Un equipo médico vienés aseguró ayer haber realizado con éxito el primer trasplante de lengua del mundo a un ser humano. Los cirujanos, que hoy explicarán en profundidad los detalles de la intervención, avanzaron que ésta duró 14 horas ininterrumpidas y que el paciente, de 42 años y que presentaba un tumor maligno en el músculo de la boca, se recupera con normalidad. Rafael Matesanz, presidente de la Comisión de Trasplantes del Consejo de Europa, constató que no existen antecedentes de esta cirugía, informa el diario LA RAZÓN.
Los cirujanos están rizando el rizo con su pericia. Hace cuatro años, un nutrido equipo médico del hospital francés de Lyon efectuó el primer trasplante de antebrazo del mundo a un paciente que lo había perdido previamente en un accidente. Ahora, facultativos austriacos acaban de hacer pública la realización, con éxito, del primer trasplante mundial de lengua a un ser humano.
Según avanzaron ayer fuentes de la Clínica Universitaria de Viena, el centro sanitario en el que se llevó a cabo la citada operación el pasado sábado, el paciente que recibió el implante del músculo tiene 42 años y padecía un tumor maligno entre la mandíbula y su lengua. Al cierre de esta edición se encontraba en buen estado y, según agregaron, no se habían producido complicaciones ni un rechazo del órgano implantado por su organismo.
Operación ininterrumpida
La compleja intervención quirúrgica se prolongó durante alrededor de catorce horas de forma ininterrumpida y sus detalles serán dados a conocer previsiblemente a lo largo del día de hoy por los facultativos del centro, según informaron las mismas fuentes.
Rafael Matesanz, presidente de la Comisión de Trasplantes del Consejo de Europa, confirmó ayer a LA RAZÓN que la intervención anunciada por el equipo médico vienés no se había producido hasta ahora en ningún país del mundo.
A falta de más información, Matesanz explicó que la realización de un implante de lengua únicamente estaría indicada en casos muy tasados; en concreto, en aquellos pacientes en los que se ha descartado, en principio, la posibilidad de ex- tensión del tumor maxilofacial a estructuras cercanas. Según manifestó, su complejidad sería en principio menor que la que se deriva del implante de un antebrazo trasplantado procedente de un cadáver y el músculo injertado tendría que proceder, en principio, de un cadáver. A su juicio, el rechazo de la lengua extraña sería pequeño, por lo que el paciente tendría que estar sujeto a dosis bajas de inmunosupresores que no debilitarían demasiado su sistema inmunológico, zanjándose así uno de los peores escollos de esta cirugía.
José Ignacio Salmerón, presidente de la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial, aseguró a este periódico que puede ser un gran avance, una intervención pionera, pero de una complejidad muy grande. Hasta ahora la única opción para una persona a la que le ha sido resecada la lengua a raíz de sufrir un tumor era la reconstrucción del apéndice mediante microcirugía.
Falta de sensibilidad
Según dijo Salmerón, habitualmente se emplea tejido de la muñeca, del antebrazo o del músculo rectoabdominal, pero siempre del propio paciente. Uniendo las arterias y algunos poco nervios se consigue tapar un defecto estético, pero no recupera la funcionalidad ni la sensibilidad. Si hablamos de trasplantar la lengua procedente de un cadáver se presentan dos tipos de problemas, los derivados de la compatibilidad y, sobre todo, la posibilidad de lograr una motricidad y sensibilidad normal. Probablemente la nueva lengua implantada al paciente no respondería a todos los impulsos nerviosos aun- que se realice la anastomosis (unión) de los distintos nervios.