ún explicó el secretario ejecutivo de la Internacional Neuropsychological Society, el deterioro de la memoria y del pensamiento "repercute en la transmisión inconsciente" del virus del
24 de agosto 2011. 3:41 pm
E.P.-Cerca del 50 por ciento de los enfermos de sida sufren demencia, según destacó el secretario ejecutivo de la ‘Internacional Neuropsychological Society’, el doctor Robert Bornstein, quien ha participado en Sevilla en el Máster en Neuropsicología de la Universidad Hispalense, que cumple su décima edición.Según…
E.P.-Cerca del 50 por ciento de los enfermos de sida sufren demencia, según destacó el secretario ejecutivo de la 'Internacional Neuropsychological Society', el doctor Robert Bornstein, quien ha participado en Sevilla en el Máster en Neuropsicología de la Universidad Hispalense, que cumple su décima edición.
Según explicó este experto, el deterioro de la memoria y del pensamiento 'repercute en la transmisión inconsciente' del virus del VIH, ya que 'afecta directamente en la capacidad del enfermo para recordar que está infectado con el VIH o que padece sida, con lo que podría no ser consciente de la importancia de la prevención ante el riego de contagio'.
'Este hecho es suficiente para deteriorar las actividades laborales y el cuidado del propio enfermo', insistió Bornstein, quien, pese a todo, reconoció que entre un 30 y un 40 por ciento de los enfermos de sida 'sólo sufren de trastornos cognitivos leves'.
En cuanto a los tratamientos farmacológicos que se han ido desarrollando durante la última década, señaló que se han demostrado eficaces para la mejora funcional del paciente, 'si bien no han conseguido eliminar definitivamente el virus del encéfalo'.
A partir de la medicación, añadió, el virus 'no se detecta en la sangre y los pacientes se sienten mucho mejor, pudiendo volver a su trabajo vida social'.
Con todo, aclaró que 'aún no está claro que la medicación existente hasta el momento cruce la barrera del cerebro', lo que supone que pese a que el VIH no se detecte en sangre 'parece ser que éste continúa viviendo en el cerebro'.