Redacción, Madrid.-El acné afecta de forma negativa a la salud psicológica de quienes lo padecen, lo que se refleja en desajustes significativos en la autoimagen y en la autoestima, retraimiento en las relaciones sociales y, en consecuencia, una disminución de la calidad de vida.

Dermatólogos y psiquiatras han editado recientemente el libro Vivir el acné en el que se refleja que depresión, ansiedad, fobia social, trastornos obsesivos y compulsivos, y hasta pensamientos suicidas han sido relacionados con el acné en numerosos estudios clínicos.

Cuatro de cada diez jóvenes con acné dicen sentirse acomplejados, hasta el punto de que en ocasiones no han salido de casa por causa de su aspecto.

Desde el punto de vista de los psiquiatras, y según recoge esta obra, en un estudio con pacientes de edades a partir de 16 años que acudían a la consulta del dermatólogo se encontraron niveles de disfunción, tanto social como emocional, comparables "a los que presentan enfermos crónicos incapacitados con enfermedades como artritis o epilepsia".

Gravedad autoexagerada

En casos de acné grave, los estudios evidenciaron que un 18 por ciento de los pacientes presentaba sintomatología depresiva, y un 44 por ciento ansiedad, que en este caso era relacionada por los propios enfermos con una autopercepción de la gravedad de la enfermedad mayor que la constatada por el médico.

Según algunos expertos, esta enfermedad, que afecta al 74 por ciento de los adolescentes españoles, puede inducir personalidades introspectivas y solitarias, las más comunes, pero también puede derivar en conductas agresivas y antisociales.