L.S., Barcelona.- No se puede considerar la violencia como una parte de la práctica profesional y en ello han coincidido todos los participantes en la presentación de la "Guía para prevenir y gestionar la violencia en los lugares de trabajo contra los médicos", que ha tenido lugar en Barcelona. "Nuestro objetivo final con esta guía es ejercer una labor de formación sobre los directivos sanitarios para que conozcan la realidad de cada caso de violencia", así como "proponer la creación de Comisiones de Prevención de la Violencia en los Lugares de Trabajo (COPREVI)", afirmó el presidente del COMB, Miquel Bruguera.

El presidente del COMB destacó que la creación de dichas comisiones recaerá "en la dirección médica de cada centro hospitalario" y, como se desprende de la guía presentada, deben estar formadas por representantes de la gerencia y de la dirección médica, así como por enfermeras, trabajadores sociales y responsables del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales, Seguridad, Jurídico y Mantenimiento.

El objetivo principal de los Consejos propuestos desde el COMB es la identificación de los riesgos o amenazas potenciales en los respectivos lugares de trabajo, así como la elaboración en función de dichos riesgos de un catálogo de medidas para reducir los riesgos de agresión. "Los miembros de cada Comisión estudiarán la situación concreta de su centro hospitalario y en función de ello se establecerán los métodos de prevención más adecuados, como, por poner algunos ejemplos, colocar un timbre bajo la mesa de los profesionales sanitarios a utilizar en caso de agresión o disponer el mobiliario de una consulta para facilitar la huida del profesional", explica Bruguera.

Guía de actuaciones contra la violencia

En la guía presentada por el COMB se definen desde las características propias de los centros de trabajo sanitario hasta los tipos de agresiones que suele sufrir el personal sanitario y que pueden ser tanto de tipo verbal, como físico, psicológico e incluso relacionado con los daños a la propiedad. "La violencia es un problema en aumento en los países desarrollados", afirmó el doctor Simon Schwartz Rivera, exdirector médico del Hospital General Valle de Hebrón (Barcelona), quien recalcó la importancia de la elaboración de dicha guía como "método para conocer cómo reaccionar ante casos de agresión".

Según un estudio elaborado por la Organización Mundial de la Salud, y en palabras de Schwartz, "el 25 por ciento de los actos de violencia se producen dentro del sistema sanitario". Concretamente, en el caso del sistema sanitario español "el 45 por ciento de los casos de violencia se producen en el sector de urgencias, el 28 por ciento en el primario y el 14 por ciento en el hospitalario", añade este experto, quien considera "de gran importancia" el abordaje de esta problemática social, ya que "la violencia puede llegar incluso a provocar la ruptura de la relación médico-paciente".

El COMB apuesta por no culpabilizar sólo a los pacientes

"La violencia hacia los profesionales médicos no es sólo culpa de los pacientes", concluyó Bruguera, quien quiso recordar que "los médicos se relacionan con miles de pacientes y las agresiones no suponen una implicación excesiva en la profesión sanitaria, sin embargo, y a pesar de ser escasas, causan un impacto social muy fuerte en la vida del profesional". En este sentido, la guía evita culpabilizar exclusivamente a los pacientes, considerando que tanto éstos como los médicos son víctimas de los defectos de la organización. "Los sistemas de salud están hoy desbordados, lo que provoca la incomodidad del paciente y genera violencia", puntualizó Bruguera.

El documento es el resultado de un estudio realizado por el COMB en el que se hicieron encuestas a 1.500 médicos y que "pone en evidencia que una tercera parte de los médicos sufren violencia en sus lugares de trabajo y que una cuarta parte de ellos han sido testimonios de agresiones recibidas por otros sanitarios", afirma Miquel Bruguera, presidente del COMB.