerosis, de los que un tercio reacciona directamente con la placa aterosclerótica. En concreto, el A12 se dirige contra la molécula ALDH4A1. Esto permite distinguir una de las principales dianas frente a la que el sistema inmunitario dispara una autorrespuesta.
Biomarcador de la aterosclerosis
Los valores de esta molécula están alterados durante la aterosclerosis y aumentan conforme evoluciona la enfermedad. Asimismo, la utilización como bloqueante del anticuerpo A12 permite reducir notablemente los niveles de colesterol libre y la formación de la placa aterosclerótica. En definitiva, la investigación liderada por Almudena R. Ramiro ha identificado que el anticuerpo A12 puede suponer una estrategia relevante para el tratamiento de las enfermedades vasculares.
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