EL MEDICO INTERACTIVO,C.P.,Zaragoza.-La Atención Primaria necesita la ayuda de la bioética para garantizar calidad y excelencia. Así lo defiende el doctor Rogelio Altisent, director del Instituto de Bioética y Ciencias de la Salud, de Zaragoza y coordinador del Grupo de Bioética de la Sociedad Española…
EL MEDICO INTERACTIVO,C.P.,Zaragoza.-La Atención Primaria necesita la ayuda de la bioética para garantizar calidad y excelencia. Así lo defiende el doctor Rogelio Altisent, director del Instituto de Bioética y Ciencias de la Salud, de Zaragoza y coordinador del Grupo de Bioética de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), tras su participación en el Tercer Simposium Internacional de Bioética celebrado, recientemente, en México.
El también miembro del Comité Ético de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL), ha explicado a EL MEDICO INTERACTIVO que la Atención Primaria se ha convertido en un campo asistencial con características específicas que justifican el desarrollo de un cuerpo propio de ética aplicada, sin el cual no es posible desarrollar una bioética plenamente desarrollada y creíble para la mayoría de los profesionales de la salud.
Altisent insiste en la necesidad de recuperar los ideales que se recogen en los Códigos de Deontología, 'porque sin duda nos ayudarán a crecer profesional y humanamente y a tratar a nuestros pacientes con más compasión y respeto'.
No en vano matiza que la bioética 'también necesita para su completo desarrollo reconocer en la Medicina de familia y su entorno de la A.P. un campo de aplicación del máximo nivel'.
Este experto en Bioética recuerda que en los sistemas nacionales de salud, la A.P. ha ido creciendo en protagonismo, ya que se ha definido como un espacio asistencial próximo al ciudadano, incorporando la promoción y la prevención, y como apoyo indiscutible al enfermo crónico. 'El médico del primer nivel asistencial. tiene actualmente un campo propio de asistencia, de investigación y de docencia que le confiere el rango que pueda tener otra especialista', tal como ha puntualizado.
En este sentido, el director del Instituto de Bioética y Ciencias de la Salud de Zaragoza subraya que la bioética esté cada vez más presente en las cuestiones cotidianas. En este sentido, alude a que en la práctica diaria del médico de familia se suceden situaciones sencillas y cotidianas en las que entra en juego la decisión ética, y que llevan al profesional a una situación a veces comprometida.
'En ocasiones acuden a nuestras consultas enfermos adultos y competentes, acompañados de un familiar, que con aparente buena voluntad y en presencia del médico de cabecera, comete continuos y consumados asaltos a la autonomía del paciente. El acompañante relata los síntomas como si el paciente fuera mudo o deficiente mental, le acusa de sus fechorías dietéticas o asiente sin ningún género de duda a propuestas como la de introducir el endoscopio en alguna parte del tubo digestivo', según relata.
La prudencia como recurso
De ahí que para Altisent sea imprescindible desarrollar una actividad docente de ética aplicada en Medicina de familia para conseguir entre otras cuestiones desarrollar intuición para reconocer los problemas éticos que se presentan en el ejercicio profesional. adquirir método para la toma de decisiones deliberadas y consistentes y activar capacidades para movilizar los recursos que pueden hacer efectiva la decisión adoptada.
En cualquier caso, y ante la inexistencia de un vademecum o de un programa informático con infinidad de variables para contestar a interrogantes de carácter ético, es preciso recurrir a la prudencia. 'La prudencia del profesional es algo así como madurez de juicio para optar por la solución óptima'.