La relación médico-paciente, pese a las muchas recomendaciones lanzadas a través de manuales, congresos, estudios,… no siempre resulta todo lo satisfactoria que se desearía. En realidad, más que hacer referencia a interlocutores "difíciles", bien sea el paciente o el médico, sería más idóneo dejarlo en…
La relación médico-paciente, pese a las muchas recomendaciones lanzadas a través de manuales, congresos, estudios,... no siempre resulta todo lo satisfactoria que se desearía. En realidad, más que hacer referencia a interlocutores 'difíciles', bien sea el paciente o el médico, sería más idóneo dejarlo en encuentros difíciles. La actitud del paciente y del médico junto al propio entorno son, principalmente, los factores que determinan un encuentro difícil', según indica el doctor Juan Bellón, médico de familia y director del Centro de Salud de El Palo, en Málaga, al analizar cómo tratar de hacer frente al problema de un comportamiento fuera de lo habitual, en este caso, del médico. A su criterio, nos encontraríamos con un encuentro difícil entre enfermo y profesional cuando uno de los dos lo vive con desagrado.
La despersonalización de las organizaciones sanitarias influye en mayor o menor medida en el comportamiento habitual del facultativo
Según corrobora el doctor Bellón, 'no hay una definición del médico difícil aprobada por la comunidad científica. Es un concepto muchas veces subjetivo aunque bien valdría la misma que se emplea para el paciente difícil, es decir, la de aquella persona con comportamiento irregular ante la otra parte en cualquier acto de carácter asistencial. Esto, trasladado al caso que nos ocupa, equivaldría a aquel profesional que tiene un trato y un comportamiento difíciles con los distintos enfermos', según palabras de este especialista.
Comportamiento anómalo
Una de las cuestiones que surgen al respecto es la referente a las razones que llevan al facultativo a mostrar un comportamiento anómalo, una actitud que se puede traducir, por ejemplo, en un trato despectivo, frío, grosero o, incluso, agresivo con el paciente.
'Influyen muchos factores. Por ejemplo, la vocación. Tradicionalmente damos por supuesto que la nuestra es una profesión vocacional, pero, ¿qué ocurre cuando no existe esa vocación o ésta se pierde? Se trata de un trabajo duro, con un alto nivel de entrega', explica el doctor Pablo Bonal, médico de familia y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sevilla. Existen estudiantes de Medicina 'prosigue este profesional? que lo son no porque lo deseen realmente sino porque se les ha dicho, por ejemplo, que es una profesión con muchas salidas. Hay estudiantes que tienen como objetivo acabar la residencia, ganar mucho dinero y trabajar poco. En el comportamiento del médico influye, asimismo, su escala de valores, la cual, en ocasiones, no da prioridad a la labor social que se debe desarrollar, sino más bien a una actitud individualista'.
La prevención para este tipo de comportamientos pasa por tener en cuenta factores externos que no dependen directamente de la decisión del profesional
Problemática poco estudiada
El comportamiento del médico como problema ha estado hasta ahora muy poco abordado. Para un análisis en profundidad hay que partir de la propia personalidad del profesional, así como de algo tan importante como sus relaciones familiares. Es fundamental estudiar las situaciones que le producen una sensación de desgaste', tal como señala la doctora Antonina Rodríguez Bayón, médica de familia en el Centro de Salud San José de Linares, en Jaén. 'Por una concepción idealizada del médico se le ha considerado muchas veces exento de los trastornos de personalidad que sufría el resto de la sociedad. La realidad demuestra que no sólo no es inmune a estos problemas, sino que, incluso, pueden afectarle de forma especial'.
'El médico ha de hacer frente a una fuerte tensión en su trabajo, ha de moverse ante el sufrimiento de los enfermos. La consecuencia es ser a veces más vulnerable a los trastornos que profesionales con otra actividad ', confirma la doctora María Isabel Ballesta, médica de familia en el Centro de Salud de Peñamefecit en Jaén. Al respecto, profesionales de Málaga y Jaén están preparando un estudio sobre la respuesta emocional del médico ante su trabajo.
El denominado comportamiento difícil del médico con el paciente puede tener su origen en una insatisfacción personal o profesional sin excluir la existencia de trastornos mentales. La insatisfacción ante el mundo que le rodea lleva en ocasiones a un comportamiento no adecuado con el paciente que trata. Este comportamiento del médico podría surgir de una contradicción entre los ideales, los objetivos personales que se ha fijado en su vida y lo conseguido, la realidad diaria. La consecuencia de este choque es múltiple. Se manifestaría, por ejemplo, en una actitud cínica, negativa o insensible hacia el mundo exterior, no sólo con pacientes sino también con familiares o amigos. Aparece como distante y frío.
La falta de vocación, la actitud individualista, la situación emocional o las relaciones familiares problemáticas son factores que confluyen en torno a la figura del médico difícil
'La personalidad del medico se va modificando con el paso del tiempo. El llamado síndrome Burnout, es la causa del trato distante o desagradable de muchos médicos difíciles. Las situaciones patológicas son casos más aislados', indica la doctora Ballesta. Esta especialista encuentra en el Burnout, en el sentimiento de desgaste profesional, de sentirse 'quemado', el origen frecuente de esta actitud anómala del médico. El facultativo llega a tener también esta postura como consecuencia de una labor que vive con un estrés constante. Sería el caso de demasiado trabajo en poco tiempo, de una labor excesivamente compleja o de la obligación de adoptar decisiones difíciles sobre situaciones vitales de los pacientes.
A la dificultad de esta toma de decisiones en el menor tiempo posible se unen las elevadas expectativas sociales existentes sobre la eficacia de la Medicina moderna. Frente al mito del médico que con la ayuda de la tecnología puede vencer a una gran mayoría de enfermedades surge la realidad traumática de la imposibilidad de curación o de la muerte. El enfrentamiento constante con ese riesgo de desenlace negativo o fatal puede originar un importante desgaste emocional.
El médico difícil sería una persona sin ilusión por su trabajo. De la desmotivación que llega a existir entre un amplio sector de profesionales dan idea las conclusiones de un estudio sobre la situación socio-laboral que se presentó en 2003 en el Colegio de Médicos de Madrid. Un 25 por ciento de los 1.554 profesionales que respondieron al cuestionario reconocieron estar dispuestos a dejar su trabajo si tuvieran la posibilidad de encontrar otra profesión o forma de trabajo que les permitiera vivir adecuadamente.
El médico difícil es, por otra parte, un profesional insatisfecho. En su comportamiento puede influir, sin duda, una estructura rígida y muy burocratizada del trabajo que dificulta las relaciones personales y la realización de la tarea y también, en el extremo opuesto, un exceso de autonomía con pérdida de interés y de motivación, turnos y horarios de trabajo que perjudican una vida familiar y social estable así como metas laborales poco claras, irrealizables o bien con medios insuficientes para conseguirlas. Hay que agregar, además, los peligros de una labor monótona que produce tedio y fatiga. También al ánimo del facultativo le afecta la inexistencia de un sistema de promociones y de reconocimiento de la labor realizada. Esta falta de reconocimiento por la sociedad y los mismos compañeros facilita una baja autoestima. El temor al contagio de enfermedades transmisibles así como el desarrollo de la labor diaria en un lugar inadecuado de trabajo, sin el equipo y mobiliario necesario, son circunstancias favorecedoras, a su vez, de un sentimiento de insatisfacción profesional.
Falta de inquietudes humanistas
'Un problema fundamental es la despersonalización en las organizaciones sanitarias. Antes, el médico podía cultivar inquietudes humanistas, hoy resulta casi imposible', señala el doctor Jaume Padrós, secretario del Colegio de Médicos de Barcelona y presidente de la Fundación Galatea del Consejo de Colegios Médicos de Cataluña. La Fundación se dedica al estudio y ayuda para el bienestar de los profesionales sanitarios. 'Creo que es importante enaltecer los valores fundamentales de la profesión, me refiero al altruismo, el sentido de servicio a los demás', agrega el secretario del COMB. 'Poco a poco el sistema sociosanitario actual va generando una legión de profesionales ansiosos, deprimidos, desconectados, inmotivados'.
'Hay un problema de estructura, de organización, Una clave es la presión asistencial a que se encuentra sometido el profesional. Hay que liberar el tiempo del profesional. Estamos sometidos a una burocracia innecesaria. Es irracional y arcaico, por ejemplo, repetir una receta cada 28 días. Sería importante incorporar personal auxiliar cualificado que ayude al médico', indica, por su parte, Antonio Fernández-Pro, vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina General (SEMG). Se ha estimado en algunos estudios que el médico dedica un 40 por ciento de su tiempo a tareas burocráticas, rellenando impresos y volantes.
'Soportar una situación laboral estresante no conlleva necesariamente a un comportamiento difícil. Ante similares circunstancias no todos los profesionales reaccionan igual', afirma el doctor Juan Bellón, que descarta una relación automática entre el Burnout y el médico difícil. La personalidad del profesional, sus circunstancias personales y familiares y sus condiciones de vida tienen una importancia decisiva. Una inestabilidad emocional, un trastorno obsesivo o paranoico pueden llevar también al comportamiento anómalo.
Ante la falta de estudios solventes, el número de médicos con un comportamiento difícil es una un dato desconocido. En esta falta de datos objetivos serían indicativos los médicos que se consideran 'quemados ' o con estrés, un origen habitual del comportamiento difícil. 'Es un problema muy extendido' reconoce el doctor Jesús de la Gándara, psiquiatra y jefe de servicio del Área de Salud de Burgos. 'Como media yo, por ejemplo, estoy recibiendo en mi consulta a un médico por día. Se presentan con una mezcla de síntomas: tristeza, depresión, ansiedad, fatiga crónica, agotamiento... Se alega siempre sobrecarga en el trabajo pero de fondo hay un sentimiento de no sentirse valorados. Influye mucho la relación con otros colegas, el apoyo, el estímulo que se encuentra. Hay centros sanitarios en los que un porcentaje mayoritario de los profesionales se sienten quemados', indica este experto. En los estudios de la Comisión de Vigilancia y Ayuda al Médico promovida en el Colegio de Médicos de Madrid se destaca como uno de los factores favorecedores del estrés la sensación de amenaza que puede sentir el médico por parte de los equipos directivos o de familiares del paciente. Se produce una judicialización de la profesión ante las demandas y reclamaciones de indemnizaciones.
Uno de los factores desencadenantes del estrés entre los médicos es la sensación de amenaza que éstos pueden sentir por parte de los equipos directivos o también por los familiares de los pacientes
En cualquier caso, la prevención pasa por tener en cuenta los tres factores que llevan al encuentro difícil o no grato entre médico y paciente. 'En la prevención hay factores externos, de organización, que no dependen directamente de la decisión del profesional. Sería el caso de un mejor reparto de la carga de trabajo o, por ejemplo, de una regulación más adecuada de los horarios. Un aspecto que sí depende del médico es dotarse de técnicas cognitivas, de saber escucharse, de relajación, de poder mejorar sus habilidades', afirma la doctora Isabel Ballesta. Además, sería preciso también que el profesional aumentara su capacidad de comunicarse con el paciente, de saber escuchar sin crearse o crear ansiedad al enfermo.
Cambios en la aptitud personal
La Comisión de Vigilancia y Ayuda al Médico del Colegio de Médicos de Madrid se creó en el 2001 con el impulso de su presidenta, la doctora Julia Fariña, y la entonces vicepresidenta, la doctora Dolores Crespo. Dicha Comisión sugiere un abanico de medidas para favorecer una aptitud positiva del profesional. Entre dichas medidas se incluyen:
-Iniciar la jornada laboral con el objetivo de ser feliz 'a toda costa' e intentar disfrutar del trabajo.
-Apreciar y disfrutar de las pequeñas satisfacciones que ofrece la vida.
-No adoptar una actitud pasiva, anticiparse con la acción. Resolver los problemas rápidamente, postergarlos sólo conducirá a pensar en ellos constantemente.
-Fijarse pequeñas metas alcanzables y realistas.
-A lo largo de la jornada laboral, conseguir algún minuto para relajarse y pensar en cosas que resulten agradables.
-Desconectar después del trabajo de los problemas del mismo, 'establecer las fronteras'.
-Cultivar una buena red personal de amigos.
-Descansar lo suficiente y llevar una dieta equilibrada.
-Realizar algún deporte habitualmente.
-Visitar preventivamente a profesionales especializados si fuese necesario.