Ha habido un cambio de paradigma en el cáncer como enfermedad crónica, porque algunos cánceres tienen secuelas incluso cuando se consideran curados
25 de julio 2024. 11:25 am
La figura del cardio-onco-hematólogo corresponde a una disciplina emergente que implica un espectro clínico de problemas cardiovasculares que pueden surgir durante, inmediatamente después o mucho tiempo posterior al tratamiento oncológico. Cabe recordar que las enfermedades cardiovasculares (ECV) son, junto con las segundas neoplasias, la principal…
La figura del cardio-onco-hematólogo corresponde a una disciplina emergente que implica un espectro clínico de problemas cardiovasculares que pueden surgir durante, inmediatamente después o mucho tiempo posterior al tratamiento oncológico. Cabe recordar que las enfermedades cardiovasculares (ECV) son, junto con las segundas neoplasias, la principal causa de muerte de los supervivientes al cáncer y su tratamiento plantea un enorme reto. Por su parte, la cardiotoxicidad (CTX) se define como el conjunto de enfermedades cardiovasculares derivadas de los tratamientos onco-hematológicos, pudiendo afectar a cualquier componente estructural del sistema cardiovascular. Estos tratamientos podrían triplicar el riesgo de eventos cardiovasculares a medio y largo plazo.
En este sentido, la figura del cardio-onco-hematólogo se torna fundamental para detectar y gestionar las consecuencias de la CTX y considerar estrategias cardioprotectoras para mitigar el daño y evitar la suspensión de la terapia contra el cáncer. Por otra parte, las enfermedades cardiovasculares (ECV) son, junto con las segundas neoplasias, la principal causa de muerte de los supervivientes al cáncer y su tratamiento plantea un enorme reto. Asimismo, la cardiotoxicidad (CTX) se define como el conjunto de enfermedades cardiovasculares derivadas de los tratamientos onco-hematológicos, pudiendo afectar a cualquier componente estructural del sistema cardiovascular. Estos tratamientos podrían triplicar el riesgo de eventos cardiovasculares a medio y largo plazo.
Cardio-onco-hematólogo
En este sentido, la figura del cardio-onco-hematólogo se torna fundamental para detectar y gestionar las consecuencias de la CTX y considerar estrategias cardioprotectoras para mitigar el daño y evitar la suspensión de la terapia contra el cáncer.
“Ha habido un cambio de paradigma en el cáncer como enfermedad crónica, porque algunos cánceres tienen secuelas incluso cuando se consideran curados. La evaluación cardiovascular previa al tratamiento, la detección y el tratamiento de la CTX, así como la vigilancia de los pacientes a largo plazo, son funciones clave del cardiólogo”, expone Reddy Guerra, cardiólogo del Servicio de Cardiología de MD Anderson Cancer Center Madrid.
Así, el cardio-onco-hematólogo recuerda la necesidad de mantener un estilo de vida saludable mediante el ejercicio físico regular y una dieta equilibrada cardiosaludable para un control de los factores de riesgo cardiovascular. Asimismo, mantener unos índices de colesterol tipo LDL <100 mg/dl (colesterol malo) es fundamental para reducir posibles riesgos. “En el caso de pacientes con alto riesgo cardiovascular, el objetivo será́ mantener el LDL menor a 70 mg/dl. Lograr unos niveles de Hemoglobina glicada <7 por ciento, mantener una tensión arterial en cifras inferiores a 140/90 mmHg y, por supuesto, la abstención completa del hábito tabáquico”, asevera el experto.