E.P.- La Comisión Europea planteó hoy asignar fondos comunitarios a los proyectos de investigación con células madre de origen embrionario, aunque imponiendo una serie de salvaguardas que eviten un uso del dinero europeo contrario a las principios éticos, según anunció el comisario europeo de Investigación y Ciencia, Philippe Busquin.
Entre las reglas propuestas, se encuentra la obligación de que los proyectos subvencionables sólo puedan emplear aquellas células madre que hayan sido extraídas de embriones obtenidos antes del 27 de junio de 2002. Se pretende así descartar la posibilidad de que el dinero europeo financie proyectos que entrañen la producción ‘ad hoc’ de embriones, una extremo ya rechazado por la UE.
La propuesta de la Comisión Europea deberá ahora ser debatida por el Consejo de Ministros, que se pronunciará por mayoría cualificada, previa consulta no vinculante con el Parlamento Europeo.
La UE reconocería así la trascendencia de un tipo de investigación que suscita expectativas para el tratamiento de enfermedades incurables como la diabetes, el Alzheimer o el Parkinson.
Además, los proyectos susceptibles de recibir subvención se someterán a exámenes a nivel nacional y europeo que certifiquen su idoneidad desde el punto de vista ético y científico. Entre otros requisitos técnicos, el material biológico con el que trabajen deberá haberse obtenido de forma gratuita y con el consentimiento del donante, cuya privacidad estará garantizada.
Por último, los resultados del trabajo tendrán que ser públicos, para evitar duplicidades de esfuerzos e inversiones en la comunidad científica europea. En este contexto, Busquin propugna la creación de un banco europeo de células madre.
La propuesta permite por tanto levantar la moratoria al uso de fondos europeos en este tipo de proyectos, acordada por el Consejo de Ministros de la UE en noviembre de 2002 y con vigencia inicial hasta fin de 2003.
La decisión final corresponde a los Quince, previa consulta no vinculante al Parlamento Europeo. En principio, Reino Unido, los países nórdicos, Holanda y Bélgica son los más proclives a levantar el embargo, mientras que Alemania, Italia o España, son los más reticentes.
Busquin ya ha tenido que salvar esta situación de división el seno del propio colegio de comisarios. Con anterioridad, durante un debate que, según algunos asistentes, fue "más filosófico que político", el propio Busquin, la comisaria sueca, Margot Walstrom o el finés Erki Liikanen, defendieron una propuesta de enfoque aperturista, mientras que la española Loyola de Palacio, la alemana Michael Schreyer, o el presidente Romano Prodi, abogaron por la restricción y la prudencia.
La medida concierne exclusivamente a los fondos que el VI Programa Marco de Investigación prevé para este tipo de proyectos de investigación genética: entre 30 y 50 millones de euros sobre un presupuesto total de 17.500 millones para el periodo 2003-2007, según estimaciones de la Comisión Europea.
En noviembre de 2002, los Quince acordaron congelar, hasta fin de 2003, cualquier subvención a proyectos que impliquen la obtención de nuevas líneas de célula madre. Sólo aquellos países que disponen de células madre ya almacenadas y aisladas (Suecia y Reino Unido) tienen actualmente acceso a este dinero común.