Hasta ahora la Cardiología
ha sabido transmitir a la
población la importancia de
controlar los factores de riesgo
cardiovascular, con el objetivo
de evitar patologías como el
infarto agudo de miocardio.
Sin embargo, no ha ocurrido
lo mismo con la muerte súbita,
a pesar de que constituye una
de las principales causas de
muerte de la sociedad occidental,
ya que anualmente
mueren entre 40.000 y 50.000
personas por esta causa.
La muerte súbita tiene un
origen cardíaco en el 90 por
ciento de los casos y consiste en
"una muerte inesperada, que se
produce en una persona con o
sin enfermedad previa conocida,
durante la primera hora
desde el inicio de los síntomas",
afirma el doctor Ignacio Fernández
Lozano, secretario de la
Sección de Electrofisiología y
Arritmias de la Sociedad Española
de Cardiología (SEC). Iniciar
las tareas de reanimación
cardiopulmonar de forma precoz
resulta clave para la supervivencia
del paciente. De hecho,
"cada minuto de retraso
disminuyen entre un 8 y un 10
por ciento las posibilidades de
supervivencia y, pasados 10 minutos,
los intentos de reanimación
no suelen tener éxito", señala
este especialista.
Cadena
de supervivencia
Se calcula que sólo el 5 por
ciento de las personas que sufren
una muerte súbita cardiaca
sobreviven. La muerte cerebral
y el fallecimiento irreversible
pueden ocurrir en tan sólo 4-6
minutos después de que ocurra
la parada cardiaca, que puede
revertirse en la mayoría de los
casos si se pone en marcha inmediatamente
la denominada
cadena de supervivencia.
La cadena de supervivencia
consiste en que cualquier
ciudadano con unos mínimos
conocimientos inicie lo antes
posible el soporte vital básico,
que consiste en poner al paciente
en posición de seguridad
(tumbado o recostado sobre
el lateral izquierdo si existe
un atragantamiento), abrirle la
vía aérea, asegurarse de que
no hay nada que obstruya la
respiración en la boca y comenzar,
si no tiene pulso, la
reanimación cardiopulmonar
(masaje cardíaco). Al mismo
tiempo que se ponen en marcha
estas acciones, es clave
realizar la llamada al Servicio
de Emergencias.
El masaje cardíaco es una
técnica que consiste en realizar
compresiones sobre el tórax,
comprimiendo con una fuerza
determinada, intentando que
la sangre sea bombeada a todos
los órganos del cuerpo,
hasta la llegada del soporte vital
avanzado (UVI móvil).
Poner en marcha precozmente
esta cadena de supervivencia
es clave ya que un minuto
de retraso equivale a
muchas vidas perdidas.
La necesidad de que la mayor
parte de los ciudadanos sea
capaz de poner en marcha las
maniobras de reanimación cardiopulmonar
es una de las prioridades
de la Sección de Electrofisiología
y Arritmias de la
Sociedad Española de Cardiología.
Su objetivo es concienciar a
las autoridades sanitarias y a la
población -empezando por los
escolares- de la importancia
que tiene saber iniciar la cadena
de supervivencia ante una
muerte súbita, tanto para nosotros
mismos como para nuestro
entorno.