El asma es una enfermedad crónica sin cura y con un impacto económico significativo que, además, sigue aumentando en prevalencia. Esto exige la constante actualización de protocolos y guías de práctica clínica, incorporando aspectos como contaminación, tabaquismo y prevención primaria. En los actuales modelos asistenciales…
El asma es una enfermedad crónica sin cura y con un impacto económico significativo que, además, sigue aumentando en prevalencia. Esto exige la constante actualización de protocolos y guías de práctica clínica, incorporando aspectos como contaminación, tabaquismo y prevención primaria. En los actuales modelos asistenciales existe una buena red para la continuidad del manejo del paciente con asma, aunque aún hay variabilidad en los modos de actuación, asegura la doctora Nieves Navarro, del Centro de Salud de Iznalloz, en Granada. “Por ello, hay que seguir adaptándose”.
También “es fundamental empoderar al paciente para que pueda gestionar su autocuidado. Se debe situar al paciente en el centro del sistema sanitario para proporcionar una atención integral, integrada y continuada, gestionando los recursos según la gravedad y rol de cada escalón del sistema”, asevera la experta.
En el ámbito de la continuidad asistencial, a pesar del esfuerzo significativo de los profesionales, los resultados tangibles aún son limitados. En el Área Sanitaria Jerez Costa-Noroeste Sierra de Cádiz, se ha desarrollado la herramienta ASMASUR para mejorar la coordinación entre atención primaria y neumología en el manejo del asma, explica el doctor Manuel Niño, del Centro de Salud de Rota, en Cádiz.
Este especialista subraya la necesidad de fortalecer la formación continuada y la coordinación entre los diferentes niveles asistenciales para mejorar la atención a los pacientes con enfermedades respiratorias crónicas.
Diversas especialidades involucradas
El manejo del paciente con asma involucra a varias especialidades médicas. Los médicos y enfermeras de familia son clave, actuando como la puerta de entrada al sistema sanitario. Realizan el diagnóstico, tratamiento, seguimiento y ajuste del tratamiento tanto en consultas programadas como en atención a urgencias durante agudizaciones. Los pacientes controlados son evaluados cada 9 a 12 meses, mientras que los mal controlados cada tres. La Enfermería se encarga de espirometrías, control clínico, adherencia al tratamiento y técnica inhalatoria, con revisiones cada tres o seis meses. En caso de agudización, los pacientes pueden ser atendidos por servicios de Urgencias, tanto en puntos fijos como en unidades móviles, así como en urgencias hospitalarias. Los neumólogos y alergólogos juegan un papel crucial desde las consultas de atención especializada, y es esencial una estrecha colaboración con Atención Primaria. Además, existen unidades multidisciplinarias de asma, lideradas por neumólogos y alergólogos, que colaboran con otros especialistas según las necesidades específicas del paciente. Una variedad de especialistas que requiere de una “estrecha colaboración entre Atención Primaria y la Especializada para garantizar una atención integral y efectiva a los pacientes con asma”, resalta el doctor Niño.Medicina Interna e Inmunología
Otras especialidades que intervienen en el manejo del asma incluyen Medicina Interna, Inmunología y Pediatría, apunta el doctor Luis Miguel Yeguas, del Centro de Salud de Zafarraya, en Granada. Los internistas tratan a pacientes asmáticos que también presentan otras patologías, las cuales pueden agravar el asma mutuamente. Los inmunólogos, aunque a menudo trabajan junto con alergólogos, participan en el tratamiento del asma asociada a enfermedades autoinmunes o disfunciones del sistema inmunitario. Los pediatras, por su parte, se encargan de los niños y adolescentes con asma, enfocándose en la influencia que puede tener la enfermedad en el desarrollo y crecimiento del niño.Coordinación entre niveles
La coordinación entre niveles asistenciales es una prioridad constante para los sistemas de salud, especialmente en el manejo del asma y otras enfermedades crónicas. Para ello, se han implementado diversas estrategias y mecanismos para mejorar esta coordinación, indica el doctor Antonio Javier Martínez, del Centro de Salud La Zubia, en La Zubia (Granada). Este especialista comenta que hace unos años se estableció un Proceso Asistencial y se crearon guías como GEMA y GOLD, que han mejorado la relación entre niveles y reducido la variabilidad en el diagnóstico y tratamiento del asma. “Sin embargo, –advierte– otras estrategias útiles, como grupos de trabajo, profesionales de enlace o sistemas de información vertical, aún no se han establecido en algunos entornos”. Tras la pandemia, se implementó la consulta telemática como forma de comunicación entre el médico de familia y los especialistas en Neumología y Alergología, lo que ha permitido una rápida valoración hospitalaria. No obstante, las listas de espera siguen siendo un desafío, con demoras de 3-4 meses para Alergología y casi dos meses para Neumología, comenta el doctor Martínez. “Una realidad que refleja que la coordinación continúa siendo muy mejorable”, incide.¿Hay una buena coordinación?
Para el doctor Yeguas la colaboración entre servicios de salud varía según el lugar y las personas involucradas. “En nuestra área, en general, médicos de familia y alergólogos trabajan estrechamente en el seguimiento de los pacientes asmáticos”, dice. Esta integración facilita la derivación oportuna entre especialidades según la evolución de la enfermedad, respaldada por un sistema de historias clínicas compartidas que permite una comunicación efectiva y una atención coordinada sin necesidad constante de referencias formales. Sin embargo, la capacidad de los centros de salud para manejar el asma varía significativamente. “Los consultorios pequeños y dispersos, con recursos limitados, dificultan el diagnóstico y seguimiento adecuados del asma”, indica el doctor. Asimismo, destaca el papel del paciente. “Muchos pacientes, especialmente en edad laboral, creen que el asma se resuelve rápidamente tras el diagnóstico y tratamiento inicial, sin entender que es una enfermedad crónica que requiere revisiones y tratamientos de mantenimiento para evitar recaídas”, subraya. En ese contexto, el especialista considera que los médicos de familia, como primer punto de contacto, tienen la responsabilidad de realizar un diagnóstico adecuado y, en casos más complejos, derivar a los pacientes para un seguimiento especializado.Cómo mejorar la continuidad asistencial
A la hora de hablar de las mejoras enfocadas a la buena continuidad asistencial, el doctor Niño expone las medidas que se recogen en el Plan Andaluz de Atención a Personas con Enfermedades Respiratorias Crónicas. Este programa incluye diversas propuestas entre las que engloba la reducción del consumo de tabaco, el acceso a espirometrías con PBD para diagnóstico precoz, y el fomento de vías clínicas y protocolos asistenciales específicos para asma y EPOC. Además, se incluye el impulso de la telemedicina con consultas telefónicas y tele-atención compartida, y se refuerza el modelo asistencial en Atención Primaria. También se plantea la optimización del uso de la medicación inhalada y la prescripción de tratamientos biológicos, así como promover la formación especializada para profesionales de salud y la creación de enfermería de prácticas avanzadas. Finalmente, se expone la necesidad de fomentar la participación ciudadana en el desarrollo y difusión del plan para asegurar una atención más integral y coordinada para los pacientes con enfermedades respiratorias crónicas. Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores: Nieves Navarro Ortiz, Manuel Niño Camacho, Harold Dustin Sánchez Ponte, Francisco José Amorrortu Vázquez, Francisco Javier Ruiz Sánchez, Carlos Acal Romero, Antonio Javier Martínez Sánchez, Luis Miguel Yeguas López y Ana Segura Quirante. Una publicación independiente desarrollada gracias al patrocinio financiero de BIAL. Los puntos de vista y las opiniones que se expresan en esta obra son de sus autores y no reflejan necesariamente la política oficial ni la posición de BIAL. BIAL no debe ser considerada responsable de la veracidad de la información ni de los posibles errores u omisiones. Referencias:- Alberto Capelastegui Saiz. Cómo mejorar la calidad de la asistencia al paciente con asma. Capelastegui Saiz A. Rev Asma. 2017;2(1):23-28.
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