E.P.- Un equipo de especialistas de salud pública de varios organismos internacionales, dirigidos por científicos de la Universidad de Harvard en Boston (EE.UU.) y de la Organización Mundial de la Salud, OMS, en Ginebra (Suiza), destaca en un estudio publicado en The Lancet, que confrontando los principales factores de riesgo que derivan en una mala salud, se pueden reducir muchas muertes prematuras y la morbilidad mundial, especialmente en las zonas más pobres del planeta.
Los especialistas estiman los beneficios potenciales que entrañaría la eliminación de los factores de riesgo asociados con las principales causas de muerte y discapacidad en el mundo. La contribución conjunta de los 20 principales factores de riesgo que afectan a la salud (incluyendo la desnutrición, la escasa salubridad del agua y servicios sanitarios, el consumo de tabaco y de alcohol, y el alto índice de colesterol) fueron medidos en 14 zonas del mundo, divididas en tres categorías: zonas en desarrollo con alta mortalidad; regiones en desarrollo con menor mortalidad y regiones económicamente desarrolladas.
Alrededor de la mitad (47 por ciento) de las muertes prematuras en el mundo y alrededor de un 40 por ciento del total de las enfermedades en el año 2000 resultaron de los efectos combinados de los principales factores de riesgo analizados. Los investigadores emplearon revisiones de datos de los niveles de factores de riesgo y de estudios epidemiológicos. En su estudio, informan sobre sus resultados en términos de ganancia en expectativa de vida sana, una combinación de medida de la mortalidad prematura y de enfermedades no mortales.
Según los investigadores, la eliminación de los 20 principales factores de riesgo tendrían los siguientes efectos en la reducción de las enfermedades : diarrea (más del 90 por ciento); infecciones del tracto respiratorio inferior (alrededor de un 60 por ciento); cáncer de pulmón (72 por ciento), afección pulmonar obstructiva crónica (60 por ciento); afección cardiaca isquémica (alrededor de un 85 por ciento) e infarto (algo menos de un 75 por ciento). La eliminación de estos riesgos aumentaría la expectativa de vida en buen estado de salud en alrededor de nueve años, oscilando en unos cuatro años para los países desarrollados y más de 16 años en partes de África subsahariana.