Entre el 24 y el 26 de octubre se ha celebrado en Bilbao el Congreso de la Sociedad Española de Cardiología (
SEC), donde se han abordado los aspectos más destacados en todo el espectro de las patologías cardiovasculares. En este contexto, EL MÉDICO INTERACTIVO Canal Pódcast ha realizado unos programas especiales en colaboración con la compañía Daiichi Sankyo con el objetivo de dar la mayor visibilidad posible a los temas planteados en este evento anual de la Cardiología en nuestro país.
En el segundo programa grabado, la periodista Nekane Lauzirika, del equipo de redacción de EL MÉDICO INTERACTIVO, ha tenido la oportunidad de hacer dos entrevistas con figuras relevantes de la especialidad. Concretamente, uno de los interlocutores ha sido el doctor Juan Cosín Sales, jefe de Servicio de Cardiología en el Hospital Arnau de Vilanova, director de la Agencia de Investigación de la Sociedad Española de Cardiología y Profesor Asociado en la Facultad de Medicina de la Universidad CEU.
Teniendo en cuenta que el colesterol de lipoproteínas de baja densidad (cLDL), “colesterol malo”, es el factor más implicado en el desarrollo de la Enfermedad Vascular Aterosclerótica (EVA), la entrevista al especialista ha girado en torno a “Las nuevas estrategias en el abordaje de la EVA”.
Por otra parte, considerando que más de un millón de personas viven anticoaguladas en España, la mayoría por haber sufrido una embolia o un trombo y que muchas de ellas seguirán un tratamiento de forma crónica, el control de su terapia y adherencia al mismo son claves. Para conocer cómo es la protección que se da a los pacientes anticoagulados la periodista ha contado con el doctor Vivencio Barrios, del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, Profesor de Medicina en la Universidad de Alcalá y Coordinador nacional del estudio OBJETIVO 2024.
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Factores que conducen a la EVA
“La EVA es multicausal y se produce a lo largo de la vida. Los factores de riesgo más importantes de desarrollar EVA son el incremento del colesterol malo, tabaquismo, hipertensión y la diabetes mellitus, pero también el sedentarismo, la obesidad y los problemas psicosociales, porque sabemos que el menor nivel de ingresos se relaciona con la enfermedad cardiovascular. Aunque muchos factores conducen a la EVA, si nos centramos en la enfermedad coronaria e infarto de miocardio como los subtipos de EVA más frecuentes, el colesterol ‘malo’ es el más implicado en la enfermedad”, explica el doctor Cosín.
Estrategias globales
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El Dr. Juan Cosín, en el estudio de grabación junto a Nekane Lauzirika.[/caption]
Ante los múltiples factores de EVA el especialista apuesta por estrategias de actuación globales, focalizándolos en pacientes que ya han sufrido un evento cardiovascular, “porque son los que más riesgo tienen de padecer otro nuevo evento. También hay que prestar especial atención a los pacientes diabéticos y crónicos con larga evolución, porque todos esos factores aumentan el riesgo de desarrollar EVA”, subraya.
Para controlar y prevenir los factores de riesgo de EVA es fundamental fomentar el ejercicio y la dieta saludable desde la infancia. “La buena educación dietética desde el colegio implicará más a los padres para conseguir una buena dieta evitando que el nivel de colesterol malo aumente. Porque su nivel a los 24 años será el que tenga toda su vida y si sube aumentará su riesgo de enfermedad coronaria de adulto”, declara el especialista.
Intensificar los tratamientos
Muestra su preocupación por que en España más del 70 % de los pacientes con EVA no alcanzan los objetivos de cLDL recomendados en las guías clínicas. “Solo uno de cada cuatro pacientes que han sufrido infarto, ictus u otra enfermedad cardiovascular tienen el colesterol en nivel correcto; algo tendremos que hacer sabiendo que el cLDL es el factor más incisivo en el desarrollo de infarto de miocardio”, recalca, abogando por intensificar los tratamientos.
Cosín manifiesta su satisfacción por la reciente aprobación del ácido bempedoico para la reducción del riesgo cardiovascular. “Esta innovación terapéutica tiene la ventaja de ser un fármaco de fácil uso, bien tolerado por los pacientes y que consigue reducir el cLDL en un 20-25 %. Además, por su mecanismo de acción el ácido bempedoico no tiene el efecto adverso de las estatinas, que son los dolores musculares”.
“Por su eficacia, buena tolerancia y por la facilidad de toma única al día, a los cardiólogos nos ayuda a prescribirlo y es un beneficio enorme para el paciente”, incide el especialista. “Porque podemos tener tratamientos magníficos, pero si el paciente no se los toma, no sirven para nada; la adherencia terapéutica es clave. Debemos invertir tiempo con el paciente y explicarle la importancia de seguir el tratamiento por el riesgo de muerte que genera su patología”, concluye.
Protegiendo a los pacientes anticoagulados
El doctor Vicencio Barrios se ha referido a los dos grandes tratamientos anticoagulantes orales disponibles en España. “Unos son los anticoagulantes directos (ACODs) y otros, los antivitamina K, el sintrom clásico que estamos utilizando en nuestro país. El anticoagulante de acción directa no tiene que llevar controles analíticos porque no precisa niveles diferenciados de medicación; sin embargo, los antivitamina K son fármacos que necesitan controles periódicos para ver si es adecuada o no la anticoagulación”.
Subraya que en España el 40 % de los pacientes anticoagulados por fibrilación auricular, quienes mayor predisposición tienen a producir coágulos en el corazón, están tratados con antivitamina K (sintrom). “Si el paciente no tiene bien controlada su anticoagulación le estamos sometiendo a un alto riesgo. Si está demasiado anticoagulado tendrá complicaciones hemorrágicas, mientras que si su anticoagulación es baja, corre riesgo de padecer trombosis. Por eso, al usar sintrom debemos de tener al paciente completamente controlado para ser eficaces y seguros”.
Mal control de la anticoagulación
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Dr. Vivencio Barrios junto con Nekane Lauzirika[/caption]
En el Congreso SEC24 de Bilbao se han presentado importantes estudios observacionales, el último OBJETIVO 2024, en el que aparece que casi la mitad de los pacientes que están tomando antivitamika K (sintrom) tienen un mal control de anticoagulación. “A estos pacientes es imprescindible cambiarles el tratamiento y controlarles con anticoagulantes de acción directa (ACODs). Lo reconocen los informes del Ministerio de Sanidad y lo aceptan todos los departamentos de Sanidad autonómicos. No se puede consentir que un paciente mal controlado siga con sintrom”, recalca el doctor Barrios.
Advierte de que en los pacientes anticoagulados la falta de adherencia al tratamiento puede ser dramática, “sobre todo si tiene un anticoagulante de acción directa, porque no le vamos a hacer analíticas, ni mirar cómo está su control de anticoagulación. Por eso, si estamos pautando un ACOD tenemos que ser muy exquisitos para lograr una buena adherencia”.
Los beneficios de los ACODs
“Los ACODs permiten una buena anticoagulación sin necesidad de controles. Sin embargo, en la práctica clínica en ocasiones el médico, preocupado por no inducir complicaciones hemorrágicas, tiende a pautar dosis más bajas de las que debiera utilizar y esto no produce beneficio alguno. Si infradiagnosticamos el tratamiento, dejamos al paciente sin la protección completa que podría tener con la dosis adecuada”, indica Barrios.
Los anticoagulantes tienen como efecto adverso la posibilidad de aumentar la tasa de hemorragias, por lo que el experto insiste en la importancia de que los anticoagulantes utilizados sean seguros. “El objetivo es que se produzca la menor tasa de hemorragias y para ello elegir bien, porque unos ACODs producen más complicaciones que otros”, reconoce.
“Hay que tener especial cuidado en pacientes muy ancianos o con insuficiencia renal avanzada o con otras complicaciones cardiovasculares. En estos pacientes hemos de utilizar los anticoagulantes con mayor margen de seguridad, anticoagulantes con menor tasa de hemorragias”.
Seguridad para pacientes con Fibrilación Auricular
La evidencia científica respalda la seguridad del edoxabán en pacientes con fibrilación auricular. “Es de los fármacos más seguros entre los anticoagulantes de acción directa. Todos los estudios demuestran que la tasa de hemorragias es claramente inferior al sintrom y a diferencia de otros ACODs tiene un perfil de mayor seguridad. Esto es especialmente importante en ancianos por encima de los 90 años, pacientes en los que ha deben utilizarse anticoagulantes muy seguros”.
En el tratamiento de pacientes con fragilidad y comorbilidades, Barrios reconoce la inquietud del médico al tratar a estos pacientes con anticoagulación directa, “porque le preocupan los problemas de hemorragias y son reticentes a los ACODs; pero es un error, pues aunque estén polimedicados y sean frágiles, si no están en situación terminal, son precisamente quienes más se favorecen de esta anticoagulación”.
El mensaje del especialista para los médicos es claro. “No hay que dejar de anticoagular a los pacientes, aunque sean frágiles, añosos, polimedicados, con comorbilidades o riesgo hemorrágico alto, porque realmente la anticoagulación les previene de complicaciones trombóticas”.