José García/E.P., Madrid.- La comunidad científica y los partidos de la oposición han aplaudido la decisión del Gobierno de permitir la investigación con células madre de embriones congelados sobrantes de los procesos de reproducción "in vitro", con la reforma de la Ley de Reproducción Asistida de 1988, una ley calificada de "obsoleta" y "totalmente superada".

De esta forma, tal y como destacó la ministra de Sanidad, Ana Pastor, en la conferencia de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros del pasado viernes que decidió iniciar la tramitación de la esperada reforma, se pretende "abrir una vía" a la investigación de posibles terapias contra enfermedades como la diabetes, el Parkinson o el Alzheimer con el uso de más de 35.000 embriones congelados.

Pastor manifestó el compromiso del Gobierno para que esta reforma legal se apruebe antes de que se disuelvan las Cortes, previsiblemente a principios del próximo año, teniendo en cuenta la inminente conclusión de la actual legislatura. El tiempo es, por tanto, limitado, ya que la modificación legal será desarrollada por un Real Decreto.

Esta reforma comulga con lo que venían expresando los científicos desde hace tiempo. Así el presidente del Comité Asesor Ético del Ministerio de Ciencia y Tecnología, el doctor César Nombela, ha aplaudido la decisión del Gobierno de llevar a cabo una reforma "rigurosa", "en la línea de lo que propuso en su día este Comité". A su juicio, "es gratificante comprobar que la propuesta realizada por este Comité es la que científicamente y socialmente está más aceptada". Además, Nombela destacó que es importante que se abran las puertas a la investigación "siempre bajo unas restricciones" y precisó que el texto debe especificar que esta decisión no consiste en investigar con todos los embriones, sino con los "no viables y bajo estricto control".

El científico Bernat Soria, investigador pionero en España en plantear proyectos experimentales para comprobar el potencial terapéutico de las células madre, valoró también de "positiva" la reforma de la Ley de Reproducción Asistida y consideró que esta Ley colma "el 90 por ciento de mis expectativas", pero pidió al Gobierno "un esfuerzo" para consensuar el texto legal con el resto de formaciones políticas. Además, este científico se mostró más partidario de una legislación que se acerque a las normas impulsadas en Reino Unido, Suecia o Bélgica, donde se permite tanto importar líneas celulares y crear embriones para la investigación, como la clonación con fines terapéuticos.

Otros científicos que han expresado su satisfacción por la decisión del Gobierno han sido el director del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI), José Remohí, quien dijo que las medidas impuestas por el Ejecutivo son suficientes para garantizar el buen uso de los embriones, y la jefa del área de Fecundación in Vitro del Instituto Dexeus de Barcelona, Anna Veiga, quien recordó que "hemos esperado durante mucho tiempo esta reforma de la ley", normativa que en su momento "fue pionera, pero que ahora estaba totalmente desfasada".

También se ha posicionado a favor, pero con restricciones, Rafael Rubio, portavoz de la Plataforma "Hay Alternativas", que agrupa a más de 3.000 científicos y expertos. Rubio aprobó los cambios introducidos por el Gobierno en la Ley de Reproducción Asistida, al considerar que suponen un "serio avance" en la defensa de la dignidad y de la vida humana en nuestro país, aunque lamentó que no se haya promovido la adopción prenatal de los 30.000 embriones congelados actualmente y no viables para la reproducción.

Un paso hacia delante

Por su parte, los partidos de la oposición, PSOE e IU, consideran la iniciativa del Gobierno como "un paso hacia delante". Sin embargo, el portavoz de la Comisión de Ciencia y Tecnología del Grupo Socialista en el Congreso, Jaime Lissavetzky, lamentó que se "haya perdido tanto tiempo simplemente por empecinamiento del Gobierno". Para Marisa Castro, portavoz del Grupo Izquierda Unida en la Comisión de Sanidad del Congreso, esta modificación de la Ley de Reproducción Asistida "al fin nos reconcilia con la comunidad científica" y "evitará su exilio" para investigar en otros países donde está autorizada esta práctica.

El consejero de Sanidad de Cataluña, Xavier Pomés, de CiU, mostró también su satisfacción de que "por fin" el Gobierno "se haya decidido a reformar" una ley de 1988, que calificó de "obsoleta" y "totalmente superada". Vicente Rambla, consejero "popular" de Sanidad de la Comunidad Valenciana, destacó que la modificación supondrá "un gran avance en materia de investigación".

También se manifestaron a favor de la reforma, asociaciones de pacientes como la Federación de Diabéticos y la Liga Europea de Diabéticos, quienes expresaron su satisfacción ya que "abre la vía para la investigación con células madre", considerada clave para encontrar una curación a esta enfermedad.

Descontento de la Iglesia

No obstante, la decisión del Ejecutivo no ha agradado a todos los colectivos y así la Conferencia Episcopal Española ya ha calificado la reforma de "insatisfactoria" y "muy insuficiente". Para los obispos, una ley "tan gravemente injusta" como la de Técnicas de Reproducción Asistida de 1988, donde se viola el derecho de los hijos a ser engendrados en el acto fecundo de donación interpersonal de los padres y se les trata como si fueran objetos de producción, lesionando así su dignidad de personas, está pidiendo una reforma a fondo.

Sin embargo, estiman que "debería inspirarse en el principio de que la ciencia ha de ponerse al servicio de la salud y de la integridad física y espiritual de las personas, sin ser utilizada nunca para disponer medios que suplanten la relación interpersonal de procreación por una relación técnica de producción de seres humanos".

"Desgraciadamente, la reforma que el Gobierno piensa realizar es insatisfactoria, pues no responde a tal principio. De modo que la ley reformada seguirá siendo injusta, porque continuará haciendo legalmente posible la producción de seres humanos", subrayan los obispos.

En la misma línea se ha pronunciado el presidente de los Médicos Cristianos de Cataluña, José María Simón, quien tachó de "chapuza" la decisión del Gobierno de permitir la investigación con células madre embrionarias. En opinión de Simón, "a pesar de que esta investigación se realizará bajo estrictos controles" y para embriones congelados no viables, "sin querer se abre la mano a todas las demás opciones". Simón advirtió que "será imposible controlarlo" y que "el fraude de la ley está asegurado".