Cuando el médico nos prescribe un medicamento o el farmacéutico nos lo dispensa hemos de seguir fielmente sus indicaciones sobre cómo tomarlo o durante cuánto tiempo. Pero la responsabilidad de la correcta toma de un fármaco no es sólo de estos profesionales sanitarios. El propio paciente debe ser consciente de que cuánto más informado esté sobre su tratamiento mejor será el resultado sobre su salud.

¿Qué he de hacer si el medicamento me provoca algún efecto secundario?, ¿a qué problemas he de prestar atención?, ¿qué hago si no tomo una dosis?, ¿cuándo y cómo he de tomarlo?, ¿con el estómago vacío o lleno?, ¿puedo tomar bebidas alcohólicas?… Conozcamos las respuestas.

Cuándo y cómo

Si el medicamento ha de tomarlo una vez al día, hágalo siempre a la misma hora, para así evitar posibles olvidos. Los medicamentos y la comida a veces van de la mano y otras es mejor no juntarlos. De ahí que puede encontrarse con que su médico le diga que los ha de tomar ‘durante la comida’ (mientras come o inmediatamente después de hacerlo) o ‘fuera de las comidas’ (el estómago tiene que estar vacío). En este último caso, lo mejor es tomarlo una hora antes de comer o dos horas después y sólo con agua, nada de leche o zumos.

Tenga cuidado con la combinación de alimentos y bebidas alcohólicas. De sobra es conocido que el alcohol puede aumentar o disminuir la acción de algunos medicamentos. Especialmente, han de evitar totalmente el alcohol las personas que tomen fármacos que pueden reducir la atención y los reflejos, como tranquilizantes, medicamentos contra el mareo o la alergia o algunos para los resfriados, y más si utiliza máquinas o tiene que conducir, ya que la combinación potencia el efecto de ambas sustancias.Otro ejemplo, la leche y el queso pueden hacer que algunos antibióticos, como las tetraciclinas, pierdan su efectividad.

Si olvida alguna de las tomas y ha pasado poco tiempo puede tomarla, pero si ha pasado tanto tiempo que falta ya poco para la próxima espérese a que ésta llegue y no doble la dosis para compensar el olvido. En caso de duda, lo mejor es que consulte con su médico o farmacéutico, pues la opción es diferente según el medicamento y la enfermedad de que se trate. Si en última instancia no puede consultarlo con nadie, lo mejor es que espere a la siguiente toma.

Finalmente, si observa que el medicamento le provoca alguna molestia o reacción acuda al médico o al farmacéutico. Son ellos los que han de valorar su importancia y aconsejarle qué hacer.

Vías de administración

Las vías de administración de un medicamento son varias y la elección entre una y otra depende de diversos factores. En primer lugar, del tipo de medicamento y del lugar del organismo en el que convenga que se produzca la absorción y a qué velocidad. También se considera el estado físico y psicológico del paciente. Así por ejemplo, se tienen en cuenta cuestiones tales como el estado del aparato digestivo, la necesidad de una acción más o menos rápida del medicamento y la edad, pues por ejemplo los niños aceptan mejor un jarabe que una gragea.

1. Vía oftálmica

Con esta vía se aplican, directamente sobre el ojo, gotas (colirios) o pomadas. En el caso de los colirios, primero hay que inclinar la cabeza ligeramente hacia atrás y hacia el ojo, bajar ligeramente el párpado inferior y aplicar las gotas en la cavidad que se forma, llamada saco conjuntival. Por último, parpadear para que el medicamento se distribuya bien por todo el ojo.

Si es una pomada oftálmica, inclinar la cabeza hacia atrás y hacia abajo, bajar ligeramente el párpado inferior y extender la pomada recorriendo el saco conjuntival, pero nunca directamente sobre el ojo. Finalmente, cerrar los ojos uno o dos minutos para que la pomada pueda distribuirse adecuadamente.

Precauciones especiales

Para evitar la contaminación o el crecimiento de gérmenes en el colirio, el extremo del tubo no ha de tocar el ojo ni cualquier otro objeto. Además, no debemos guardar los preparados oftálmicos cuando acabe el tratamiento, pues dejan de ser estériles una vez abiertos.

2. Vía ótica

Consiste en la aplicación sobre el conducto auditivo de preparados líquidos llamados gotas óticas. Lo primero es calentar el frasco unos minutos entre las manos para que las gotas alcancen la misma temperatura que el cuerpo. Reclinar la cabeza y estirar suavemente la oreja hacia arriba y hacia atrás para que el medicamento pueda llegar a las zonas más internas. Por último, colocar el cuentagotas sobre la oreja procurando no tocarla, dejar que la gota resbale por las paredes del conducto auditivo y mantenerse quieto unos minutos.

Precauciones especiales

Se puede tapar el oído con un algodón empapado de medicamento, pero nunca seco, ya que podría absorber las gotas que se acaban de administrar.

3. Vía nasal

De esta forma se introducen por los orificios nasales preparados líquidos en forma de gotas o pulverizados mediante un nebulizador. Para hacerlo bien, siéntese y ponga la cabeza hacia atrás. Luego, introduzca la punta del envase o del nebulizador en uno de los orificios nasales. Sin inspirar, apriete el envase, para instaurar el número exacto de gotas, o presione el nebulizador sólo una vez y de forma rápida, pero no con demasiada fuerza. Repita el procedimiento en el otro orificio nasal. Para terminar, incline la cabeza hacia atrás durante dos minutos y, durante un cierto tiempo, procure no sonarse.

Precauciones especiales

No comparta con nadie este tipo de medicamentos. Antes de administrar el preparado suénese suavemente y, mientras lo aplica, respire por la boca. No abuse de estos productos y consulte con su médico o farmacéutico tanto la frecuencia como la duración del tratamiento.

4. Vía oral

Los medicamentos se presentan en forma de comprimidos o cápsulas y líquidos, como soluciones o jarabes. Acceden al sistema digestivo y de ahí a la sangre, encargada de transportar y repartir el principio activo para que pueda desempeñar su función.

Para tragar los comprimidos, lo conveniente es hacerlo de pie o sentado y ayudarse siempre de un vaso de agua y sin masticar, a no ser que el médico indique lo contrario. Algunos medicamentos por vía oral no se tragan, sino que el comprimido debe colocarse bajo la lengua y esperar a que se disuelva.

Precauciones especiales

Averigüe si tiene que tomar el medicamento en las comidas o fuera de éstas y nunca lo tome con otra bebida que no sea agua. No manipule el medicamento, como por ejemplo vaciar parte del contenido de la cápsula, triturar o dividir el comprimido, sin haberlo consultado previamente con su médico o farmacéutico.

5. Vía oral/aerosol

Consiste en la introducción por la boca de medicamentos contenidos en sprays, en forma de pequeñas partículas o gotas minúsculas que llegan hasta los pulmones. El primer paso es montar el aerosol siguiendo las instrucciones del fabricante (lea detenidamente el prospecto) y agitarlo, expulsar todo el aire de los pulmones, colocar el aplicador en la boca y apretar los labios sobre él. Tome aire por la boca, pulse el spray y continúe la inspiración profunda e intensamente. Retenga la respiración unos instantes para conseguir la máxima penetración y después expulse el aire lentamente. Si el médico le ha prescrito una segunda administración, ha de esperar un mínimo de cinco minutos antes de realizarla.

Precauciones especiales

Lave bien el dispositivo con agua caliente después de utilizarlo.

6. Vía parenteral

Los medicamentos se administran mediante una inyección. Hay diferentes tipos en función de donde debe acceder la aguja. Si es al músculo, es intramuscular, a la vena, intravenosa, bajo la piel, subcutánea, entre las capas de la piel, intradérmica. Entre sus ventajas destaca que el fármaco administrado por esta vía suele lograr un efecto más rápido.

7. Vía tópica

Existen medicamentos que se aplican sobre la piel en forma de pomadas, cremas o lociones. Antes de aplicarlos es recomendable lavar y secar la piel y, posteriormente, aplicar una pequeña cantidad sobre la zona a tratar y extenderla suave y uniformemente. Lávese las manos al terminar para evitar que, por contacto, la sustancia llegue a la boca o a los ojos.

8. Vía rectal

Consiste en la introducción en el conducto anal de unos preparados sólidos, supositorios, o líquidos, enemas. La forma del supositorio es cónica o en forma de bala y se funden a la temperatura del organismo (37°C). Al introducirlo, la punta ha de estar orientada hacia el interior y situarse unos 5 centímetros en el conducto anal para que quede retenido en el interior. Junte las nalgas y haga fuerza durante unos segundos.

En el caso de los enemas, relájese, túmbese y posicione la cánula introduciendo su contenido lentamente. Como en el caso anterior, junte las nalgas y haga fuerza durante unos segundos. Espere un poco antes de la defecación.

Precauciones especiales

Si el supositorio está blando, métalo unos minutos en el frigorífico hasta que se endurezca. A no ser que se trate de un supositorio laxante, como el de glicerina, evite las deposiciones como mínimo veinte minutos después de habérselo puesto. Si lo expulsa entero, deberá ponerse otro y, si tiene que fraccionarlo, hágalo en sentido longitudinal.

9. Vía vaginal

Consiste en introducir el medicamento en la vagina en forma de óvulos (parecidos a los supositorios) o de pomadas. Han de introducirse en la vagina tan profundamente como sea posible. La mejor postura para hacerlo es tumbada. En caso de que dispongan de aplicador, siga las instrucciones del fabricante. Al finalizar continúe tumbada y con las caderas un poco levantadas durante unos cinco minutos.

Precauciones especiales

El óvulo se introduce más fácilmente si se humedece previamente con agua.

FUENTE: Colegio Oficial de Farmacéuticos de Barcelona.

Claves para la correcta toma de medicamentos