Desde el pasado 30 de junio, los pacientes españoles con esquizofrenia disponen de un tratamiento revolucionario para su enfermedad: el primer antipsicótico "atípico" de segunda generación inyectable de larga duración, que se comercializa en las farmacias españolas con el nombre de Risperdal Consta.
Aunque la enfermedad no tiene actualmente curación, un tratamiento farmacológico adecuado consigue que la mayoría de los pacientes puedan tener una buena calidad de vida y llevar a cabo sus actividades cotidianas. Sin embargo, esto es difícil de conseguir porque los pacientes no suelen cumplir el tratamiento, algo que ha constituido el principal talón de Aquiles del abordaje de la patología por parte de los psiquiatras.
Alrededor de tres cuartas partes de los pacientes con esquizofrenia (un 75%) no toman regularmente su medicación o dejan de tomarla completamente, lo que puede ser causa de recaída, generar una gran angustia y dar lugar a la hospitalización del paciente.
Los fármacos inyectables de larga duración pueden facilitar la liberación constante de la medicación y estabilizar las concentraciones del medicamento en sangre. Pero, hasta ahora, sólo estaban disponibles para fármacos antiguos y convencionales, más propensos a causar trastornos importantes en los pacientes e ineficaces en el tratamiento de los síntomas negativos de la esquizofrenia (como la apatía, dificultad y rechazo a las relaciones sociales).