Redacción, Madrid.- El índice de afectación en el Síndrome de Disfunción de la Articulación Temporomandibular (ATM) se incrementa entre las mujeres, en una proporción de 9 a 1, algo que se relaciona con factores hormonales. Sobre él también inciden factores de riesgo como el estrés (sobre todo en profesiones como los maestros, jueces, periodistas…), incluso hay factores genéticos, hábitos masticatorios incorrectos (como masticar chicle en exceso, comer alimentos muy duros, comerse las uñas o morder el bolígrafo…), sin olvidar los golpes sobre la mandíbula ocasionados por diversas circunstancias. Estos y otros aspectos fueron abordados durante el Curso "Tratamiento Multidisciplinar de la Disfunción de Articulación Temporomandibular", organizado, recientemente, por la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial (SECOM) en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid, dentro del Programa de Formación Médica Continuada de esta entidad científica.
En opinión del doctor Álvaro García Rozado, codirector del curso y vocal de esta Sociedad Científica, el principal objetivo de esta actividad formativa ha sido concienciar a los especialistas que trabajan con la disfunción de la ATM de que el tratamiento de esta patología ha de ser multidisciplinar, que implica a varias especialidades y que es la única forma de conseguir los mejores y más adecuados resultados.
"No es posible -apuntó, por otra parte, el doctor Martín-Granizo, secretario de la SECOM- "aislar tratamientos y hacer sólo tratamientos quirúrgicos o conservadores sin tener en cuenta las otras opciones terapéuticas no es lo correcto".
La disfunción de la ATM es una alteración anatómica en la posición normal del disco articular. Según explicó el doctor García Rozado, "este disco articular tiene una forma cartilaginosa de menisco y su desplazamiento dentro de la articulación produce la disfunción de dicha alteración. La consecuencia de esta disfunción se traduce en molestias en la región preauricular con limitación para la apertura de la boca y dolores mantenidos durante tiempos prolongados".
En su opinión, entre las causas de dicha alteración, se encuentran la oclusión de los dientes y en la alteración de los hábitos funcionales. "Los problemas de mala oclusión, dice, "derivan en trastornos secundarios a nivel de la musculatura y la fisiología articular y desencadenan toda la sintomatología que caracteriza a estos pacientes. En un porcentaje muy alto de estos pacientes se asocian problemas de estrés, ansiedad, sobrecarga laboral, algunas alteraciones musculares, en los hábitos articulares masticatorios, etc. lo que genera todas estas molestias, a veces inespecíficas".
Consultas por este síndrome
El principal síntoma que denota la presencia de esta disfunción es el chasquido articular, si bien no se puede considerar patológico a no ser que se acompañe de dolor, y la limitación de la apertura de la boca. Todo ello indica, según se apunta desde la SECOM, la importancia de esta dolencia por la multitud de causas que están relacionadas con su desarrollo y que llevan a que las consultas por este síndrome en los Servicios de Cirugía Oral y Maxilofacial del Sistema Nacional de Salud representen el 25-30 por ciento de los casos.
"El tratamiento de este síndrome es, al principio, conservador. De hecho, en las fases iniciales funciona muy bien. Para ello, es necesario controlar la parafunción de la mandíbula, es decir, la fuerza con la que se presiona sobre la mandíbula, mediante feruloterapia. En este caso, el paciente ha de utilizar unas férulas por la noche y mientras está en casa, que actúan como muletas y evitan que haya demasiadas fuerzas sobre la articulación. Además, hay otras medidas como fisioterapia, dieta blanda, relajantes musculares, control del estrés,… herramientas que permiten controlar la fuerza que se aplica sobre la mandíbula", según argumenta esta entidad científica.
Feruloterapia o Cirugía
Cualquier molestia en la región pre-auricular o cualquier limitación en la apertura de la boca requiere ser valorada por un especialista en Cirugía maxilo-facial, en opinión de estos especialistas. Ante la cuestión de ¿qué puede hacer el paciente de forma preventiva?, el doctor García Rozado respondió que lo idóneo es "evitar ese hábito, pero como esto es bastante difícil, generalmente se coloca una férula de descarga (de acrílico) que se interpone entre la arcada dentaria superior y la inferior, y que incrementa el espacio vertical de la articulación, relaja la musculatura masticatoria y favorece que las estructuras articulares se reposicionen en su situación anatómica?.
Sin embargo, en cerca del cinco por ciento de los casos, este tipo de tratamiento no es suficiente, según la SECOM. Entonces hay que recurrir a la Cirugía, ya sea artrocentesis (lavado dentro de la articulación). artroscopia o la Cirugía abierta, tal como señaló el doctor Martín-Granizo, para quien "la opción menos agresiva para el paciente es la artroscopia y la atrocentesis".