E.P. Madrid.- El científico español Sergio Moreno, del Centro de
Investigación del Cáncer del CSIC y la Universidad de Salamanca, ha
participado en el primer experimento de desactivación, uno por uno, de
todos los genes de un animal, el gusano nematodo Caenorhabditis
elegans.
Según ha explicado el propio investigador, dado que más de la mitad de
los genes de este gusano tienen un homólogo en el genoma humano,
este estudio va a ser fundamental para determinar la función de los
genes humanos, lo cual permitirá a su vez establecer paralelismos entre
la función que tienen en el gusano y su posible papel en la biología
humana.
Según publica la revista Nature, en total participaron en este
trabajo 13 investigadores de 8 países (Reino Unido, USA, China,
Canada, Italia, Francia, España y Suiza). El estudio ha sido dirigido por la
doctora Julie Ahringer, investigadora del Instituto Wellcome / Cancer
Research UK de la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido, en
colaboración con el Departamento de Bioinformática del Instituto Sanger.
Moreno estuvo durante un año trabajando en este y otros proyectos de la
biología del gusano C. Elegans en el grupo de la doctora Ahringer.
'Uno de los principales retos de la Biología en la era postgenómica es
entender cuál es la función de los genes de un organismo y definir el
papel de cada uno de ellos en el desarrollo y en el comportamiento. Una
manera clásica de saber para qué sirve un gen consiste en inactivarlo y
estudiar las consecuencias de la ausencia de ese gen en la vida del
animal', explica el investigador español.
Caenorhabditis elegans, un organismo multicelular transparente
de tan sólo 959 células, contiene la mayoría de los tipos celulares que
componen un animal: aparato digestivo, músculos, neuronas, aparato
reproductor, etcétera. De los 19.000 genes que posee aproximadamente
la mitad (unos 10.000) están en todos los animales incluido en el ser
humano.
La desactivación genética se ha conseguido gracias al empleo de una
técnica que está revolucionando la genómica funcional que se denomina
interferencia mediada por RNA (o RNAi) que consiste en inactivar la
función de un gen induciendo la degradación de su RNA mensajero (una
molécula intermediaria entre el gen y la proteína).
'Para ello se clonaron todos los genes del gusano, se inactivaron uno a
uno y se siguió el efecto que esto suponía en el comportamiento del
gusano adulto y de su descendencia', continúa Moreno.
Genes propios de todo el reino animal
De los 19.000 genes, 1.722 (aproximadamente el 10 por ciento)
presentaban alguna alteración (fenotipo) observable. La mayoría de
estos genes están conservados en todo el reino animal y no son
específicos del gusano.
'De estos 1722 genes, la alteración más común observada fue letalidad
embrionaria en el caso de la inactivación de 929 genes, lo cual quiere
decir que estos genes son necesarios para distintos aspectos del
desarrollo embrionario del animal. Obviamente estos 929 genes son
muy importantes y van a ser objeto de futuros análisis más detallados
para determinar el papel que juegan en la embriogénesis', indica el
especialista.
Del resto de los genes, algunos cuando se inactivan generan problemas
neuromusculares como parálisis o esterilidad. 'También se han
encontrado defectos en el caso de 33 genes que presentan homología
con genes que están alterados en enfermedades humanas, lo cual
permitirá utilizar el gusano como un sistema modelo para el estudio de
este tipo de enfermedades'.