Malestar en los ambulatorios. Cuando culminaba la reforma
de la atención primaria de la sanidad pública, modernización que ha
durado casi 18 años, el Departament de Sanitat ha iniciado otra reforma
para diversificar la gestión. Así, prevé que unas 85 áreas básicas de
salud no sean gestionadas por el Institut Català de la Salut (ICS),
organismo de la conselleria, sino por consorcios y fundaciones
hospitalarias o sociedades de médicos, según informa el diario LA
VANGUARDIA en su edición del lunes, 27 de enero.
Es una de las primeras políticas adoptadas por el conseller Xavier
Pomés, quien explica que busca mejorar la gestión. La decisión
revoluciona los ambulatorios. Personal sanitario y vecinos-usuarios se
oponen alegando que se privatiza los centros de atención primaria (CAP),
por lo que temen que los no gestionados por el ICS adopten criterios
mercantilistas, reduzcan las prestaciones gratuitas y se resienta la
calidad asistencial.
Un 22% de las áreas básicas de salud ya no las gestiona el ICS. Pomés
decidió acelerar el cambio de gestión, que asegura que afectará como
mucho al 25% de las áreas y no al 35%-50% como se había estudiado.
Eso puso en pie de guerra al personal de los centros y a los vecinos de
los barrios donde se ubican. Hasta la Federació d'Associacions de Veïns
de Barcelona ha llamado a la movilización. El CAP barcelonés de
Còrsega y uno de La Roca del Vallès han sido los últimos en pasar a
depender de consorcios; entre Sanitat y la Creu Roja, el primero, y del
Consorci Hospitalari de Catalunya 'con participación de hospitales
comarcales y municipios' el segundo.
Pomés asegura que el ICS no desaparecerá. 'Lo que queremos',
explica, ya que gastamos fondos públicos, es buscar la máxima
eficiencia, que tampoco quiere decir ahorrar, sino gastar el dinero mejor.
La diversificación de la gestión permitirá crear una competencia, no con
fines mercantilistas, sino para comparar entre centros gestionados de
forma diferente y así evaluar cómo se consigue mayor calidad asistencial
e introducir mejoras.
Pomés niega que se privaticen los CAP. Recuerda que seguirán
recibiendo los mismos recursos públicos, sólo que a los de gestión
ajena no les llegarán del ICS, sino mediante el contrato de cada centro
con el Servei Català de la Salut (SCS), el otro gran organismo de Sanitat.
En la red hospitalaria pública sólo el 30% de las camas están
gestionadas por el ICS; el resto son de hospitales concertados.
Funcionan bien y no se cuestiona la asistencia en Sant Pau o Parc Taulí,
¿por qué entonces el 100% de CAP debe gestionarlos el ICS?, pregunta
Pomés.
Los sindicatos del sector sanitario discrepan. Muchos de los hospitales
concertados ya existían y se les contrató para la sanidad pública,
pero, ¿para qué crear ambulatorios privados?, replica Luisa Montes,
portavoz de sanidad de Comisiones Obreras. Los sindicatos aventuran
que se busca 'maquillar' centros de primaria con aparentes mejoras
ante las elecciones de este año o 'una huida adelante para que Sanitat
invierta menos en primaria'.
La incógnita es si el cambio afectará a los pacientes. 'No se ha
demostrado que la gestión privada aporte mejor asistencia o motive más
al personal; en cambio, se puede perder el sentido de servicio al
usuario. Diversificar la gestión desmembra además la primaria y
amenaza la equidad, pues, un centro podrá ofrecer prestaciones
distintas de otro', opina Montes.
Patricio Martínez, secretario general del Sindicat de Metges, apunta que
la sanidad pública 'funciona y sólo necesita más inversión, menos
burocracia y masificación, que podamos dedicar más tiempo a cada
paciente... todo eso no se garantiza con el cambio de gestión'. Los
representantes sindicales coinciden en que centros no gestionados por
el ICS pueden verse tentados a recortar gastos del presupuesto del SCS
para dedicar el dinero a otros fines y menguaría la atención al paciente.
El conseller cree que las quejas obedecen a 'resistencia' al cambio y
recuerda que Sanitat exigirá unos requisitos y estándares de calidad a
los centros de gestión ajena al ICS y los tutelará. Garantiza además que
los usuarios no pagarán por las prestaciones ni peligra la equidad. 'Si
se produjeran distorsiones, se corregirán, promete'. Pomés concluye
que los centros de gestión ajena no funcionan peor ni hay mas
inestabilidad o insatisfacción.
Pilar Pinillos, del sindicato de enfermería Satse, sostiene que en centros
que han cambiado de gestión, personal interino se ha quedado sin
empleo y se ha reducido la plantilla de enfermería.
Martínez plantea otro problema: 'Con la diversificación -dice-, aumentarán
los centros no gestionados por el ICS, pero con personal funcionario del
ICS que mantiene sus condiciones profesionales y laborales. Es una
situación irregular que podría afectar a mil médicos y da pie a conflictos y
diferencias con el resto del personal contratado.
Olga Pané, directora de primaria del Consorci Hospitalari de Catalunya,
explica que 'nuestra gestión es más flexible que la del ICS, constreñido
por las condiciones del funcionariado; podemos atender mejor la
demanda variable de un CAP'.