Redaccion, Madrid.- El abuso de alcohol y tabaco aumentan el riesgo de sufrir un cáncer de la cavidad oral, un tumor que representa el 30% de los tumores de cabeza y cuello. Así lo ha explicado el doctor Santiago Llorente, del Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial del Hospital Central de Asturias y vicepresidente 2º de la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial (SECOM), durante la charla Prevención del Cáncer Oral que ha tenido lugar en el marco de FISALUD, la Feria Internacional de la Salud. Según detalla, se diagnostica una media de 40 tumores de cavidad oral al año, lo que supone una incidencia de 1,3 casos por 1.000 habitantes / año. Este carcinoma afecta sobre todo a varones entre 45 y 65 años (por cada diagnóstico femenino hay seis masculinos), aunque está aumentando en el sexo femenino por la mayor incidencia de mujeres fumadoras.

En opinión del doctor Miguel Burgueño, presidente electo de la SECOM y médico adjunto del Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial del Hospital La Paz de Madrid, alcohol y tabaco son los principales factores que predisponen a sufrir esta patología. De hecho, aproximadamente el 90 por ciento de los pacientes con carcinoma de cavidad oral son fumadores. Como en la incidencia por sexos, el riesgo de que un fumador desarrolle este cáncer es 6 veces superior al de un no fumador. "Además", afirma Burgueño, "el abuso combinado de alcohol y tabaco ejerce un efecto multiplicador del riesgo, aproximadamente 15 veces mayor" en el fumador y bebedor que en una persona sin estos hábitos.

Pero existen también, explica el doctor Llorente, otros factores relacionados con la aparición de un cáncer de la cavidad oral: pobre higiene bucal, prótesis dentales defectuosas, infecciones víricas, deficiencias alimenticias, etc. Para prevenir su aparición, el doctor Llorente apunta, en primer lugar, "el abandono del tabaquismo y el consumo excesivo de bebidas alcohólicas (prevención primaria), si bien no hay suficientes evidencias para recomendar el cribado sistemático en la población general asintomática".

Lo que sí está constatado es el pronóstico más favorable en pacientes con lesiones pequeñas frente a aquellos con lesiones más avanzadas. Por ello se recomienda esta exploración en la población de riesgo. De hecho, la Sociedad Americana del Cáncer recomienda una exploración de la cavidad oral (inspección y palpación) a aquellos pacientes que tengan factores de riesgo, y remitir al segundo nivel asistencial a quienes presenten alguno de los siguientes síntomas: Afta oral que no cura en 7-10 días (el síntoma más frecuente). molestias en la boca que no desaparecen. engrosamiento en la mejilla. persistencia de una lesión blanquecina o rojiza en la zona de la garganta, lengua, amígdala o el suelo de la boca. sensación de cuerpo extraño con molestias persistentes en la misma zona. dificultad para tragar o masticar , y también para mover la lengua o la mandíbula. y sensación de anestesia en la lengua u otra zona de la boca.

El 50 por ciento presentan lesiones avanzadas

Pese a que la cavidad oral es una zona fácilmente accesible a la exploración (del médico y del paciente), el tiempo medio que transcurre entre el comienzo de los síntomas y la consulta al especialista es de unos 5 meses. La ausencia de síntomas específicos y la tardanza en acudir a la consulta hacen que el 50 por ciento de los pacientes diagnosticados presenten lesiones ya avanzadas, subraya el doctor Burgueño.

Dado que el cáncer de la cavidad oral tiene una variabilidad clínica tan amplia, y puesto que su pronóstico es pobre, la única forma de mejorar los resultados es con un diagnóstico precoz mediante una biopsia, que habitualmente se realiza con anestesia local y no supone grandes molestia.

La aparición de una adenopatía cervical en un paciente con criterios de riesgo (varón, mayor de 45 años, fumador y/o bebedor), siempre debe ser seguida por una exploración maxilofacial completa y nunca por la realización de una biopsia abierta del ganglio. La biopsia abierta de una adenopatía cervical está específicamente contraindicada: no aporta información relevante y puede comprometer de forma importante el pronóstico.

En caso de que sea un carcinoma, el riesgo de diseminación linfática, subcutánea y cutánea aumenta significativamente. Se ha comprobado que la realización de biopsia abierta de una adenopatía cervical metastásica aumenta la incidencia de necrosis de la herida, la incidencia de recidiva local y la incidencia de metástasis a distancia, disminuyendo por tanto la supervivencia. La alternativa a la biopsia es la punción-aspiración con aguja fina (PAAF), siempre previa evaluación completa por el cirujano maxilofacial. Por último, "el tratamiento de tumor", afirma Burgueño, "se fundamenta en el tratamiento radioterápico, quimioterápico y en la cirugía cuya combinación será dictaminada por el especialista".