Los ingentes datos de salud disponibles se configuran como una oportunidad. La utilización de la inteligencia artificial, el Big Data y el Blockchain permitirán importantes avances en el conocimiento de diversas áreas relacionadas con la salud y los servicios sanitarios, ayudando a tomar decisiones más…
Los ingentes datos de salud disponibles se configuran como una oportunidad. La utilización de la inteligencia artificial, el Big Data y el Blockchain permitirán importantes avances en el conocimiento de diversas áreas relacionadas con la salud y los servicios sanitarios, ayudando a tomar decisiones más adecuadas, eficientes, sostenibles y que respondan a las necesidades de los usuarios. Pero, ¿qué opinan los pacientes? Y, por otro lado ¿qué papel tienen las redes sociales? ¿qué experiencias de éxito existen ya en la salud conectada? ¿cómo será el futuro? Todas estas preguntas y planteamientos se debatieron en el encuentro de Donostia entre profesionales sanitarios, gestores, empresas tecnológicas, universidad y pacientes, que fue inaugurado por la directora general de Osakidetza, María Jesús Múgica.
La conferencia de apertura corrió a cargo de Jaime del Barrio, presidente de la Asociación de Salud Digital (ASD), quien disertó sobre “Los diez retos de la Salud digital”. En su ponencia se refirió a la continua transformación del mundo, la digitalización y las tecnologías disruptivas. “La atención de la salud representa el 10 por ciento del PIB mundial”, señaló; al tiempo que se refería a las cinco tecnologías que cambiarán el mundo sanitario para siempre: Blockchain, inteligencia artificial, plataformas digitales, impresión 3D y pago móvil.
Según del Barrio, los datos son el petróleo del siglo XXI y la ciberseguridad es esencial. “Las personas somos el mayor reservorio de datos y por eso mismo también la ciberdelincuencia está en auge. La duda no es si vamos a ser atacados, sino cuándo vamos a serlo”, alertó. También se refirió a la importancia de la calidad de las Apps en salud. “En Europa aún no lo estamos haciendo, pero la FDA ya valida y prescribe Apps”. Y es que actualmente existen 400.000, muchísimas startup trabajan en ellas, pero “¿cuántas están validadas y certificadas, y cuántas tienen evidencias clínicas y recursos de evaluación?”, se preguntó el presidente de ASD. Para Del Barrio existe ya una tendencia y consciencia de los paciente y sanitarios para utilizar las nuevas tecnologías aplicadas a la salud, pero la realidad es que en España “hay 17 comunidades caóticas que no están conectadas. Aquí está el reto”, sentenció.
La revolución de blockchain
La oportunidad de los datos fue otro de los temas abordados en una mesa moderada por Jaume Raventós, de la Fundación Signo, en la que participaron Marcos Arauzo, de Biodonostia; Jordi Conesa, de UOC; y Oscar Lage, de Tecnalia.
Los ponentes dejaron claro que hoy en día gracias a las redes sociales se puede obtener el 100 por ciento de la información relevante para la salud. También apuntaron los problemas de privacidad. Los sistemas inteligentes no son fiables al cien por cien. Además, -sostuvieron-, no están pensados para sustituir a los médicos, sino para hacer su trabajo más eficiente. En este sentido, Lage apostilló que el blockchain -registro de información descentralizado (red P2P) cuya información es aprobada en la red por consenso y es inalterable- será la tecnología que revolucionará el sector sanitario. “Lo que se conseguirá con el registro será el empoderamiento del paciente y que sean ellos los que gestionen y utilicen sus datos de salud compartiéndolos con quien quieran”, explicó.
El papel de las redes sociales en salud fue abordado en la mesa moderada por Manuel Bayona, presidente de la SEDAP y director gerente del Área Integrada Serranía de Málaga en Ronda, que contó con la intervención del experto en salud digital Miguel Ángel de la Cámara, la enfermera Teresa Pérez y la oncóloga Virginia Ruiz.
“La digitalización y las Redes Sociales (RRSS) han irrumpido en nuestra sociedad transformando la mayoría de los sectores, económicos, sociales y productivos. La nueva realidad social está influenciada por la información (casi siempre condicionada), la comunicación (casi siempre interesada) y la conexión (muchas veces limitada) y este proceso afecta también a la salud, a pacientes y a profesionales”, reconoció Manuel Bayona, para quien la era digital significa la explosión de datos.
“En pocas décadas hemos pasado de la sociedad del conocimiento de Peter Drucker (1909-2005) a la sociedad digital y el internet de las cosas. En un minuto se producen cuatro millones de búsquedas de Google y se publican 350.000 tuits”, explicó. Además, un 48 por ciento de los internautas utilizan la red para informarse sobre temas de salud, “sin un control de calidad y rodeados de fake news, que se extienden más rápido que la verdad, porque enganchan más, generan más interacción y se comparten más”, recalcó.
Por eso, considera Bayona que para afrontar la transformación que suponen fenómenos generales como las TIC, el Big Data y las redes sociales, o innovaciones concretas del sector salud, como la genómica, la robótica o la inteligencia artificial “tendremos que innovar y prepararnos, porque si no lo hacemos, el futuro lo inventarán otros y tendremos que pagarlo caro”.
El presidente de la SEDAP incidió en la necesidad de desarrollar e implementar mecanismos que garanticen la seguridad, formación, calidad, ética y legalidad, como si de procesos clínicos se tratara, “porque ni la tecnología garantiza la salud, ni el dato no sistematizado predice la enfermedad, ni la red es siempre éticamente fiable”.
La importancia de los sanitarios en las redes
La enfermera Teresa Pérez, apasionada de la salud digital, además de reivindicar la visibilidad de la enfermería, hizo hincapié en que los profesionales sanitarios tienen la obligación de ser líderes de opinión con el fin de reducir al máximo los vacíos informativos en los entornos relevantes para el paciente. “El gran reto es formarnos en competencias digitales para dar respuestas a un paciente cada vez más capacitado; la transformación digital es mero maquillaje tecnológico si no se desarrollan competencias entre los profesionales”, remarcó.
En una línea similar opinó la oncóloga experta en radioterapia, Virginia Ruiz. “Si los sanitarios no estamos en las redes, no existimos. Los profesionales y los pacientes debemos conocer mejor el ecosistema del social media, no olvidando los principios bioéticos y deontológicos”. Porque, en su opinión, “los médicos hemos dejado de mirar a los ojos a los pacientes, esta es una de sus principales quejas, y la tecnología en sí misma no es nada. Lo importante es que tengas fe en la gente que la utiliza”, concluyó parafraseando a Steve Job.
Miguel de la Cámara, de Radiología Club. Social Media del Servicio Extremeño de Salud, habló sobre el uso educativo de la narración digital y el impacto de comportamiento en redes sociales. “Los profesionales y organizaciones estamos fallando en la transferencia del conocimiento, en ese aprendizaje y capital social que hay que la red que hemos de transferir tanto entre profesionales como hacia pacientes”, dijo.
El encuentro sobre salud digital aglutinó a un público interesado, participativo y dispuesto al debate; debate que seguirá abierto porque no hemos hecho sino comenzar a andar por un camino tecnológico nuevo, como se deduce de la presentación de comunicaciones, cuyo moderador fue Iñaki Lapuente Heppe, miembro de la SEDAP.
Marisa Merino Hernando
Directora Gerente de la Organización Integrada de Tolosaldea y vicepresidenta de la SEDAP
¿Por qué cuando hablamos de nuevas tecnologías nos referimos a futuro cuando la realidad es que ya están aquí?
Porque probablemente nosotros vayamos por detrás de estas nuevas tecnologías que avanzan a una velocidad impresionante, imparable. Además, aunque evidentemente estén aquí, las personas no están todavía preparadas para ellas. Probablemente falta información, formación y explicar la visión de futuro. La verdad es que todas las iniciativas que tenemos de proyectos de salud digital a la hora de implantarlos dependen de las personas, con lo cual es algo fundamental la formación en nuevas tecnologías.
La nueva comunicación tiene ventajas fantásticas, pero al mismo tiempo existe el riesgo de menoscabar la privacidad. ¿Se puede controlarla?
En las redes sociales cada uno cuenta lo que desea. Las personas exponen voluntariamente lo que quieren decir, lo que buscan compartir, con lo cual teóricamente no hay un problema de privacidad del que quiere exponer sus temas; otra cosa es que se desconozca en general que de todas esas redes sociales se pueden extraer datos personales, y es verdad que de ellas y de una base de datos de distintas fuentes externamente sí que se pueden recopilar datos que pueden no ser adecuados. Ya se habla abiertamente de que Google tiene muchos datos personales no consentidos de nosotros. Como hay cerca de 400.000 aplicaciones, si estás dado de alta en un montón de ellas por detrás alguien puede sumar, y al final se van recogiendo datos que agregados pueden hacer peligrar la privacidad. Esto es una realidad incuestionable.
El medio digital podría ser, y en gran medida ya lo está siendo, una herramienta estupenda para atender en casa a los pacientes. ¿Se están implementando estas iniciativas?
Ahora se está trabajando en ello. Por ejemplo, recientemente se ha puesto una tablet en todos los hospitales de Osakidetza para pasar visita por planta; una tablet donde se están integrando todos los datos del paciente y esto está dentro de la historia clínica del paciente que tiene Osakidetza. En este momento se está intentando pasar esto mismo a los domicilios. No se hace de forma generalizada en ningún lado, pero ahora se está trabajando aquí en ese tema porque tecnológicamente ya está desarrollado; la asignatura pendiente es implementarlo en la asistencia a los domicilios que sería importantísimo.
La falsa Medicina en Internet. Tener información es bueno, pero ¿cómo combatir las noticias falsas/fake news?
La verdad es que es un gran problema. Las redes sociales son libres; cada uno dice lo que quiere. Es cierto que estamos intoxicados desde todos los puntos de vista, de lo bueno y de lo malo; esto es un verdadero problema. Lo que estamos intentando desde las distintas sociedades científicas, por ejemplo, las que colaboran en este Congreso, es trabajar para contrarrestar el nefasto efecto de las fake news. No puedes prohibir lo que ya está, pero sí filtrarlas. Luego es importante que los sanitarios aconsejemos a los pacientes; ya no se puede decir que no miren en internet, porque está ahí, pero sí enseñar a los pacientes a utilizarlo bien, dónde asesorarse adecuadamente y dónde no. Desde las sociedades científicas acreditadas, Osakidetza, Servicios de Salud…, hemos de hacer un esfuerzo para intentar desde sitios con prestigio explicar cuáles son las páginas de las que se pueden fiar los pacientes. Incluso intentar hacer otro tipo de documentación, de tal forma que al paciente le puedas recomendar la página adecuada. De hecho, darle información para que él sepa dónde mirar y dónde no.
La interoperabilidad entre la historia clínica y la receta electrónica está asentada. ¿Observan ya los beneficios: medicamentos que no se duplican, reducción del gasto, menos errores de dispensación, consumo mejor pautado…?
Sí. La receta electrónica y la historia clínica son fundamentales para los servicios de salud La receta electrónica aquí en el País Vasco y en la mayoría de las zonas del Estado son similares y posibilita ver que el paciente recoge o no la medicación; te ofrece otra información añadida que es fundamental. Nosotros en Osakidetza, como tenemos una historia única, nos favorece mucho, porque cualquiera de nuestros ciudadanos que vaya a cualquier sitio del País Vasco tiene la información al momento. Esto ayuda mucho también a la hora de evitar errores de prescripción, de medicación, porque tiene sistemas de alarma tecnológica. Esto ha supuesto el descenso de muchas consultas presenciales, ya que muchos pacientes iban solo a buscar la receta del papel. Ahora se le evita el desplazamiento ya que va directamente a la farmacia, la información es mejor, es más segura. El usuario del sistema se ahorra el viaje y nosotros muchas consultas que no aportaban nada a la salud porque eran mera burocracia.
¿Qué destacaría de este V Congreso de Salud Digital que acaban de celebran en San Sebastián dentro de los Cursos de Verano de la UPV/EHU?
Que cada año se incorporan más colaboradores. En un primer momento empezamos con la Sociedad Española de Directivos de Atención Primaria (SEDAP) y ya llevamos tres años en el que colaboran también otras dos sociedades estatales, de las que también formo parte de su Junta Directiva, como Fundación SIGNO y la Asociación de Salud Digital. En cada edición se amplía el número de especialistas que acuden. Vienen tanto profesionales de la investigación, personal de hospitales, sanitarios de base, gestores… Vamos cambiando las mesas todos los años para que abarquen distintos puntos de vista. En la edición pasada el congreso giró en torno a los recursos humanos; también intentamos que en el evento haya pacientes. Son congresos multidisciplinares en el más amplio sentido. Es nuestro objetivo, junto el de crear una pequeña comunidad y que se conozcan entre los que acuden. De estos congresos surgen muchas oportunidades de colaboración. Esta es la seña de identidad del encuentro científico.
A MODO DE CONCLUSIONES
‹ La innovación de los sistemas sanitarios es digitalización y tecnología disruptiva. Los sistemas sanitarios no están preparados, no solo para lo que todavía no existe, sino tampoco para lo que ya existe. Vivimos en una amenaza.
‹ La economía de datos en un mercado único digital es de un enorme potencial y los sistemas sanitarios son el principal reservorio, de ahí el interés actual hacia el sector de la salud.
‹ El liderazgo en esta transformación continua ha de estar en los profesionales sanitarios, trabajando en equipos con tecnólogos, estrategas, pacientes y nuevos profesionales.
‹ Los profesionales sanitarios tienen la responsabilidad de convertirse en líderes de opinión en salud. Para ello necesitan formarse.
‹ En salud pública, la aplicación de Big Data permiten controlar y monitorizar el estado de salud de la población, permiten el soporte en la toma de decisiones y valida si los servicios ofrecidos satisfacen los objetivos. No aplica nuevas técnicas, pero sí lo enfoca desde una perspectiva más poblacional que clínica.
‹ El uso de Blokchain en investigación y ensayos clínicos revoluciona la relación entre clínicos y usuarios.
‹ No todo vale en la red, ni siquiera el hecho de que genere más comunicación porque esto es una ficción. La mayoría nos comunicamos con los grupos que piensan como nosotros.
‹ La potencialidad de las herramientas, el Big Data, la tecnología, la inteligencia o el conocimiento útil que generemos dependerá de las interrelaciones que seamos capaces de desarrollar en cualquiera de estos escenarios, aplicando siempre la ética y el enfoque humanista esperado.