Todos los fármacos que están disponibles en el mercado -en España hay autorizadas cerca de 7.000 referencias- vienen acompañados de su prospecto. Es el manual de instrucciones de un producto que, en teoría, hay que seguir al pie de la letra. El médico receta e indica al paciente cuánta dosis tiene que tomar del medicamento indicado para que termine su dolencia. En la mayoría de los casos, el médico fía al buen entender del paciente el correcto seguimiento del tratamiento. En la mayoría de los casos la observancia de éste es correcta y el uso adecuado del fármaco no genera mayores problemas. Las recomendaciones y las llamadas a la precaución son también extensibles a las especialidades publicitarias que se pueden conseguir sin que medie la receta médica.
No obstante, y sin llegar todavía a un nivel alarmante, los profesionales sanitarios están observando una tendencia cada vez más acusada a usar medicamentos desde una vertiente puramente recreativa. En Estados Unidos 'un país donde la cuarta causa de muerte es el mal uso de los medicamentos' las autoridades sanitarias ya han advertido el incremento de las denominadas 'farmacofiestas', reuniones de jóvenes y adultos en las que las drogas tienen la patente de la FDA. Se trata de fármacos legales a los que se les da un uso estrictamente lúdico. Nada de cocaína, heroína o crack... sólo medicinas.
En España, las autoridades ya se han puesto a trabajar alertadas por la facilidad que se tiene, hoy en día, de hacerse con 'drogas legales' a través de internet
En España, diversas instituciones ya se han puesto a trabajar sobre el asunto, alertadas, entre otras cosas, por la facilidad que supone hacerse con una droga legal a través de internet, además de los intentos de conseguirla mediante recetas falsas. La experiencia pionera la ha puesto en marcha el Colegio de Farmacéuticos de Barcelona, al crear el llamado Observatorio de Medicamentos de Abuso y Uso Recreativo.
Compuestos adquiridos
para uso lúdico
Algunos de los compuestos detectados por este Observatorio utilizados de forma lúdica son la ketamina, un anestésico de uso veterinario, al que cada vez se recurre menos en la práctica diaria pero que aún mantiene su presencia en el mercado. En dosis elevadas consigue que el consumidor perciba su cuerpo disociado de su mente. También se abusa por parte de los jóvenes del cloruro de etilo, otro anestésico que se aplica como spray en ambientes deportivos 'gimnasios, canchas...' pero que, inhalado en altas dosis, actúa como estimulante. Otro uso inadecuado ocurre con el dextrametorfano, una sustancia bastante común en los inocuos jarabes de la tos pero que sirve como alucinógeno si se ingiere de golpe en grandes concentraciones, o con la codeína, presente en los analgésicos y que, asimismo, provoca alucinaciones en grandes dosis.
En opinión de Luisa López Díaz-Ufano, coordinadora del Grupo de Adolescentes de la Sociedad Española de Medicina Rural y Generalista (SEMERGEN), el joven, principal usuario de las drogas legales consumidas con fines lúdicos, 'es un paciente bastante complicado a la hora de tratarlo en consulta y es quizá más complejo poder hacer un seguimiento de lo que toma o no toma cuando sale a divertirse'.
'Lo que también podemos detectar es que están aumentando los fines de semana las ingestas de alcohol desmesurado mezclado con otras sustancias, muchas veces medicamentosas, que actúan e impulsan lo que es la alucinación o la desinhibición, o con cualquier otro tipo de sustancia tóxica', explica esta facultativa, que constata el aumento de la adicción a la cocaína reflejado ya por numerosos estudios como primera droga ilegal para la que se requiere tratamiento de desintoxicación.
Adentrarse en las motivaciones por las que un adulto joven ingiere medicinas de forma recreativa no es sencillo, 'pero la mayoría de las veces lo que falla primero es la autoestima. El joven se deja convencer muy fácil por los que tiene alrededor, además de inferir también, a veces, la falta de información. Toman cosas sin saber lo que están haciendo y los posibles efectos secundarios que pueda tener. Los jóvenes se mueven por grupos, sobre todos los adolescentes, que no tienen en madurez psicológica asentada, y se dejan arrastrar por el líder, que les dice 'prueba esto' ya verás qué bien te lo pasas, y si no lo haces no eres de nuestro grupo'.
Pico de automedicación
La tendencia a la automedicación, todavía muy presente en la sociedad española, también es acusada 'entre la gente adulta joven, con edades entre los 20 y 30 años, que trabajan con muchos problemas, cargas y estrés, y que no tienen facilidad, la mayoría de las veces, para acudir a consulta por no faltar al trabajo, dándose un pico de automedicación en esta población'.
La polimedicación, apunta la doctora López Díaz-Ufano, depende de la comunidad de pacientes que se trate, y así, si son emigrantes, 'tienden mucho a mezclar el alcohol con fármacos para producir una serie de efectos y para quitarse los dolores. Y, además, mezclando, da lo mismo el analgésico que quieras, o lo que tenga en la mano, de cualquier receta, puede ser un antiinflamatorio, puede ser una aspirina, puede ser un derivado de la codeína o un ibuprofeno, da lo mismo'.
No obstante, la combinación de fármacos para tratar una patología puede ser necesaria pero para 'determinados casos 'puntualiza esta experta' como en los dolores oncológicos o los dolores radiculares, entre otros'.
La creación del Observatorio de Medicamentos de Abuso es, para esta profesional, una iniciativa 'estupenda, porque los jóvenes no te van al médico para un control, pero sí que se te presentan para pedirte la píldora del día después, o saben que van a la farmacia y te cogen el jarabe que les deja más a gusto... y hay que poner unos límites, y para ello lo primero que hay que conocer es hasta qué punto se extiende el problema'.
Motivación extra
Precisamente, en esa tarea está volcado el Observatorio desde su creación en julio del año pasado. 'Básicamente nosotros detectamos algunos casos, sobre todo de gente que acude a farmacias a pedir medicamentos bien con receta falsa o bien interesándose por determinados medicamentos sin los conocimientos precisos para su uso terapéutico, esto, por lo general, nos hace sospechar que puede haber un incremento en la motivación por esta serie de medicamentos. Es a partir de ahí, cuando decidimos crear el Observatorio', señala Rafael Borrás, su director.
Para recabar datos, este organismo cuenta con la colaboración de las 2.300 farmacias catalanas, cuyos responsables notifican al Observatorio cualquier sospecha en la demanda de un fármaco para un uso que no es el indicado. Borras entiende que los datos que consiga el organismo en julio, cuando se cumpla un año, serán extrapolables a todo el país.
El responsable del Observatorio cree que, actualmente, puede estar dándose entre los jóvenes que ya arrastran un pasado de drogadicción, al nivel que sea, una motivación a experimentar con nuevas sustancias que podrían estar más fácilmente a su alcance.
Algunas de ellas ya están calificadas como drogas de abuso. El dextrametorfano, que no precisa receta, la ketamina presente nada más que en un par de indicaciones por sus efectos secundarios, pero llama la atención porque produce vivencias irreales, alucinaciones, efecto disociativo... Borrás advierte: 'si te pasas de la dosis es una sustancia letal'.
Los jóvenes buscan, además, compuestos que les permitan alargar el rendimiento, la euforia. y el estado de vigilia para poder poder exprimir al máximo el tiempo de ocio, como podía ser el modafinilo o el metilfelinato, sustancia que, al margen del uso recreativo, sirve para sintetizar la metanfetamina, 'que es otro elemento que también nos preocupa'.
Según se van recabando datos, los expertos del Observatorio analiza cuál es la prevalencia de cada compuesto, cómo se toma, qué dosis es la más habitual, y si se mezcla y con qué, 'y esto 'dice Borrás' nos dará pie a sacar conclusiones a la hora de la prescripción y dispensación' de ciertas medicinas.
¿De libre dispensación a la receta?
Hasta el mes de julio no estará listo el informe definitivo con la recopilación durante un año de datos y de experiencias. Podría darse, por ejemplo, la recomendación de que un fármaco de libre adquisición pase a ser considerado de prescripción obligatoria. A lo mejor alguna de las conclusiones va por ese camino, a pesar de que algún laboratorio pueda no estar de acuerdo', señala el director del organismo.
A falta de resultados definitivos, los preliminares apuntan que los fármacos más implicados, con un 24,6 por ciento de las notificaciones que realizan los farmacéuticos, son los que llevan codeína, seguidos de las benzodiacepinas, con un 13,8 por ciento.
Los farmacéuticos colaboradores con esta iniciativa notifican todas las recetas y las acompañan de sus sospechas bien fundamentadas: qué tipo de persona pide qué compuesto, el ámbito geográfico del que procede, la edad, y otras características. Ello posibilitará la elaboración de un perfil, aún no establecido, del usuario con un fin más allá del que adquiere más lógico y normal del medicamento.
Hay más sustancias en libre circulación, con consecuencias muy negativas, como el misoprostol, un antiulceroso gástrico que, en dosis elevadas, es usado por muchachas como abortivo. 'Lo estamos siguiendo de cerca', comenta Borrás. Otros compuestos bajo estrecha vigilancia son el pirazetam, un neuroprotector utilizado para cortar la cocaína, y también la efedrina, ingerida como estimulante y para aumentar el rendimiento deportivo, sobre todo entre culturistas y gimnastas.
El organismo trabaja en colaboración con las Administraciones, como es el caso del Plan Nacional sobre Drogas, o su homólogo europeo, o con diversas ONG, pero no con instancias policiales, al menos de momento. Encontrar encaje ilícito al uso, por muy festivo que sea, de una droga legal no será tampoco una tarea fácil, aunque exista una conducta claramente ilegal en lograr recetas falsa para hacerse con los productos. El pasado año, el número total de recetas facturadas al Sistema Nacional de Salud superó ligeramente los 764 millones, casi un 5 por ciento más que las expedidas en 2004.
Borrás destaca otra función del Observatorio: 'realizamos una cierta labor centinela, porque una buena parte del uso recreativo que se hace de estos medicamentos no está reflejado en la literatura, y estamos elaborando unos cuadros donde se especifican todos estos fármacos, su uso terapéutico y su uso lúdico'. Además, 'también hemos entrado en contacto con asociaciones médicas para poder enviarlos a aquellos centros de Atención Primaria que tengan interés, para que los facultativos conozcan de primera mano cuál es el uso que se está haciendo de algunos fármacos'.
Detección desde Primaria
A juicio de este experto, el médico de familia también puede tener una labor de detección de estos comportamientos abusivos. 'El profesional de Primaria recibe muy a menudo mucha presión de los pacientes para que recete determinados medicamentos, y éste es un elemento que hay que poner encima de la mesa. El médico ha de prescribir lo que crea adecuado al paciente pero si tiene el conocimiento de este uso recreativo o de este abuso entonces tendrá muchos más elementos sospechar de que esa persona puede sufrir una adicción, y ello se traduce en poder abordar la problemática, porque al final de todo la persona que consume estos fármacos con una finalidad no terapéutica tiene un problema', afirma.
Los farmacéuticos están trabajando de forma confidencial, pero con la garantía de la protección de datos, de forma que las notificaciones no vulneren de ningún modo la ley, al tiempo que ofrecen los máximos detalles posibles para trazar un perfil del usuario al que no le importa la vertiente terapéutica del medícamento y sí la festiva. Según Borrás, en Estados Unidos existen estudios que confirman que ciertas medicinas ya han superado a las drogas convencionales en el terreno del consumo recreativo.
El Observatorio también trata de analizar la importancia de internet en este asunto, aunque aún no ha delimitado cuántas medicinas se compran en la red y cuántas se consiguen en las farmacias. Al margen de la importancia numérica está la cualitativa: muchos medicamentos obtenidos por internet 'son falsos. Hace un par de meses analizamos tres muestras de medicamentos contra la disfunción eréctil obtenidas del mercado negro, dos de internet y una de un camello que también vendía, y las tres eran falsas'.
Consecuencias negativas
Respecto a la respuesta que podría dar la industria farmacéutica, Borrás insta a 'que tenga en cuenta que nosotros estamos haciendo un trabajo totalmente neutral dirigido a los pacientes y a los consumidores, y espero que la industria pueda entender que cuando un fármaco se usa a nivel recreativo no se hace con la finalidad para la cual ellos lo han desarrollado. Incluso, hemos mantenido contacto con los laboratorios y les parece una tarea interesantísima, porque para ellos también es negativo que al final se pueda detectar que un medicamento se ha usado de una forma fraudulenta para obtener efectos muy nocivos para la salud del consumidor, un escándalo de estas características para ellos puede ser muy negativo'.
Expertos abogan por hacer un seguimiento de los medicamentos que entrañan riesgo para la salud para lograr que sólo se dispensen con receta
José Zarco, responsable del Grupo de Drogodependencias de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC), recuerda, por su parte, que muchas de las drogas con efectos perniciosos han sido estudiadas en sus inicios desde un punto de vista terapéutico: la mencionada ketamina o el éxtasis, que se utilizó con 'intenciones médicas hasta que fue descatalogado': O las benzodiacepinas, 'un ejemplo clarísimo de cómo una sustancia que tiene indicaciones y eficacia terapéutica se utiliza en un contexto con otro tipo de objetivos asociados al ocio y a la fiesta de fin de semana, siempre con el objetivo de búsqueda de placer, de desinhibición o también de sentido de pertenencia a un grupo determinado.
El doctor Zarco se muestra convencido de que 'hay que hacer un seguimiento de aquellos medicamentos que puedan tener riesgo para la salud e intentar que solamente se dispensen en las farmacias con receta. Creo que eso es muy importante para poder encontra un mal uso de todas estas sustancias'. A su juicio, la puesta en marcha del Observatorio 'es tremendamente interesante para detectar posibles pautas de consumo y a la hora de poder diseñar estrategias preventivas o intervenciones de riesgo y de prevención del daño en cierto tipo de poblaciones'.
Uso enmascarado
Más que vigilar el posible recurso a recetas falsas, este miembro de semFYC cree que hay que hacer hincapié 'en que no se dispensen en las farmacias medicamentos que precisan receta sin ella, que creo que eso es más frecuente que el hecho de que pueda haber falsificaciones. También, por parte de los facultativos, habría que hacer un seguimiento más estricto de aquello que se prescribe, porque evidentemente en una casa puede haber un medicamento recetado para un familiar y que después puede ser utilizado por otro para un uso totalmente distinto'.
Según este médico de familia, los jóvenes que recurren a fármacos no son conscientes ni de sus interacciones ni de sus efectos secundarios 'y cuando uno toma jarabes el hecho de que sea legal puede dar cierta confianza o seguridad, sin embargo, cuanto más se mezclen las interacciones son mucho más impredecibles y el riesgo muchísimo mayor'.
El docor Zarco entiende que la industria farmacéutica 'tendrá que hacer estudios relacionados con la seguridad del consumo por población a la que no necesariamente vaya destinado un determinado fármaco, porque lo que está claro es que no hay ninguna sustancia que se tome y que sea inocua para las personas'.
Muchos de los casos de jóvenes que consumen medicinas de forma recreativa esconden problemas psicológicos y falta de información.
Para el doctor Miguel Ángel Ripoll, del Grupo de Oncología de la Sociedad Española de Medicina General (SEMG), 'es importante tener una cierta vigilancia, porque en determinadas zonas', como puede ser en municipios pequeños durante el verano, viene mucha gente joven a por mucho psicofármaco. Igual que la pildora postcoital, que ahora se vende en unidosis, pero hace tres o cuatro años los envases tenían más pastillas y te llevabas una sorpresa cuando luego se veían comercializados en las discotecas'.
Nueva regulación
Las llamadas de advertencia para no comprar fármacos por la red son muy habituales desde distintos organismos, además se trata de una práctica prohibida y queda reservada a las farmacias 'mayoritariamente' la custodia y dispensación. Así también lo establece el proyecto de Ley de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios a punto de finalizar su trámite parlamentario. El artículo 2 del documento, en su punto cinco prohibe la venta tanto por correspondencia como por procedimientos telemáticos de medicamentos y productos sanitarios sujetos a prescripción médica. Asímismo, dispone que la normativa de desarrollo regulará dichas modalidades de venta con respecto a los fármacos no sujetos a prescripción médica, y se garantiza que su dispensación se hará vía oficina de farmacia.
Jóvenes aficionados a los hipnosedantes
En su análisis sobre la adicción a las drogas de los jóvenes, el Plan Nacional Sobre Drogas rastrea qué nivel de consumo se da entre los estudiantes de secundaria (14 a 18 años) de todo tipo de sustancias. Entre ellas, incluye los hipnosedantes, definidos como tranquilizantes o pastillas para dormir. En 2004 un 10,2 por ciento de los estudiantes de secundarias consumido hipnosedantes con receta médica alguna vez en la vida. Con respecto al consumo sin receta, un 7 por ciento los había consumido alguna vez en la vida, un 4,7 en el último año y un 2,4 por ciento en los 30 días previos a la elaboración del estudio. La mayor parte de los estudiantes consumieron los hipnosedantes sin receta esporádicamente o durante un período corto. Sin embargo, una cierta proporción los consumió durante un período largo (0,3 por ciento durante más de diez días en el último mes).
Los motivos principales para ingerirlos fueron poder dormir (50,4 por ciento) o relajarse (42,2 por ciento). El consumo estaba más extendido entre las mujeres, un punto más que los varones. En cuanto a la evolución temporal del consumo, en el período 1994-2004 se observa un aumento de la prevalencia de consumo con receta médica alguna vez en la vida, pasando de 6,9 por ciento en 1994 a 10,2 por ciento en 2004, un cierto aumento de la prevalencia de consumo sin receta alguna vez en la vida, pasando de 6,1 en 1994 a 7 por ciento en 2004 y de la prevalencia sin receta en los últimos 12 meses, que pasó de 4,4 por ciento en 1994 a 4,7 en 2004, según los datos del último informe del observatorio del PNSD.
Este organismo, dependiente del Ministerio del Interior, subraya que en 2004 las conductas de consumo de drogas que estos estudiantes asociaban a un menor riesgo eran fumar hachís/marihuana esporádicamente (una vez al mes o menos frecuentemente), tomar hipnosedantes esporádicamente, tomar 5 ó 6 cañas/copas de bebidas alcohólicas en fin de semana, y tomar 1 ó 2 cañas/copas diariamente.
Según este estudio, se puede apreciar claramente que el consumo de drogas de comercio legal (alcohol, tabaco e hipnosedantes) se asocia a un menor riesgo que el consumo de sustancias de comercio ilegal distintas del cannabis. Con respecto a las diferencias sexuales, el riesgo percibido por las mujeres era 'claramente inferior' al de los hombres en relación al hábito de consumir hipnosedantes esporádicamente, y ligeramente inferior para consumir éxtasis o heroína esporádicamente.
En 2004, las drogas percibidas por los alumnos como las más disponibles o accesibles eran las de comercio legal. En este sentido, un 93,8 por ciento pensaban que les sería fácil o muy fácil conseguir bebidas alcohólicas si quisieran, un 67,3 por ciento hipnosedantes y un 51,1 por ciento inhalables volátiles (pegamentos...).