Redacción, Madrid.-El cáncer de próstata constituye la tercera causa de muerte tumoral en el hombre, tras el cáncer de pulmón y el de estómago. En España se estima que se diagnostican 10.750 nuevos casos cada año, según datos de la Asociación Española de Urología (AEU) y la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), siendo la incidencia de muertes por esta causa de 3.600 varones al año. Además, la cirugía de próstata, en muchos casos necesaria para esta enfermedad, ocasiona una de las formas de disfunción eréctil más rebelde al tratamiento. Si bien este "efecto colateral" queda relegado a un segundo plano en el momento del diagnóstico, con el paso del tiempo se convierte en un motivo de insatisfacción al incidir frontalmente en las relaciones sexuales del paciente.
Las posibles soluciones para el cáncer de próstata son la intervención quirúrgica -prostatectomía retropúbica radical-, la radioterapia o, en los casos más avanzados, el tratamiento hormonal paliativo. Como consecuencia de los tratamientos el paciente pierde su función eréctil, siendo más inmediata en el caso de la operación. La disfunción sexual se produce por la extirpación o lesión de los nervios responsables de la erección. A pesar de la dificultad de recuperar la normalidad sexual de este tipo de pacientes, recientes datos clínicos publicados en Journal of Urology han revelado que el 62 por ciento de los varones operados de cáncer de próstata ha mejorado sus erecciones tras recibir tratamiento oral.
Recuperar la confianza
El factor psicológico es un elemento primordial en la recuperación de este tipo de pacientes. Según el doctor Ignacio Moncada, presidente de la Asociación Española para la Salud Sexual (AESS), "recuperar la confianza de estos pacientes es determinante para restablecer también su erección". La doctora Francisca Molero, directora del Institut Clinic de Sexología de Barcelona, apunta que "supone un gran avance disponer de un tratamiento que ayuda a desligar la actividad sexual de la toma del fármaco".
Entre otros, los síntomas más comunes del cáncer de próstata son dificultad para comenzar y/o terminar de orinar, fuerza reducida del caudal de orina, micción dolorosa o con ardor y goteo al final de la misma, poca cantidad de orina en micciones frecuentes, eyaculación dolorosa, sangre en la orina e incapacidad para orinar. Muchos de estos síntomas son similares en otra dolencia prostática más común y mucho menos grave, la hiperplasia benigna. La próstata crece de forma continua durante la vida del varón y su exceso de tamaño puede provocar esta patología.
Se estima que el 60 por ciento de los varones mayores de 60 años padece hiperplasia benigna de próstata, por lo que es habitual que en este segmento de la población confluyan la patología y la disfunción eréctil.