La transformación digital, inteligencia artificial u otras herramientas que vengan de la mano de la digitalización y las nuevas tecnologías están presentes en los procesos clínicos y en la gestión
18 de noviembre 2022. 11:25 am
La transformación digital mueve a una organización de un mundo definido, en el mejor de los casos, por procesos, orientados generalmente a la eficiencia y la calidad, a un mundo basado en los datos, que ponen mucha más claridad sobre qué es lo que a…
La transformación digital mueve a una organización de un mundo definido, en el mejor de los casos, por procesos, orientados generalmente a la eficiencia y la calidad, a un mundo basado en los datos, que ponen mucha más claridad sobre qué es lo que a la gente le importa; los resultados y la experiencia. “El elemento más importante de la transformación digital es el cambio cultural que debe de realizar la organización, dado que puede implicar la reelaboración de la mayoría o de todas las áreas dentro de una organización, así como de las habilidades e interacciones de los equipos e, incluso, del propio concepto de valor”, asegura Patricia Alonso Fernández.
Tal y como detalla, “la transformación digital aporta la posibilidad de contar con información no solo sobre el qué, sino también sobre el cómo, cuándo, dónde y por qué”.
Estos son los elementos que ayudan a analizar y predecir patrones y tendencias, que permiten optimizar la gestión de recursos e imprimirán agilidad en la toma de decisiones y la corrección de estas, de los elementos clave en el entorno actual.
Este análisis se ha convertido en uno de los grandes aliados a la hora de hacer un análisis prospectivo, y no solo “forense”, de la actividad gestora, de la eficiencia operativa de los procesos y recursos, de los resultados en salud…
Optimización de procesos
Fruto de la interrelación entre los datos y los procesos, la transformación digital cambia estos últimos, permitiendo salir del permanente esfuerzo en obtener unos procesos optimizados, para centrarse en aquellos que sí deben de realizarse, aunque sea de una forma diferente.
Por ejemplo, en este sentido, la minería de procesos ayuda a conocer cómo los procesos se desvían del “debe ser”, qué problemas hay y qué se puede optimizar del proceso. Esto es aplicable a cualquier área dentro del sistema sanitario, desde unidades clínicas, al área de planificación asistencial, al de compras, al de mantenimiento, etc.
Para la experta, se parte de la idea de que la transformación digital es la aplicación de tecnología digital a cualquier proceso, producto o incluso estrategia, de manera que este pueda modificar la forma en la que se gestiona, mejorando los resultados del mismo en términos de valor para cualquiera de los actores del sistema. Por ello, “casi cualquier herramienta que genere datos, o más específicamente datos de calidad, se convierten en elemento clave del ecosistema sobre el que se asienta la transformación digital”.
Experiencia acumulada
En su opinión, en los procesos clínicos es donde se lleva más tiempo trabajando en este campo. Actualmente, “sabemos que el Internet of Things (IoT), el análisis masivo de datos mediante inteligencia artificial y el machine learning, la minería de datos… nos permiten enfoques predictivos que nos ayudan a tomar decisiones clínicas, generan alertas para actuar de forma proactiva con los usuarios, ayudan a establecer unos itinerarios de atención diferentes para cada paciente en función de determinadas variables clínicas, a predecir la respuesta a tratamientos, etc. Su aplicación a procesos asistenciales probablemente es casi infinita”.
En ese sentido, un reto interesante sobre el que se está trabajando es la implementación de la información sobre resultados y experiencia de paciente para que la respuesta que ofrezca el sistema sanitario sea cada vez más personalizada y acorde a las prioridades y necesidades que tienen los usuarios.
Agilidad en la toma de decisiones
Eso, absolutamente trasladable en términos de experiencia de empleado, “también es parte clave de lo que se debe entender como transformación digital de los centros, aunque aparentemente no cuente con el glamur que ofrecen las grandes herramientas tecnológicas”, indica Patricia Alonso, quien añade que probablemente las ventajas más importantes se basen en la agilidad y la mejora en la toma de decisiones, en la simulación de escenarios y los análisis posteriores que permitan la corrección de estas decisiones.
A esto hay que añadir la mejora los resultados en términos de valor, que puede ser diferente para cada una de las partes del sistema, de la accesibilidad basada, además, en la prevención activa, y la mejora de la experiencia de pacientes y de los propios profesionales.
En resumen, unas mejoras en términos de gestión sanitaria que, de la mano de la transformación digital, salvan vidas.
Generar un nuevo valor
Por su parte, Candela Calle recuerda que los avances tecnológicos y los cambios demográficos, epidemiológicos y sociales están impulsando una transformación importante en las organizaciones sanitarias.
De hecho, la tecnología ya hace años que entró en el hospital, en los procesos diagnósticos y de tratamientos, y en el campo de la gestión, con los cuadros de mando. Hoy en día, la tecnología es un factor clave para la mejora de los procesos para la productividad, la innovación, la competitividad y, sobre todo, para la gestión de los hospitales.
En su opinión, la tecnología es clave para generar un nuevo valor, tener resultados en un momento determinado y ser transparente. Además, “nos ayuda a ser más eficientes. Los directivos necesitamos soluciones rápidas para afrontar los retos provocados por la velocidad de los cambios que se están produciendo en nuestras organizaciones, si no lo hacemos, nos quedaremos atrás. Los cambios de hábitos, la pandemia por la COVID-19 y la digitalización están provocando una gran transformación en los centros sanitarios y debemos abordarlo de la mejor manera”.
Indicadores
Todas las instituciones tienen un cuadro de mando con diferentes indicadores y esto ayuda a los directivos a marcar la ruta a seguir para llevar a cabo una buena gobernanza en las instituciones. “Con el cuadro de mando conocemos a tiempo real lo que sucede, disponemos de una visión global y real que nos facilita la toma de decisiones, permitiendo actuar de forma ágil ante incidencias, detectar las tendencias y orientarnos hacia el cliente. Utilizar el cuadro de mando para monitorizar todos los parámetros y disponer de una imagen real de lo que ocurre dentro y fuera de la misma es una buena herramienta digital para directivos y gerentes”, detalla Candela Calle, quien añade que “la tecnología nos ayuda a hacer buenos diagnósticos a las personas enfermas y a los directivos nos ayuda a conocer cuál es la temperatura de la organización y su evolución desde un punto de vista global. Gracias a la tecnología tenemos datos de todo tipo para hacer un buen diagnóstico de hacia dónde debemos ir”.
Retos futuros
Con respecto al futuro, la experta subraya dos grandes retos. El primero pasa por el cambio de hábitos y forma de trabajar de los profesionales. “Esto representa un cambio cultural importante que necesitaremos abordar. Hemos de dotar a los profesionales en habilidades digitales, dotar en soft-skills y pensar en nuevas formas de trabajar. Estamos hablando de liderar de forma diferente para hacer organizaciones más virtuales y adaptarnos con agilidad a un entorno cambiante”.
El otro gran reto es la ciberseguridad. Actualmente, en los hospitales está todo digitalizado y hay riesgo de sufrir un ciberataque. De hecho, constantemente vemos en las noticias ataques a empresas, universidades y hospitales. Hace unos meses pasó en un hospital catalán y en una universidad. “Sabemos que es imposible estar 100 por cien protegidos ante este tipo de amenazas, pero debemos trabajar para minimizar el riesgo”, propone Candela Calle.
La inteligencia artificial, el Big Data y la robótica son una realidad y los directivos se deben preparar para adaptarse y tener instrumentos y mecanismos que permitan ajustar la gestión a estos cambios estructurales que se están viviendo.