Los Colegios Médicos siempre han vivido en la cuerda floja cuando el dinero entra en juego. La situación económica de estas entidades siempre ha sido un tema poco explicitado tanto por la OMC como por las propias entidades colegiales. Sin embargo, los casos de 'morosidad' con el Consejo General de Colegios de Médicos han abierto un intenso debate en el que, incluso, algunas voces ya han llegado a poner en duda la validez de la propia estructura colegial. Como establece la propia OMC en sus Estatutos, el Consejo General debe recibir un 20 por ciento de las cuotas de cada Colegio provincial, del cual 'la mitad se revierte en actividades para los Colegios provinciales'. Sin embargo, no todos cumplen con este requisito indispensable, lo que ha provocado que se haya generado una deuda total que, según fuentes cercanas de la entidad, puede rondar los 600.000 euros.
La Comisión Permanente de la Organización Médica Colegial ha reconocido, recientemente, la demora de pagos por parte de algunas entidades colegiales e, incluso, ha aclarado que ya han iniciado las negociaciones para consensuar fórmulas que eviten posibles desfases económicos tanto en la OMC como en las entidades deudoras. Sin embargo, no ha precisado que existen dos clases de morosidad. El presidente del Consejo de Colegios Médicos de Castilla y León y miembro de la Comisión de Presupuestos de la OMC, Manuel Gómez Benito, puntualiza, al respecto, que hay que diferenciar entre 'los Colegios que tienen prevista y pactada la liquidación de la deuda con otros que deben sin justificación alguna'.
Las últimas listas publicadas hacían referencia a Las Palmas o Alicante, que engrosan las entidades que o bien han saldado alguna deuda pendiente o ya tienen programada la liquidación de ésta. El presidente del Colegio de Médicos de Las Palmas, Pedro Cabrera, admite que existían pagos pendientes que se remontaban a ocho o diez años atrás, pero que se han ido reduciendo después de acordar con el Consejo General una fórmula para pagar poco a poco esta deuda. Así, cada pago correspondiente a la OMC ha venido unido a un plus que permitirá, según Cabrera, 'que a primeros de 2007 no haya rastro alguno de esta deuda histórica'. Por su parte, el Colegio de Médicos de Alicante ha desmentido que haya faltado a su compromiso económico con el Consejo General y ha criticado que en algunos foros lo hayan acusado de 'morosidad', ya que, en su opinión, 'la relación económica con el Consejo General es la adecuada y la que se ajusta a las normas establecidas por dicho Consejo'.
La preocupación de la OMC se centra en aquellos Colegios que no abonan las cuotas por disconformidad con el funcionamiento de la institución
La preocupación colegial no está, sin embargo, en estos casos, sino en aquéllos que no abonan las cuotas por su disconformidad con el funcionamiento de la OMC. El Colegio de Médicos de La Coruña es uno de los principales defensores de esta idea. 'Me parece absolutamente coherente y de elemental dignidad que no se abonen estas cantidades, para defender la competencia y autonomía provincial, así como los intereses económicos de los colegiados', manifiesta su presidente, Miguel Carrero López.
Esta actitud es tachada de 'insolidaria' por algunos representantes colegiados, que consideran que su oposición a la forma de proceder de la OMC no debe implicar la inhibición de sus responsabilidades. Gómez Benito cree que las quejas colegiales deberían llevarse a cabo a través de procesos democráticos' y no por un incumplimiento de los pagos. En la misma línea se posiciona Pedro Hidalgo, que pertenece a la Comisión de Estatutos de la OMC. 'Esta postura es muy insolidaria, sobre todo cuando algunos son Colegios grandes y con poder económico'.
Aunque no hay listas oficiales de deudores, algunas instituciones provinciales redundan en la idea de que entre los 'morosos' hay varios Colegios que se caracterizan por representar a un número importante de médicos. En este sentido, Miguel Ángel Garrote, presidente del Colegio de Médicos de Segovia, insiste en que 'no deja de ser una paradoja que los Colegios pobres, que tienen menos recursos, sean los que pagan religiosamente al Consejo General'. Por este motivo, muestra su incomprensión al comprobar que con los nuevos estatutos 'muchos Colegios grandes pueden votar más que los pequeños, lo que me parece un contrasentido'.
Pese a estas afirmaciones, algunos de estas entidades de mayor magnitud, como la de Barcelona, manifiestan que cumplen religiosamente con los pagos al Consejo General. El tesorero del Colegio barcelonés, Jauma Roigé, comprende que hay que 'ser solidarios con todos', a la vez que sostiene que 'Barcelona aporta una cantidad de dinero importante a la OMC que no se ve reflejada a la hora de ejercer el voto'. En este sentido, apela a la aplicación del voto ponderado.
Ante esta situación, Gómez Benito está dispuesto a llevar este problema de los deudores a la comisión de Presupuestos. Además, la comisión de Estatutos de la Organización Médica Colegial ya ha barajado en su primer encuentro la posibilidad de penalizar a los Colegios morosos, como reclaman varios presidentes, en las votaciones de la Asamblea General.
Debate sobre el papel
de la OMC
Sin duda, dentro de esta problemática entran en juego las dudas sobre la actual estructura colegial y, en parte, al porcentaje de aportación económica de cada Colegio. La economía de los Colegios es actualmente independiente de la del Consejo General que, igualmente es el encargado de fijar el mínimo de la cuota colegial que, según datos de la Organización Médica Colegial, está actualmente en 44,58 euros el trimestre. De esta cantidad, el Consejo General recibe un 20 por ciento, del cual la mitad aparece que 'se revierte de nuevo a los Colegios provinciales'.
El debate surge en el momento en el que se calibra si la función desempañada por el Consejo General es necesaria para la buena marcha de los Colegios provinciales. El más crítico sigue siendo el Colegio de Médicos de La Coruña. Su presidente, Miguel Carrero López, argumenta que 'la relación está profundamente deteriorada dado que el Consejo General proporciona escasos servicios de interés a las entidades colegiales y su función se reduce al extremo de lo simbólico desde que existen las transferencias prácticamente totales a las comunidades autónomas en materia sanitaria'. Igualmente, critica que un porcentaje de la cuota se emplee en 'un mantenimiento artificioso de aparatos y cargos que entran en contraposición con la organización provincial o autonómica'.
Menos críticos, aunque en una línea cercana a la apuesta por las entidades provinciales y autonómicas, se muestra el gerente del Colegio de Médicos de Valencia, Ignacio Vallés. Aunque cree que la OMC es necesaria por su carácter supracolegial e integrador para representar los intereses de la profesión, Vallés se muestra cercano a las tesis de 'combinar estos aspectos con la realidad territorial de España, en la que las autonomías arrastran a un aumento de la capacidad de los Colegios provinciales y de los consejos de Colegios de médicos autonómicos'. Esta transición propuesta por el gerente de la entidad valenciana respondería así a una reducción del porcentaje de participación económica en el Consejo General, que actualmente está en el 20 por ciento. Uno de las organizaciones que han defendido históricamente esta reducción porcentual ha sido el Colegio de Médicos de Barcelona. Su tesorero, Jaume Roigé, señala que las primera reivindicaciones comenzaron hace diez años y su resolución fue el cambio del 20 por ciento íntegro a la mitad 'ya que el resto se invierte en servicios para los Colegios'.
El actual mapa sanitlario de las autonomías ha empujado al debate sobre el modelo organizativo que debería imperar en la OMC
La irrupción de las autonomías
El nuevo mapa sanitario de las autonomías ha desatado los comentarios sobre el modelo que tendría que desarrollar la OMC y cómo se debe efectuar el reparto económico entre el Consejo General, los consejos autonómicos y los Colegios provinciales. El presidente del Colegio de Médicos de Soria, José Ramón Huerta, defiende que haya un proceso de descentralización que contribuya a proporcionar más capital a los consejos autonómicos sin que ello suponga 'incrementar las cargas sobre el colegiado'. 'La mayoría de competencias sanitarias residen en las comunidades autónomas, pero los consejos autonómicos no pueden llevar a cabo actividades importantes porque sus recursos son limitados', insiste.
Otro punto de vista sobre este tema lo aportan regiones como La Rioja, que cuentan con la peculiaridad de ser comunidades uniprovinciales. El presidente del Colegio riojano, Alfredo Milazzo, admite las dificultades que tienen este tipo de comunidades que cuentan con pocos colegiados para su gestión y, además, deben asumir el doble papel de representante provincial y regional. Milazzo propone en este sentido que lo mejor sería hallar una fórmula que evitara cualquier tipo de desequilibrios entre regiones.
Ante las reivindicaciones de mayores responsabilidades para los consejos autonómicos, otros responsables de Colegios de médicos idean alternativas que, además de mejorar la situación de estas organizaciones regionales, también sirvan para dar un nuevo impulso a la OMC. El presidente del Colegio de Médicos de Badajoz, Pedro Hidalgo, ha puesto de manifiesto el interés de la OMC por refrendar en los estatutos la creación de un pleno, que no será operativo, que se convierta en 'un senado de las autonomías'.
Mucha demanda, poco dinero
La situación económica de los Colegios de Médicos no se reduce a la relación con el Consejo General ni las autonomías. Estas entidades siempre han medido sus recursos en función de su número de colegiados para velar por el buen ejercicio de la profesión. Así lo establecen los Estatutos de la OMC, que precisan que estos fondos deben proceder principalmente de las cuotas de entrada, ordinarias y extraordinarias. Sin embargo, estos ingresos se antojan insuficientes cuando los Colegios deciden dar un paso al frente para convertirse no sólo en un defensor a ultranza de la profesión, sino en un garante de la calidad asistencial. La puesta en marcha de actividades formativas, culturales y de investigación supone una dura empresa para los Colegios con poca representación. 'Los servicios están muy al límite con el número de colegiados', reconoce Alfredo Milazzo, presidente del Colegio de Médicos de La Rioja.
'Nos abastecemos de la cuota colegial y el patrimonio por la buena gestión realizada por anteriores juntas directivas, pero la cuestión es si queremos pan con sardinas o pan con jamón'. Con esta frase tan elocuente, el presidente del Colegio de Médicos de Badajoz, Pedro Hidalgo, pone de manifiesto que la demanda de los colegiados supone una implicación activa de estas instituciones en todos los aspectos relacionados con la profesión médica, lo que implica un aumento de la inversión. Hidalgo apuesta por un aumento de los servicios, así como que los Colegios médicos se erijan en 'creadores de líneas de opinión ante la sociedad no sólo en temas de Sanidad, sino de salud en general'.
Este proceso se complica sobre todo en aquellas entidades que representan a menos de 1.000 médicos. En este grupo se encuentran las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. El Colegio de Médicos de Melilla cuenta con 215 colegiados, un número con el que 'es difícil mantener una actividad intensa', comenta su presidente, Enrique Remartínez. Ante estas circunstancias, esta entidad ha recibido históricamente cantidades puntuales del Consejo General de Colegios Médicos que le ha permitido sobrevivir en momentos difíciles. Este apoyo puntual se consolidó hace un año mediante un acuerdo permanente del Consejo, que estableció un Fondo de Solidaridad para aquellos Colegios con menos de 1.000 colegiados. Con este acuerdo, estas instituciones percibirán cada año una cantidad de 24.000 euros.
En esta línea, el presidente de la OMC, Isacio Siguero, considera que de esta manera se trata de primar 'la solidaridad hacia aquellos Colegios que cuentan con menos recursos para su desarrollo'. Dentro de este cupo, Ceuta y Melilla 'tienen un trato preferencial' al contar solamente con un número escaso de colegiados. Además, Siguero insiste en que la OMC también interviene en casos de emergencia y, como ejemplo, recuerda la ayuda prestada por la organización al Colegio de Médicos de Alicante cuando su sede quedó inundada. 'Aunque cada Colegio debe asumir sus gastos, es cierto que hay casos de fuerza mayor en los que hay que intervenir de manera activa', aclara el presidente de la Organización Médica Colegial.
Organizaciones inviables
económicamente
Otro de los beneficiarios de este Fondo de Solidaridad creado por el Consejo General es el Colegio de Médicos de Soria. Su presidente, José Ramón Huerta, aclara que estos fondos, 'aunque son testimoniales, sin duda, son de agradecer'. Además, aporta más datos sobre las mayores dificultades de los Colegios pequeños para su gestión. Huerta recuerda así un estudio elaborado hace años por el Colegio de Médicos de Cantabria en el que aseguraban que las entidades colegiales con una representación inferior a los 1.750 médicos 'eran inviables económicamente', por lo que, a su entender, resulta 'complicado ofrecer paquetes informativos y formativos para el desarrollo profesional permanente' en estas circunstancias.
Los Colegios con mayor número de colegiados también ven con buenos ojos el Fondo de Solidaridad. El gerente del Colegio de Médicos de Valencia, Ignacio Vallés, califica este compromiso de 'buena medida que debe ir acompañada de un esfuerzo en el control de los gastos de algunos de estos Colegios' bajo la supervisión de la propia OMC.
Los problemas del gasto administrativo
Este respaldo económico a los Colegios con menor representación supone una ayuda a la gestión cotidiana, aunque no es suficiente para hacer frente a las demandas de servicios de los colegiados. De hecho, hay voces que creen que las dificultades económicas de las entidades médicas derivan en parte del elevado gasto administrativo. El presidente del Colegio de Médicos de Segovia, Juan Manuel Garrote, recuerda que los puestos administrativos 'eran antiguamente funcionarios de la OMC, pero hace 15 años que pasaron a formar parte de los Colegios provinciales manteniendo sus honorarios, por lo que desde ese día deben pagar unos sueldos equiparables al de un médico especialista de hospital'. Garrote señala que esos gastos suponen un porcentaje demasiado elevado que 'ahoga la gestión de los Colegios', que 'se quedan cortos si sólo desempeñan una labor de control del buen ejercicio de la profesión'.
En la misma tesitura, Milazzo reconoce que hace unos años el gasto administrativo era una auténtica losa económica que representaba 'hasta el 90 por ciento de la recaudación de la cuota colegial'. Sin embargo, el Colegio de Médicos de La Rioja que preside logró solventar este escollo a través de un proceso de jubilación en estos puestos, con lo que han conseguido que los costes administrativos no superen el 60 por ciento de sus presupuestos.
Colegiados 'morosos'
y economía colegial
Dado que los Colegios médicos viven primordialmente de las cuotas colegiales, la duda está en saber si la existencia de médicos deudores supone un contratiempo en la economía de estas entidades. 'Los Colegios con impagos no son significativos para la economía global', señala el presidente del Colegio de Médicos de La Coruña, Miguel Carrero López, que coincide así con la mayoría. La escasa preocupación en este punto viene derivada del grado de compromiso de los colegiados, que en pocas ocasiones dejan de abonar las cuotas. En el caso del Colegio de Médicos de Valencia, el índice de impagados apenas supone un 0,8 por ciento del total e incluso en muchos casos las deudas se producen 'por causas que desconoce el propio colegiado', según Vallés. Barcelona vive una circunstancia similar porque el número de impagos no supera el 0,5 por ciento y en su mayoría se deben a cambios de residencia. Además, la actuación frente a los 'morosos' suele ser rápida y efectiva en la mayoría de provincias e, incluso, a veces recurren a la vía judicial para solventar estos impagos, como recalca el presidente de la OMC, Isacio Siguero.
Según los Estatutos, el Consejo General debe recibir un 20 por ciento de las cuotas de cada Colegio provincial
La fundación como generador de servicios
Ante el cúmulo de limitaciones económicas del modelo actual, los Colegios idean alternativas que les permitan un aumento progresivo de las actividades. Una de las salidas más efectivas es la creación de fundaciones que, con el respaldo económico de entidades públicas y privadas, permiten que los Colegios dispongan de una herramienta que les facilite el desarrollo de actividades de índole formativo, informativo o de investigación. El Colegio de Médicos de Córdoba es uno de los valedores de este modelo. Hace cuatro años y medio creó una fundación de estas características con la esperanza de que 'fuera una fórmula para que los Colegios medianos y pequeños aumentaran las fuentes de recursos para temas de formación e investigación', según el secretario general del Colegio cordobés, Serafín Romero.
La fundación cordobesa, que empezó con un capital de 3.000 euros y que ha crecido hasta alcanzar la cifra de los 420.000 euros, trabaja sobre tres ejes: la formación y la actividad investigadora. las acciones recreativas y culturales. y el área social. 'No todos podemos ser Barcelona, con más de 27.000 colegiados, y por eso la mayoría de estas entidades buscan alternativas como las fundaciones, que ofrecen más facilidades de crecimiento', comenta Romero. De hecho, muchos Colegios médicos se están inspirando en el modelo cordobés para crear sus propias fundaciones, como Málaga, Granada, Segovia o Badajoz.
La OMC reconoce haber iniciado negociaciones para consensuar fórmulas que eviten desfases económicos
El Colegio de Médicos de Badajoz, que cuenta con cerca de 3.000 colegiados, se encuentra en la fase final de la constitución de su fundación, que, según su presidente, Pedro Hidalgo, 'sí podrá gestionar programas de cooperación con la ayuda económica de empresas vinculadas no sólo a la industria farmacéutica, sino con otros campos'. Hidalgo cree que la institución se puede convertir en un garante de la calidad asistencial y en una voz indispensable para crear líneas de opinión sobre temas médicos. En la misma línea, Juan Manuel Garrote añade que tanto los Colegios pequeños como los de mayor colegiación no se deben ceñir 'al buen ejercicio de la profesión', sino que deben empezar a ser entendidos como 'una especie de empresa de servicios generadora de beneficios a los colegiados'.
No obstante, y aunque la fundación se postula como alternativa para desarrollar un armazón formativo, otras instituciones colegiales también sugieren otras posibilidades. Por ejemplo, Ignacio Vallés propone, además de trabajar en la optimización de todos los gastos, la centralización de los servicios con Colegios limítrofes en la realización de actividades conjuntas, sin que ello suponga 'la pérdida de la identidad de estas entidades'.
Apoyo empresarial
Mientras que los Colegios con menor recursos basan su economía en la cuota colegial, las organizaciones de las grandes capitales se permiten la posibilidad de implantar una serie de proyectos que incrementan la capacidad de prestación de servicios. El Colegio de Médicos de Barcelona tiene constituida desde 1987 una estructura empresarial conocida como grupo MED, una gran área financiera que aglutina todo tipo de servicios: bancarios, correduría de seguro, gestoría, agencias de valores que permiten gestionar los fondos de dinero o inversión en bolsa. Este grupo empresarial y de servicios permite crecer al Colegio de Barcelona, que ha compartido este proyecto mediante acuerdos con el resto de organizaciones provinciales catalana, de manera que 'todos se benefician de este tipo de actividades empresariales'.