Redacción.- Cerca de un 30 por ciento de la población española, alrededor de unos diez millones de personas, han entrado en contacto con el bacilo de la tuberculosis, aunque la gran mayoría de ellos nunca terminará por desarrollar la enfermedad, según ha informado la Sociedad Madrileña de Neumología y Cirugía Torácica (NEUMOMADRID). Esta infección, que no hace mucho tiempo casi se dió por erradicada, llega a afectar anualmente a alrededor de 30-34 enfermos nuevos por cada 100.000 habitantes. De hecho, España es actualmente junto a Portugal y Grecia, el país más afectado de la Unión Europea, además de presentar el índice más alto de jóvenes afectados.
El doctor Gallardo Carrasco, experto de Neumomadrid, ha destacado que 'la infección en España ocurre a edades relativamente tempranas, por lo que es mayor la interacción entre sida y tuberculosis. En concreto, un 20 por ciento de los casos de tuberculosis que se detectan en la actualidad ocurren entre pacientes con infección por VIH' . Según dicho experto, el alto índice de españoles infectados y su relativa juventud son reflejo del ausente programa sanitario sobre esta enfermedad.
También ha comentado que la mitad de los pacientes son bacilíferos, modalidad de tuberculosis pulmonar infecciosa, por lo que identificarlos de forma precoz y tratarlos de forma adecuada es prioritario para frenar la transmisión de esta enfermedad.
Según Neumomadrid, en la actualidad es posible curar la tuberculosis en la mayoría de los casos, con el correcto cumplimiento del tratamiento y durante el tiempo señalado - entre seis y nueve meses, a veces más - . Pero es frecuente la mala cumplimentación del mismo, sobre todo entre los grupos de población marginales, que son los más afectados.
Para solucionar este inconveniente, organismos internacionales entre los que se encuentra la OMS, están promocionando desde hace un tiempo el llamado Tratamiento Directamente Supervisado (DOTS), que consiste en administrar la medicación al paciente dos o más veces por semana bajo la directa observación del personal sanitario. Uno de los principales problemas es la aparición de gérmenes resistentes que dejan de ser sensibles a uno o más de los fármacos usados. En estos casos, que todavía no son muchos, su progresión es geométrica con el paso del tiempo, por lo que se teme que en el futuro las cepas de tuberculosis inmunes a los tratamientos se extiendan vertiginosamente, según indican desde la citada Sociedad cientifica.